El Mundo

25 noviembre, 2019

“Recuperamos el archivo de García Linera para que regrese a quienes hoy pelean contra el golpe”

María Clara Albisu, trabajadora de prensa y archivista del noticiero de Canal 7, y Martin Anzorena, programador, rescataron todo el material de la web de la Vicepresidencia de Bolivia que fue dado de baja por el gobierno dictatorial que se instaló tras la destitución de Evo Morales.

Este domingo el portal El Cohete a la Luna publicó parte del material que estaba disponible en la web de la Vicepresidencia de Bolivia hasta hace algunas semanas, antes de que el gobierno golpista de Jeanine Añez la diera de baja. El material fue recuperado por María Clara Albisu y Martín Anzorena antes de que fuera censurado.

Albisu es archivista de la Televisión Pública y Anzorena es un programador que trabajó en el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Ante el impacto del golpe de Estado contra Evo Morales el 10 de noviembre, decidieron aportar desde su lugar “a la pelea del pueblo boliviano”.

“Estimábamos que la página desaparecería, pero no tan pronto. De hecho nos sorprendimos de la celeridad con la que el gobierno de facto la dió de baja”, explicó la trabajadora de prensa en esta entrevista con Notas. Desde su punto de vista esto “delata la intención de los golpistas de terminar con la difusión de las ideas que mueven al pueblo que se les opone e intentan subyugar”.

– Mientras se llevaba a cabo el golpe de Estado en Bolivia y desde Argentina la mayoría de la gente lo seguía con impotencia, ustedes tuvieron la lucidez de anticipar la censura que se podía venir y decidieron llevar a cabo el rescate de esta información de la web de la Vicepresidencia. ¿Cómo surgió la idea y ese reflejo para preservar documentos tan valiosos?

– A los dos nos impacta desde lo político y lo humano lo que sucede en Bolivia y decidimos que ante tanta impotencia, además de la denuncia de lo que pasa, debíamos aportar humildemente desde lo que sabemos hacer a la pelea del pueblo boliviano, aunque sea con algo que a la luz de lo que se vive desde el 10 de noviembre nos parece pequeño.

Si bien nuestros campos profesionales son disímiles, tienen un punto de contacto: para los dos es necesaria la constante reposición y utilización de datos que están o deberían estar al alcance del público. También tenemos ambos la experiencia de haber participado en la creación de acervos públicos de archivos y datos que fueron arrasados por políticas del macrismo, pese a su discurso de transparencia de gestión que no es tal.

Yo en el archivo de radio y televisión argentina (más conocido como Archivo Prisma) hasta que la actual gestión de los medios públicos decidió eliminarlo. Y Martin en el INDEC, de dónde fue despedido apenas iniciada la gestión. Es decir, tenemos una conciencia a partir de vivencias propias que nos pone alertas sobre la necesidad de la conservación de este tipo de datos por parte de terceros que no necesariamente sean el Estado, que debería ser el lógico guardián de materiales importantes, y garante de su acceso público.

Muchas veces, en escenarios de cambios de gobierno, se pierde, oculta, mezquina información que debería continuar siendo pública, y eso tiene mucho que ver con la ideología y la impronta de cada gestor del Estado y sus organismos. En el caso boliviano, tuvimos muy claro desde el comienzo que por las características del bloque golpista, sus motivaciones, su obvio fascismo, no iba a quedar mucho en pie del libre acceso a esa construcción teórica y política. Por eso nos propusimos recuperarla, fundamentalmente, para que regrese a manos de sus actores: los bolivianos que hoy pelean contra el golpe.

– ¿Qué pueden contar del proceso de rescate del archivo? ¿Cómo fue hacerlo a contrarreloj sin saber si de un momento a otro -como finalmente pasó- lo iban a dar de baja?

– A las pocas horas del golpe nos pusimos a hablar para organizar un método de conservación del material, nos dividimos tareas. Cómo Martín tiene mucha experiencia en esto -es un acumulador compulsivo de datos públicos con bastante criterio- y es de los dos el más capacitado en herramientas informáticas, se encargó de esa parte, del rescate en sí. 

A mí me tocó leer, ordenar y catalogar. Estimábamos que la página desaparecería, pero no tan pronto. De hecho nos sorprendimos de la celeridad con la que el gobierno de facto la dió de baja: fue uno de los primeros actos de «gobierno» de Jeanine Añez, que sin embargo no fue publicitado. Creemos que ese apuro es un síntoma que delata la intención de los golpistas de terminar con la difusión de las ideas que mueven al pueblo que se les opone e intentan subyugar, a la vez que revela el potencial revolucionario de ese material.

Cuando ya teníamos todo el índice listo para la publicación, surgió un comunicado de un grupo de intelectuales latinoamericanos que denunciaba y lamentaba la pérdida de estado público de los contenidos del sitio, no sabemos si antes que nosotros alguien se dió a su rescate, pero estimamos que no.

En todo caso, nos gustaría aprovechar para recomendar a quienes gusten y puedan, que guarden, indexen, acumulen toda la data pública que les parezca interesante o relevante. No suple de ningún modo la acción de quienes originariamente tienen el deber de conservarla -en este caso es más que claro que era imposible asegurar el mantenimiento de la página en línea para Vicepresidencia- pero que constituyen un aporte.

– ¿Cómo fue que llegaron a publicarlo en El Cohete a la Luna? ¿Les ofrecieron el espacio? ¿Ustedes se contactaron?

– Estamos convencidos que acumular datos públicos sin ofrecer una salida para restablecer su disponibilidad es inútil, y también que el material que compone la colección de vicepresidencia de Bolivia, dadas las circunstancias, necesitaba un vehículo potente para su difusión. Por eso nos contactamos con El Cohete a la Luna, que venía de hacer un número especial muy bueno sobre Bolivia. Su director y el equipo nos dieron el espacio y la contención para hacerlo posible.

– Más allá de la importancia de preservar siempre este tipo de documentos históricos ¿por qué puntualmente consideran que este archivo tiene relevancia? ¿Qué materiales incluye y que aporte creen que puede significar considerando la situación que atraviesa Bolivia y América Latina actualmente?

– Hay muchísimo material, incluso varias cosas que aún no pudimos catalogar y subir, como una inmensa colección de videos muy valiosos que también hemos preservado y esperamos publicar pronto.

Dentro de lo publicado hay colecciones de revistas, libros sobre el Estado Plurinacional, sobre socialismo y comunismo, sobre las particularidades de naciones y mestizaje en Bolivia, entrevistas y discursos de García Linera, entre otros materiales importantes.

Si bien hay un núcleo grande de producción teórica, política, económica y social, recomiendo varias lecturas que están ahí y que son imprescindibles para entender lo que pasa en Bolivia y para empezar a cambiarlo: un informe sobre terrorismo racista en Santa Cruz de la Sierra, que produjo una comisión investigadora de la Cámara de Diputados boliviana en 2009, que de algún modo constituye un anticipo a los actos que ocurren hoy,  y «¿Fin de ciclo progresista o proceso por oleadas revolucionarias?», una conferencia que dió García Linera en nuestro país en 2016. Las entrevistas y discursos de García Linera que hay en la colección son un buen punto para empezar a comprender la magnitud el cambio que tomó en sus manos el pueblo boliviano a partir de la asunción de Evo a la presidencia.

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