6 noviembre, 2019
Crisis climática y responsabilidades estatales
A un mes de que se celebre la última reunión anual de los países integrantes del Acuerdo de París, más de 10 mil científicos del mundo advirtieron sobre la emergencia climática que atraviesa el planeta

En medio de las protestas populares en Chile, el gobierno de Sebastián Piñera renunció a ser el anfitrión de la 25° Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP-25) que se celebraría en el país entre el 2 y el 13 de diciembre.
Así, Latinoamérica declina la segunda oportunidad de generar un cambio positivo en materia climática este año si se considera que, en un principio, el organizador iba a ser Brasil pero Jair Bolsonaro renunció apenas asumió el mando.
Envuelto en un escándalo internacional por los altos niveles de violencia del Estado para con el pueblo, Piñera negoció con Pedro Sánchez que la ciudad organizadora sea, finalmente, Madrid. Allí, entonces, más de 200 jefes de Estado o representantes de los países celebrarán la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, de donde se espera que salgan acciones concretas para disminuir los efectos de la crisis medioambiental en la que se encuentra el planeta.
Hace tan solo un día, la revista BioScience publicó un artículo que advierte que el mundo se enfrenta lisa y llanamente a una emergencia climática. El documento lleva la firma de más de 11 mil científicos de todo el globo que coinciden en que la única manera de dar marcha atrás con el flagelo es con la participación activa del poder político a través de medidas masivas y concretas.
Según el informe, es menester el cumplimiento de seis medidas concretas: la reforma del sector energético, reducción de los contaminantes de corta duración, restablecimiento de los ecosistemas, optimización del sistema de alimentación, el establecimiento de una economía libre de dióxido de carbono, y una población humana estable.
En ese marco, la COP 25 toma especial relevancia ya que será la segunda – y última – reunión anual de los países firmantes del Acuerdo de París París (el mayor acuerdo vinculante frente a la crisis climática), el cual debería entrar en plena vigencia en enero del año próximo pero que atraviesa serias dificultades debido a la reticencia de uno de los países con mayor responsabilidad en el cambio climático: Estados Unidos.
A comienzos de esta semana, el presidente norteamericano Donald Trump dijo que se retiran del Acuerdo de de forma indeclinable. El ninguneo de uno de los jefes de Estado más importante del mundo a las peligrosas condiciones climáticas a la que está expuesta la mayor parte de la población mundial no es novedad. Sin embargo, la retirada oficial del acuerdo implica una disminución directa en el compromiso por hacer algo para revertirlo.
De la vereda de enfrente está el gigante y principal emisor de Gases de Efecto Invernadero: China. El país asiático confirmó su compromiso y permanencia dentro del órgano, pero la actitud de Estados Unidos abre la puerta a la incertidumbre sobre cuáles serán las medidas concretas que tomará para alivianar el estado de emergencia.
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