17 octubre, 2019
Falleció la legendaria bailarina cubana Alicia Alonso
Tenía 98 años y había bailado con zapatillas de punta y todo hasta los 75, cuando se despidió del ballet clásico en Italia con una obra de creación propia, Farfalla (Mariposa).


Victoria García
Había nacido en La Habana en 1920 e iniciado su carrera profesional en EE.UU., primero bailando en comedias musicales en Broadway y luego incorporándose a compañías como el American Ballet Caravan y el Ballet Theatre de Nueva York.
De regreso en Cuba, en 1948, fundó la compañía de ballet Alicia Alonso y, dos años más tarde, la Academia de Ballet del mismo nombre, pionera en el país. Ambas fueron nacionalizadas luego de la Revolución Cubana en 1959. Al día de hoy, constituyen referencias ineludibles de la danza a nivel latinoamericano y mundial.
En el 60° aniversario del Ballet Nacional de Cuba, Fidel Castro le escribió una carta-homenaje en la que destacaba el importante papel de Alicia en la institucionalización y popularización del ballet en Cuba: “Alcanzaste lo más altos laureles del mundo antes del triunfo de la Revolución. Solo excepcionalmente alguien puede realizar esa proeza. Hoy el ballet y otras muchas actividades del arte y la cultura se han masificado. Aquella fue como la mano de seda que despertó el genio dormido en el fondo del alma de nuestro pueblo”.
Alicia Alonso, quien tomó su apellido de su primer esposo, Fernando Alonso -también bailarín- no solo fue una prima ballerina assoluta reconocida mundialmente -algunos de sus roles como el de Giselle y el de Carmen son especialmente célebres- sino que también coreografió numerosas obras que hoy forman parte del repertorio de compañías de ballet dentro y fuera de Cuba.
Padecía desde joven de una ceguera parcial en un ojo. Esta condición no le impidió, sin embargo, bailar hasta mucho más allá de la edad habitual de retiro de las bailarinas. Su persistencia artística es uno de los rasgos que la asemeja a su coetánea rusa, la también legendaria Maya Plisétskaya (nacida en 1925, sólo cinco años después).
Se dedicó sobre todo al ballet clásico, caracterizado por un gran esfuerzo físico y por una técnica muy rigurosa. No obstante, solía decir que “la técnica es el medio, pero el arte es el fin”. Sin duda, por su arte será recordada.
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