Géneros

24 septiembre, 2019

Rosario: 30 mujeres iniciaron capacitaciones para conducir colectivos

El hecho responde a una ordenanza que rige desde el 2006 pero que practicamente no se cumplió en estos años. En total son 800 las que se inscribieron para obtener la licencia D2 que permite trabajar como choferes del transporte urbano.

Horas antes de iniciarse el Día del Colectivero, la Municipalidad de Rosario brindó el primer curso de conducción de transporte urbano para un total de 30 mujeres, como exige la ordenanza 7.981 sobre paridad de género al volante. La misma rige desde el año 2006 pero nunca fue respetada por las empresas de colectivos, ni tampoco el Estado bregó por su cumplimiento.

Un total de 800 mujeres se inscribieron a la capacitación de conducción para el otorgamiento de la licencia D2, que habilita a manejar unidades de transporte público de pasajeros. Hasta el momento sólo ingresaron las primeras 30. Se trata, según comunicó el municipio, de “una acción que permitirá avanzar en la efectiva equidad” en este empleo, ya que en la localidad santafecina hay un total de 24 mil varones con esta licencia.

Sucede que en mayo de este año el Concejo Municipal modificó la legislación y estableció un 50 por ciento del cupo para mujeres al volante, ordenó reabrir el registro de aspirantes y sancionar a las empresas que incumplan con lo pautado.

A principios de septiembre, la jueza del fuero Civil y Comercial N° 10 de Rosario, Paula Calace Vigo, falló en favor de cuatro mujeres colectiveras que realizaron reemplazos en la empresa Movi, entre 2017 y 2018, y luego fueron cesanteadas. Se trata de Natalia Verónica Munafo, María Etelvina Álvarez, Alejandra Isabel Avendaño y Silvina Ada Moreno, quienes decidieron llevar adelante demandas para conseguir su reincorporación.

La magistrada consideró que se incumplío la ordenanza por la cual las empresas deben garantizar “el ingreso de una mujer por cada dos puestos” de trabajo por cubrir. “Que una misma regla lleve a un impacto diferenciado entre mujeres y hombres configura un estereotipo de género, lo que se convierte en una de las causas y consecuencias de la violencia de género en contra de la mujer”, sentenció.

Otro factor que obstaculiza la lucha por el cupo femenino en esta actividad es el propio sindicato que debería representar a estas mujeres. Semanas atrás, el Instituto Nacional  contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) señaló que el secretario general de la Unión del Transporte Automotor (UTA) de Rosario incurrió en discriminación de género tras sostener que “el cuerpo de la mujer no está preparado para manejar un colectivo”.

Gran Buenos Aires

En octubre del año pasado, la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo ordenó a las empresas de colectivos que prestan servicios en el área metropolitana, garantizar el 30 por ciento de cupo femenino al volante y “dejar atrás la inicua e intolerable desigualdad producida por la discriminación de género”.

A su vez, obligó a la Secretaría de Trabajo que contemple el fallo en la renegociación del convenio colectivo “para revertir la segregación por razón de género” y elabore un listado de mujeres con licencia habilitante y con voluntad de trabajar en esta actividad.

El antecedente de esta decisión es conocido como el “caso Sisnero”, un amparo individual que tomó la Corte Suprema de Justicia en 2014 por el que se reconoció el derecho constitucional de las mujeres a “acceder a un empleo como conductora de colectivos”.

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