3 septiembre, 2019
Comienza el juicio contra Lucas Carrasco por violación
Este miércoles empezará el proceso judicial contra el periodista por dos casos de abuso sexual con acceso carnal. Los hechos ocurrieron en 2013 y 2015 y se dieron en contextos de suma vulnerabilidad para las víctimas que, como otras decenas, fueron contactadas por las redes sociales.

Ambos relatos coinciden en las formas: ellas fueron a ver a Carrasco para tener relaciones sexuales. La violación ocurrió cuando se negaron a realizar prácticas que él consiguió bajo sometimiento: sexo anal y oral. Violencia, drogas y alcohol para él. Durante mucho tiempo, miedo y vergüenza para ellas.
A cargo del proceso estará el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 9 conformado por los jueces Ramón Fernando Ramírez, Ana Dieta de Herrero y Ana Laura Vega quienes evaluarán los testimonios de las víctimas y los testigos, amparados por el fiscal Patricio Lugones, quien insiste en la veracidad de las denuncias.
Por primera vez, Sofía se animó a contar el calvario que sufrió con Lucas Carrasco en el departamento del centro aquella tarde de febrero de 2013. «Estuvo todo bien hasta que, en un momento, quedé boca abajo pegada al colchón, y es el momento en que aprovechó para penetrarme analmente sin mi consentimiento”, dijo a Infobae.
Cuenta que opuso resistencia, que lloró, que gritó, pero que no pudo contra su brutalidad y su peso. Cuando él se cansó, le dijo: “¿Hasta cuando ibas a seguir?, te dije que no quería”, “hasta que te acostumbres”, contestó el abusador.
Después, él tomó cocaína y la obligó a practicarle sexo oral mientras “escribía una nota”. El abuso continuó hasta que llegó la hermana y Sofía pudo escapar.
El otro caso es de identidad reservada por protección de la víctima. Ocurrió en 2015. Según consta en la denuncia, «Carrasco manifestó no haber dormido, y haber tomado mucho alcohol, para en medio de la conversación besarla en la boca, y agarrándola del brazo la llevó a su habitación, que se encontraba a oscuras. Allí le pidió que le practicara sexo oral, pero al no gustarle la manera en que ella lo hacía, la corrió y metiéndole sus dedos dentro de la boca le refirió ‘así se hace’, introduciéndole su pene hasta la garganta».
En tanto, el descargo de la fiscalía resalta que “la conducta desplegada por Lucas Emanuel Carrasco resulta constitutiva del delito de abuso sexual con acceso carnal (dos hechos), los que concurren en forma real. En efecto, este agravante del abuso sexual reprime la conducta de aquel que mediando las circunstancias exigidas en la figura básica (violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad o de poder, o aprovechándose de la víctima que por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción, accediera carnalmente a otro”.
Así las cosas, el periodista enfrenta la posibilidad de ir a la cárcel, ya que según el art. 119 del Código Penal «Será reprimido con reclusión o prisión de seis meses a cuatro años el que abusare sexualmente de una persona cuando ésta fuera menor de 13, o cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción».
Depredador online
Lucas Carrasco se caracterizaba por sus apariciones en programas de televisión políticos ligados al gobierno anterior. Cuando el kirchnerismo estaba en auge, el bloguero saltó a la fama por su obsecuencia con el modelo y así ganó seguidores y seguidoras.
A través de las redes sociales se contactaba con militantes, mayormente chicas menores de 25 según los testimonios plasmados en la pagina de Facebook “Yo denuncio a Lucas Carrasco”. A partir de ahí, todo coincide.
Los capturas de pantalla muestran una manera sistemática de llevar la conversación al ámbito sexual para terminar en ofrecimientos y propuestas de encuentros. Carrasco se amparaba en citas de poetas, escritores y músicos para justificar su lujuria, e incluso las relaciones sexuales con menores de edad, es decir, pedofilia.

Su adicción a las drogas y el alcohol también era un caballito de batalla. Buscaba generar lástima en las víctimas y empatizar con ellas. Cuando alguna de ellas se negaba a continuar, las llenaba de mensajes, insistía, lloraba, les pedía perdón y volvía a la carga.
Ahora que sí nos ven
La primera denuncia fue pública. La hizo Lucía a través de su página de Facebook en 2016 e inmediatamente comenzaron a llegarle testimonios de chicas que habían pasado por lo mismo. Juntas, se animaron a escracharlo y luego a realizar la denuncia penal de la mano de las mujeres organizadas contra los abusos sexuales de Cristian Aldana.
La oleada de relatos lo obligó a recluirse en Paraná. Allí continúa su carrera como periodista en medios que son cómplices de sus abusos ya innegables. Sin embargo, su popularidad cayó en forma considerable y ya no tiene lugar en los medios tradicionales, ni sus opiniones cargadas de misoginia y anarquía infantil le son suficientes para volver a instalarse.

La pelea pública la ganaron las mujeres organizadas contra el machismo y la violencia, y se espera que lo mismo ocurra en el terreno judicial. En diálogo con Cosecha Roja, Sofía dijo: “En esta etapa del debate oral, más allá de lo horrible que pueda ser, se van a tener que sentar, mirarnos y escucharnos. Más allá del resultado, de si hay una condena o no, nos van a tener que escuchar. Y esta va a ser siempre nuestra verdad.”
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