Cultura

12 diciembre, 2019

Andrés Rivera, la voz de un sueño eterno

El escritor argentino nació el 12 de diciembre de 1928 en la ciudad de Buenos Aires. El nombre por el que se hizo famoso es el seudónimo que utilizó Marcos Ribak para escribir una literatura inolvidable.

Hijo de madre ucraniana y de padre polaco, Marcos Ribak nació un día como hoy de 1928 en una familia obrera del barrio porteño de Villa Crespo. Su primera novela, El precio, apareció en 1956. La última, Kadish, en 2011. En esos 55 años dedicados a la literatura trabajó en los géneros cuento y novela breve. En este último su aporte fue fundamental.

Cuando le preguntaron en 1996 cómo había empezado a escribir, respondió: “Nací en un hogar obrero. Mi padre, que era dirigente sindical, necesitaba leer, necesitaba saber”. 

“Por esa época, se reunían en mi casa otros hombres como mi padre. Bajaban de los andamios, salían de los talleres metalúrgicos, emergían de los talleres de sastres y allí estaban. Tenían pocos escritores para citar, pero los citaban, necesitaban ese mundo abstracto de la letra para afirmarse”, dijo y sentenció: “No hubo alternativa para mí. En un momento abrí un cuaderno y empecé a escribir”.

En La revolución es un sueño eterno -posiblemente su novela más leída- retomó la voz de Juan José Castelli, orador de la Revolución de Mayo, en sus últimos días. Ya tomado por el cáncer de lengua y teniendo que enfrentar las múltiples traiciones a la revolución que él mismo había ayudado a nacer. Fue editada por primera vez por el Grupo Editor Latinoamericano en 1987.

Antes y después la historia argentina fue escenario para sus ficciones. En El Farmer recuperó la voz de un viejo Juan Manuel de Rosas en el exilio inglés. En Ese manco Paz, la del general José María Paz. 

Así su escritura construyó un estilo único que por momento adquirió la densidad de la poesía. 

En 1992 recibió el Premio Nacional de Literatura y desde 1995 vivió en el barrio de Bella Vista, en la ciudad de Córdoba. Junto a su esposa, Susana Fiorito, organizó una biblioteca popular y coordinó un ciclo de cine.

Murió a los 88 años, el 23 de diciembre de 2016. Había enfrentado una cirugía de cadera pero tuvo complicaciones posteriores. 

Sin embargo, varios años antes, en una entrevista con Página/12 en el año 2001, dio una clave de su literatura. Le preguntaron por qué escribía sobre personajes derrotados, a lo que Rivera respondió: “Ellos nos enseñan cómo equivocarnos menos. Los verdugos, por supuesto, no me interesan, porque son siempre los mismos, tanto los que mandan a matar como los que matan. Dígame la verdad, ¿usted conoce a algún hombre o mujer de derecha que sea culto e inteligente, las dos cosas juntas? Yo soy del bando de los derrotados, por elección. Por ellos y sobre ellos escribo, y eso que ya he escrito demasiado”.

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