El Mundo

25 octubre, 2019

Exhumaron los restos de Franco

Los restos del dictador español fueron trasladados a un cementerio cerca de Madrid. Pedro Sánchez habla de perdón pero no de olvido, mientras Pablo Iglesias dice que no es suficiente y la derecha mira para otro lado.

Luciano Coccio

@LuchismoD

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Francisco Franco ya no está en Valle de los Caídos. El dictador que gobernó España durante cuatro décadas, gozó de otros 44 años de un mausoleo que rendía tributo a su figura y sus crímenes. El Gobierno del socialista Pedro Sánchez este jueves puso fin a lo que denominó una “afrenta moral”, sin embargo evitó pronunciarse sobre la impunidad de los crímenes franquista.

El 23 de noviembre de 1975 el genocida fue enterrado en la Basílica del Valle de los Caídos escoltados por miles de seguidores de la dictadura, miembros del régimen y hasta el propio Rey Juan Carlos, heredero de la Jefatura de Estado. Este jueves, en cambio, solo algunos familiares, personal técnico y la ministra de Justicia, Dolores Delgado, como escribana mayor del Reino de España.

El proceso comenzó poco después de las 10:30 de la mañana. Dos gatos hidráulicos retiraron una lápida de 1500 kilos. Tras una revisión del estado del ataúd, se decidió mantener el original. Dos horas y media después se vio salir a los familiares con el féretro al hombro. De ahí la momia fue trasladada en helicóptero al cementerio de Mingorrubio, en la localidad de El Pardo cerca de Madrid. En un panteón de titularidad pública fue inhumado junto a su esposa, Carmen Polo.

Reacciones políticas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una rueda de prensa posterior destacó el rol del Estado español en conseguir la exhumación: «Se cumple con un mandato parlamentario, con una sentencia del Tribunal Supremo y el compromiso del Gobierno, pero por encima de todo hoy España cumple consigo misma».

«La España actual es fruto del perdón, pero no puede ser producto del olvido», expresó Sánchez, ante lo periodistas que no pudieron hacer preguntas. El líder del partido socialista habló de conciliación pero no mencionó una reparación basada en la justicia penal para las víctimas de la dictadura.

Para Pablo Iglesias, candidato de Unidas Podemos, la exhumación es una buena noticias pero no alcanza y llega un poco tarde: “Lo hoy sin duda es una victoria para los colectivos y asociaciones que han defendido la Memoria Histórica, pero no basta. Creo que es importante no olvidar que los restos de Franco están en las oligarquías económicas y en una parte del aparato del Estado”.

La derecha, como es normal en estos casos, miró para otro lado. Pablo Casado, líder del Partido Popular prefirió centrarse en las próximas elecciones: “El 10 de noviembre no se vota sobre nuestro pasado. Se vota sobre nuestro futuro y las preocupaciones reales”, dijo en un acto de precampaña.

Albert Rivera, de Ciudadanos, admitió que no le interesa el asunto: “No debe ser la prioridad de un Gobierno los huesos de un dictador muerto hace 44 años”, expresó en una entrevista televisiva. La cabeza de Vox, Santiago Abascal como era de esperar arremetió contra Pedro Sánchez: “El carroñero de la Moncloa ha iniciado una campaña de odio”, escribió en Twitter.

Queda mucho por hacer

Sacar al dictador del espacio de exaltación que él mismo construyó es un paso importante para la democracia española. Sin embargo, se entiende insuficiente si no se avanza contra los crímenes que el régimen franquista cometió, se repara el daño alas víctimas y se penaliza la apología del franquismo.

La mañana de la exhumación la familia Franco y sus seguidores, los que la prensa española llama “los nostálgicos”, dieron una muestra de la necesidad de seguir avanzando. En primer lugar, uno de los nietos del dictador, Francis Franco, intentó ingresar al recinto portando una bandera española con el símbolo de la dictadura.

Al momento de salir, sobreel ataúd, al no poder colocarle una bandera española, colocaron un estandarte con la cruz laureada de San Fernando, referencia a la máxima condecoración militar. Al momento de ingresar los restos al coche fúnebre, los asistentes gritaron “Viva España, viva Franco”. Todo delante de la ministra de justicia.

En la nueva ubicación, el cementerio de Mingorrubio, la cosa era más eufórica. Alrededor de 300 personas se concentraron en la puerta del camposanto para despedir, nuevamente, al dictador. Entre los asistentes, que gritaban y cantaban consignas franquista o saludaban con el brazo en alto, se encontraba Antonio Tejero. Este teniente coronel retirado de la Guardia Civil encabezó, en 23 de febrero de 1981, un intento de golpe de Estado por el cual fue condenado a 30 años de prisión. Por si fuera poco, su hijo, Ramón Tejero, fue quien ofició la misa, por pedido de la familia, junto al prior del Valle, Santiago Cantera,que durante un tiempo se negó a cumplir la sentencia judicial de retirar los restos.

El Valle de los Caídos se inauguró en abril de 1959 después de casi dos décadas de construcción en manos de 40 mil prisioneros republicanos de la Guerra Civil. Franco decidió enterrar en la Basílica al fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera y a más de 33 mil personas, de las cuales unas 16 mil corresponden a víctimas de su propio régimen dictatorial. Estos restos fueron trasladados sin aviso ni permiso de la familias. En España todavía hay más 114 mil desaparecidos y más de 2500 fosas comunes sin exhumar.

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