30 agosto, 2019
¿Y dónde están los desaparecidos?
Este viernes se conmemora a todas las víctimas de desapariciones forzadas a nivel internacional. El 30 de agosto es un día que nos trae recuerdos tristes y llenos de bronca.

La ONU declaró recién en 2010 el 30 de agosto como día internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. Lo toma como un problema mundial y pone el acento en el incumplimiento de las obligaciones por parte de los Estados.
En nuestro país, uno de los que más desaparecides, desaparecidas y desaparecidos tuvo en la década de 1970 en la región, esta fecha cobra una relevancia especial y particularmente dolorosa. Recordamos a les 30 mil compañeres que lucharon por un mundo mejor, que se opusieron a la represión y a quienes el Estado argentino ocultó y negó a sus familias la información.
En este caso no sólo se cometieron crímenes de lesa humanidad contra las personas desaparecidas, sino que también se extendió esa tortura y angustia a las familias y amistades. Toda una sociedad sufrió y sigue sufriendo las consecuencias.
Distintos organismos de Derechos Humanos tienen presente esta fecha a modo de conmemoración, pero también de lucha. A pesar de no gobernar más una dictadura, a pesar de todos los avances en materia jurídica internacional sobre estas temáticas, en nuestro país sigue habiendo personas desaparecidas hasta el día de hoy.
Sigue faltando información sobre muches compañeres detenides y desaparecides y sobre les hijes nacides en cautiverio.
Pero también, aún ahora, a más de 40 años del inicio de la última dictadura cívico-militar de nuestro país, seguimos teniendo que lamentar desaparecides en democracia. Jorge Julio López, que sigue sin saberse dónde está. Los casos de Luciano Arruga y Santiago Maldonado pasaron por un período por esta figura de desaparecidos y sólo mediante la lucha del pueblo se conoció dónde estaban sus cuerpos.
Nunca podrán matarte en mi alma
Pobrecito!… pobre «el Cebolla», no pudo más
Se degolló por miedo
También podemos recordar la masacre que ocurrió en el pabellón séptimo del Penal de Villa Devoto en marzo de 1978. Allí murieron asfixiados o quemados cerca de 70 presos alojados sin que el servicio penitenciario se dignara a abrir la celda para salvar esas vidas.
En ningún momento se avanzó con la investigación para saber quiénes fueron las víctimas ni cuántas exactamente. En 2014 se consideró que los hechos constituían crímenes de lesa humanidad y se ordenó reabrir la investigación.
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ya anunció una mudanza de ese penal con el objetivo de poder utilizar el terreno, que representa un gran negocio inmobiliario en un barrio de clase media y alta. Va a tener que enfrentarse, en este caso, con las restricciones judiciales de hacer cambios o demoler el edificio violando la Ley nacional 26.691 de “Preservación, señalización y difusión de sitios de memoria del Terrorismo de Estado”.
Es una lucha por les que desaparecieron, pero que hoy tiene más vigencia que nunca.
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