28 noviembre, 2019
El CONICET denuncia que hay arsénico en el agua de cuatro municipios chaqueños
Este elemento químico, cuyo consumo regular es perjudicial para la salud, fue hallado en los pozos de agua de Sáenz Peña, Avia Terai, La Tigra y Fuerte Esperanza.

Investigadores e investigadoras del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y la Universidad de Buenos Aires (UBA) iniciaron en 2016 una investigación en la provincia de Chaco. En los últimos días, difundieron los resultados de dos informes que demostraron la presencia de arsénico en el agua de, al menos, cuatro municipios.
Los distritos afectados son Sáenz Peña, Avia Terai, La Tigra y Fuerte Esperanza. “El año pasado llevamos los primeros resultados; y este año con los dos muestreos consecutivos (2017 y 2018) podemos concluir ciertas cosas”, declaró en una entrevista radial Alcira Trinelli, integrante del equipo de investigación.
En ese sentido, la investigadora describió la situación de cada una de las localidades. El caso de Sáenz Peña es el menos grave -entre otras cosas porque posee una red de agua potable-. “No lo quiero minimizar pero los niveles son por debajo de la norma provincial que son 50 por billón”, apuntó Trinelli.
Distinto es lo que sucede en Avia Terai, donde además de problemas con el arsénico también se detectaron “bacterias en el pozo de la avenida Kirchner”. “Los revendedores cargan y salen a vender con las motos”, por lo que “además de la falta de agua hay un negocio que se ha creado”, apuntó la especialista.
Asimismo en La Tigra hallaron un pozo donde “había escherichia coli (bacteria que forma parte de la microbiota del tracto gastrointestinal, por lo tanto se la relaciona a la materia fecal)”. “Lo elevamos a la Administración Provincial del Agua (APA) el año pasado, a través de la Red de Salud Ramón Carrillo”. El resultado fue una extensión el acueducto que “mejoró” la situación.
No obstante, tanto en la Tigra como Avia Terai se trata de “pueblos fumigados, donde las problemáticas se juntan”.
Finalmente en Fuerte Esperanza «el aislamiento de la población hace que, al no acceder al agua de algún acueducto del río, las posibilidades son el agua de pozo o el agua de cosecha de lluvia, y en el primer caso no es fácil de potabilizar”.
El arsénico es un elemento químico incoloro e inoloro, pero consumirlo de manera regular puede resultar perjudicial para la salud. Desde lesiones en la piel, pasando por problemas de desarrollo, enfermedades cardiovasculares, enfermedades neurológicas, diabetes e, incluso, cáncer.
Según el portal Periferia las estimaciones sostienen que alrededor de cuatro millones de personas viven en regiones del país con aguas contaminadas con arsénico. La llanura chaco-pampeana es la zona con más incidencia.
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