El Mundo

19 noviembre, 2019

Militares tiran a matar para liberar el bloqueo a la planta de hidrocarburos en El Alto

La dictadura boliviana continúa masacrando a la población. Este martes las Fuerzas Armadas y la policía reprimieron a quienes se manifestaban en las instalaciones de Senkata impidiendo la salida de camiones cisterna cargados de gas, diésel y nafta.

Una de las principales protestas contra el golpe de Estado y la dictadura de Jeanine Añez en Bolivia consistía en el bloqueo de la planta de Senkata, en la ciudad de El Alto. Allí se mantenía un piquete para frenar la distribución de combustibles, lo que cual ya se estaba haciendo sentir en la vecina La Paz, capital del país.

En ese marco, este martes por la mañana un enorme operativo militar y policial avanzó contra los manifestantes disparando balas de plomo. Al menos tres personas fueron asesinadas y decenas resultaron heridas, según informó la Defensoría del Pueblo.

Las estremecedoras imágenes del hombre asesinado recorrieron las redes sociales, sin embargo pocos medios de comunicación se hicieron eco. 

El médico que lo atendió denunció que es el único profesional de la salud que estaba en el lugar y que mientras llevaba a cabo las tareas de rescate, las fuerzas de seguridad le seguían disparando a pesar de estar con su uniforme de trabajo.

“¿Dónde está la Cruz Roja?”, preguntó ante el micrófono de RT en Español. “Aquí no hay bomberos ni Cruz Roja”, denunció. “Pido en este momento a todo personal médico, enfermeras, vengan a colaborar. No tenemos quien ayude a estos heridos”, insistió.

A pesar de la violencia estatal, las manifestaciones se mantienen en El Alto, uno de los principales bastiones de la resistencia popular al golpe.

El desabastecimiento

La acción militar tiene como contracara los efectos concretos que las protestas están teniendo en el país. Como detalló el periodista Martín Sivak muchos productos como huevos, pollo y la carne vacuna elevaron sus precios a más del doble.

«La pata de toro antes valía 25 bolivianos y ahora está entre 50 y 70. Ya no hay carne. Es lamentable lo que estamos pasando aquí en Bolivia», declaró Stefany Chávez, una ciudadana que hacía cola en una carnicería, a RT.

Lo mismo sucedía hasta este martes con el combustible, sobre todo el diesel y la nafta que obligaron a cerrar estaciones de servicio.

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