Cultura

23 septiembre, 2019

Una política audiovisual destructiva

Casi cuatro años de desidia por parte de la actual gestión del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), respaldada por el Gobierno, viene aniquilando la posibilidad de hacer despegar una industria cultural.

Martin Paglione*

COMPARTIR AHORA

En este último tiempo estamos presenciado la agonía de la industria audiovisual y el cine independiente. El último golpe fue hace unas semanas cuando la actual gestión del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) decidió derogar las Resoluciones N° 981/2013 y N° 1598/2012, que servían de apoyo a las distribuidoras independientes para los estrenos de películas nacionales.

Luego de haber sufrido un nuevo shock de ajuste y devaluación posterior a las elecciones primarias de agosto, haciendo más inviables las producciones independientes, la Mesa de Directorxs de Cine denunció recientemente la subejecución del presupuesto por parte del INCAA, por cuarto año consecutivo, así como la suspensión de créditos. Sumado a este panorama, el ente no garantiza el funcionamiento del Consejo Asesor ni de la Asamblea Federal -órganos de cogobierno del organismo- mientras sigue incumpliendo el pago a varios proyectos ganadores de concursos.

En este contexto, el pasado jueves y viernes la Multisectorial por el Trabajo, la Ficción y la Industria Audiovisual realizó su 4° Congreso Nacional, en el que contó con la presencia de grandes personalidades de los diferentes sectores: televisión, cine, sindicatos, estudiantes y legisladores. 

Allí se puso de manifiesto la situación de crisis que atraviesa a todas las producciones audiovisuales desde el 2016. Un ejemplo de este daño se ve en las universidades públicas, que encuentran mermada la posibilidad de seguir generando contenidos a través de sus respectivos canales televisivos o plataformas. Esto resulta preocupante debido a que no solo son espacios de formación sino que suponen fuentes laborales para los profesionales de la industria. 

Una de las propuestas por parte de la Multisectorial, para revertir parte de esta situación, es la aprobación de una Ley para la Televisión, que proporcione al sector sus propios recursos, sin ir en detrimento de los Fondos de Fomento Cinematográfico. 

Sin perder de vista el contexto socio-político actual, nos encontramos frente a una situación en la que peligra no sólo el cine nacional y la posibilidad de una industria audiovisual sino la propia identidad cultural. Nunca antes en la historia se había consumido tanto contenido audiovisual como ahora y terminarán siendo las grandes productoras estadounidenses o las pujantes plataformas digitales quienes lleguen al público. 

No se trata solamente del reclamo de un sector o una defensa de “lo nacional” en sí misma, sino de garantizar la pluralidad cultural y darle la posibilidad a nuestra sociedad de contar sus propias historias.

* Estudiante de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC)

Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.

Aportá a Notas