16 diciembre, 2019
Para entender la interna de la Unión Tranviarios Automotor
La disputa entre dos sectores de la burocracia sindical, la influencia de las empresas y el trasfondo de los roces de Hugo Moyano con el nuevo gobierno.

Un auto dado vuelta, máscaras de Mickey, un trabajador llevándose un cuadro de Evita bajo el brazo, un dirigente sindical amenazando con matar “a fierrazos” a quienes intenten llegar hasta su oficina. Las escenas de este lunes en la sede de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) parecen sacadas de un cuento de Osvaldo Soriano, pero por detrás existe una disputa de poder y negocios que se cruzan en distintos niveles.
La disputa sindical
El plano más evidente es la pelea entre sectores políticos dentro del propio sindicato y la lucha por derechos laborales. Este lunes hubo un paro de colectivos de la empresa DOTA, la más importante del área metropolitana de Buenos Aires que cuenta con más de 70 líneas entre nacionales, provinciales y municipales. El argumento es la irregularidad en el pago de salarios y dos despidos.
“Tenemos varios problemas que se van sumando. Hay seccionales en el interior del país donde no les reconocen la escala salarial. Tenemos un problema de no atención de las obras sociales en el país”, declaró el dirigente sindical Miguel Bustinduy en relación a la medida de fuerza.
Sin embargo, el dato a destacar es que este último -ex secretario de Organización del sindicato- es opositor a la actual conducción de la UTA encabezada por Roberto Fernández. De hecho Bustinduy, con el respaldo de Hugo Moyano, presentó una lista en las elecciones del sindicato el año pasado y perdió. Sin embargo se afianzó como alternativa y poder paralelo dentro del gremio.
Por eso, lo que comenzó como una huelga, se trasladó a una movilización frente a la sede sindical para repudiar a Fernández que se encontraba adentro. De hecho, el secretario general debió refugiarse en la terraza y advirtió: “Me tomaron el gremio, pero si suben los mato a fierrazos”.
La disputa empresarial
En otro nivel, la pelea cruza a las patronales del sector. El propio Bustinduy tiene un acuerdo con los directivos de DOTA para construir dentro de las líneas de la empresa su poder en la UTA.
Es que históricamente el sindicato ha tenido buen diálogo con la patronal y ha sido determinante en la distribución de los cuantiosos subsidios que aporta el Estado a las distintas empresas del sector. Durante la última época del gobierno de Mauricio Macri, el ex ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, favoreció a otras empresas y no a DOTA lo que generó malestar en la poderosa compañía que busca recuperar terreno.
La disputa político-sindical y el Ministerio de Transporte
Finalmente, un factor que -a priori- no está directamente vinculado con los hechos de este lunes pero actúa como trasfondo, es la pelea de los distintos sindicatos por incluir personas de confianza en el nuevo gobierno de Alberto Fernández.
Son conocidas las críticas del dirigente Hugo Moyano a la designación del ministro de Transporte, Mario Meoni, a quien acusó de no tener experiencia ni conocimiento del área. A esto se sumó que el camionero quería poner a Guillermo López del Punta como secretario de Transporte, algo que también le fue negado por la nueva administración.
Sin embargo quien sí logró colar un hombre de sus filas en la cartera fue Fernández, de la UTA. Su abogado, Abel «Chavo» De Manuele, será el jefe de Gabinete de Meoni.
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