29 octubre, 2019
Trabajadores movilizados contra el gobierno en Haití
Tras seis semanas consecutivas de desabastecimientos de combustibles y el colapso del suministro eléctrico continúan las protestas en la capital del país y otras ciudades exigiendo la renuncia del presidente, Jovenel Moïse, el fin de la crisis y la injerencia estadounidense.

Cientos de miles de obreros se movilizaron en Puerto Príncipe, capital de Haití, para pedir la renuncia del primer mandatario Jovenel Moïse y un aumento salarial para hacer frente a la crisis económica y energética que padece el país, agravada por el desabastecimiento de combustibles y la amenaza de una grave crisis humanitaria.
“Con 420 gourdes (cerca de 4,5 dólares) diarios no nos podemos alimentar”, denunció Dominique St. Eloi, coordinador de la Central Nacional de Obreros Haitianos.
El sueldo promedio en el país es de 130 dólares mensuales en un contexto de 20% de inflación, 70% de desempleo, más de 60% de la población por debajo de la línea de la pobreza, congelamiento de salarios y de una devaluación de la moneda nacional que ya lleva un 30% anual. En ese contexto los trabajadores marcharon hacia el parque industrial Sonapi, uno de los principales empleadores de la ciudad.
A la movilización obrera se sumaron los maestros y estudiantes. En las últimas semanas, artistas y sectores religiosos también realizaron protestas antigubernamentales.
Sin embargo, por el momento, Moïse no piensa renunciar a su cargo e insiste en el llamado a conformar un gobierno de unidad nacional y entablar una mesa de diálogo con la oposición para poner fin a la crisis.
Con la paralización de casi todas las actividades, Haití se encuentra desde mediados de septiembre pasado en un estado de insurrección popular permanente ante la crisis socioeconómica que padece y ha sido calificada como una de las más graves desde el fin de la dictadura de los Duvalier en 1986.
La falta de combustibles provocó el aumento de su precio, la proliferación del contrabando y la paralización de los transportes. Este desabastecimiento tiene dos causas: la retención por parte del gobierno que, para cumplir con el programa del Fondo Monetario Internacional (FMI), pretende quitarle los subsidios y el bloqueo que EE.UU. ejerce sobre Venezuela que no permite la llegada a la isla de naftas y diesel más barato proveniente del pacto Petrocaribe.
Al profundo deterioro de los índices sociales y económicos que dan cuenta de un panorama de extrema pobreza, se le suma uno de los hechos de corrupción más graves de la historia. El desfalco de más de dos mil millones de dólares, casi un cuarto del PBI del país, que involucra al jefe de Estado, funcionarios gubernamentales y sectores de la oligarquía y la burguesía comercial.
La respuesta del gobierno ante esta situación ha sido la represión. La misma incluye bandas y grupos criminales vinculados a representantes de la clase política que actúan como paramilitares.
En lo que va del año ya son más de 80 los muertos según informes de los organismos de derechos humanos, resaltando el asesinato del periodista radial Nehemie Joseph el pasado 10 de octubre. Conocido por sus posturas críticas, el trabajador de prensa apareció muerto con dos tiros en la cabeza. Había sufrido amenazas por parte de partidarios del PHTK, el partido que gobierna el país.
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.