El Mundo

24 noviembre, 2019

Habrá elecciones en Bolivia: el plan golpista se consolida sobre la debilidad del MAS

Durante el fin de semana la Asamblea Plurinacional -con mayoría de legisladores del partido de Evo Morales- aprobó por unanimidad un proyecto de la presidenta golpista, Jeanine Añez. Ante la falta de coordinación, la dictadura divide al movimiento opositor.

Santiago Mayor

@SantiMayor

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El sábado tanto el Senado como la Cámara de Diputados de Bolivia aprobaron por unanimidad la Ley de Régimen Excepcional y Transitorio para la realización de Elecciones Generales. El proyecto había sido enviado por la presidenta golpista, Jeanine Añez, que asumió tras de destitución de Evo Morales.

En ambas cámaras el Movimiento al Socialismo (MAS) tiene mayoría y decidió acompañar la iniciativa legislativa del gobierno autoproclamado lo que generó diversas críticas.

La legislación, promulgada oficialmente este domingo por Añez, estipula la anulación de los comicios del 20 de octubre en los que había ganado Evo con más del 47% de los votos. Asimismo establece que se conformará un nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE) que será responsable de establecer la fecha de la nueva votación. 

Los anteriores integrantes de este organismo fueron cesados en sus cargos y los nuevos serán elegidos por el conjunto de la Asamblea Plurinacional en un plazo máximo de 20 días luego de aprobado un “reglamento de selección”. Una vez que asuman, los vocales del TSE tendrán 48 horas para definir el día de la elección, a realizarse en 2020.

Finalmente el texto normativo sostiene que podrán participar de los comicios todas las organizaciones políticas «con registro vigente a la promulgación de la presente Ley». Pero «las y los ciudadanos que hubieran sido reelectos de forma continua, a un cargo electivo, durante los dos períodos constitucionales anteriores, no podrán postularse como candidatos al mismo cargo electivo». Es decir que queda proscrita la candidatura de Evo Morales y Álvaro García Linera.

Sin dirección: el “MAS parlamentario” y el movimiento social

La semana pasada la diputada del MAS Alicia Canqui declaró que “en Bolivia todos han perdido autoridad”. La referencia no era solo al gobierno ilegítimo e ilegal de Añez, si no también a la propia dirigencia del partido de Evo Morales. ”Nosotros como diputados nacionales tenemos nuestra estructura. Cada diputado viene de una organización social y hemos hablado con nuestras bases. ¿Qué dicen ellos? Ustedes ya no son interlocutores válidos”, reconoció.

Más allá de sus mirada de los acontecimientos, como señaló el periodista argentino -actualmente corresponsal en La Paz-, Marco Teruggi, se viene observando que existen “dos tiempos” en el país post golpe. El tiempo de la calle y el tiempo del parlamento. 

Esto, en parte se debe a la falta de una conducción unificada del partido desplazado del gobierno y los movimientos sociales que fueron su base de apoyo durante todos estos años.

“El golpe dejó al descubierto falencias y limitaciones del proceso de cambio, gestadas con anterioridad”, apuntó Teruggi y destacó la combinación de “limitaciones propias, traiciones y persecución” que explican en gran medida porque se llega a un acuerdo con el gobierno de facto. 

Para el analista argentino es necesario evaluar “las fuerzas nacionales e internacionales del bloque golpista”, así como también “la situación interna del MAS y del proceso de cambio”. “Esto último es clave y explica tanto cómo se cayó ante el golpe de Estado -la poca reacción de Evo y la dirección, por ejemplo- como la composición de las dirigencias que quedaron, la falta de una estrategia, de un plan articulado para la calle, el legislativo, y la articulación entre ambos”, añadió.

Y finalmente recordó que “el plan del golpe siempre fue la salida electoral en un esquema muy claro: derrocamiento, gobierno de facto, militarización, persecuciones, masacres y elecciones”.

En ese contexto el escenario seguirá siendo de conflictividad y crisis, más allá de lo votado por la Asamblea Plurinacional. En el Alto, en Cochabamba y en otras regiones del país continuarán las movilizaciones en rechazo a la dictadura que sigue reprimiendo y persiguiendo opositores. Durante este fin de semana hubo nuevos hechos de violencia por parte de las fuerzas de seguridad hacia las y los manifestantes.

Cabe destacar que el ministro del Interior golpista, Arturo Murillo, que ya había prometido una “cacería” contra los dirigentes del MAS, brindó una entrevista al diario The Guardian donde prometió encarcelar a Evo “de por vida”. “Cualquier terrorista debe pasar el resto de su vida en prisión, cualquier terrorista, Evo Morales o quien sea. No se trata de si usted es un ex presidente o blanco o negro o un campesino”, añadió.

A la ecuatoriana: el diálogo con los movimientos sociales y sindicales

Al igual que el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, la mandataria golpista boliviana convocó el sábado a una reunión de diálogo con organizaciones sindicales y sociales con el objetivo es dividir al movimiento opositor. Acordar con el campo “social” y mantener la persecución y amenaza contra los opositores políticos. Es decir Evo Morales y el MAS.

Entre las organizaciones presentes estuvieron la Central Obrera Boliviana (COB), la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), representantes de organizaciones vecinales, entre otras.

Acordaron la sanción de una «Ley para la Pacificación del País y para Reafirmar el Ejercicio de los Derechos y Garantías del Pueblo Boliviano». El texto consensuado apunta a garantizar los derechos y garantías de «líderes sociales, dirigentes sindicales, personas movilizadas, actores políticos, ciudadanos en general, autoridades electas, funcionarios designados y de libre nombramiento, y prohibir las acciones de hecho: detenciones aprehensiones arbitrarias y cualquier medida que coacciones el libre ejercicio de derechos y libertades».

Sin embargo se dejó afuera explícitamente un pedido para que Evo Morales y Álvaro García Linera no puedan ser procesados por la justicia ordinaria. Evitar la vuelta del presidente depuesto a Bolivia es uno de los pilares del golpe.

Otro punto de discusión fue el decreto que liberó de “responsabilidad penal” a las Fuerzas Armadas en la represión. Las organizaciones pidieron que fuera derogado, pero finalmente se acordó una modificación. «Dispongamos lo siguiente: que se va abrogar el Decreto y se lo va a modificar disponiendo que las Fuerzas Armadas se mantendrán en todas aquellas empresas estratégicas del Estado para su custodia y conservación», sintetizó el ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano.

De esta forma el golpismo demuestra que la correlación de fuerzas se inclina a su favor y tiene capacidad para dividir y contener a quienes lo rechazan. 

“¿En algún momento se planteó en filas del MAS y los movimientos parte del proceso de cambio sacar a Añez por la fuerza de la calle?”, se preguntó Teruggi y respondió: “Todo indica que no, que no había condiciones para plantearlo, y que la apuesta fue por la resolución electoral -aún con las gigantescas y evidentes limitaciones a las que se enfrentarán-”.

Ese será el camino a transitar los próximos meses, en un escenario de militarización, censura, proscripción y represión. 

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