20 agosto, 2019
Absuelven en El Salvador a una joven que había sido condenada por abortar
Evelyn Beatriz Hernández había sido juzgada y sentenciada a 30 años de prisión. Sin embargo, tras una apelación la Corte Suprema ordenó repetir el juicio y quedó en libertad.

Evelyn Beatriz Hernández fue violada y dio a luz en 2016 un bebé que nació muerto. La mujer fue acusada de asesinato en el marco de la legislación local que prohíbe el aborto en todas sus formas.
En julio de 2017, a sus 19 años, fue encontrada culpable por presuntamente interrumpir voluntariamente su embarazo y condenada a 30 años de prisión. Sin embargo, por decisión de la Corte Suprema la sentencia fue anulada y el juicio se llevó a cabo nuevamente.
Fue en esta oportunidad que el tribunal tomó nota de las declaraciones de Hernández quien aseguró que sufrió un aborto espontáneo. Incluso la defensa, conformada por Bertha María De León y Dennis Muñoz, explicó que la joven ni siquiera sabía que estaba embarazada y que confundió el trabajo de parto con dolores de estómago.
Tras perder el embarazo, la mujer fue trasladada al hospital Nuestra Señora de Fátima, de la ciudad de Cojutepeque. Los profesionales de esa institución fueron quienes hicieron la denuncia ante la policía.
Fue entonces que los oficiales acudieron al lugar donde sucedió el aborto y encontraron el feto. “Los agentes de autoridad dicen que lo lavaron, eso es obviamente una contaminación de escena”, cuestionaron sus abogadas en ambos procesos judiciales.
«Gracias a Dios se hizo justicia”, declaró la acusada al salir del juzgado donde una multitud la acompañó. “Todo este tiempo fue duro porque me acusaban de algo de lo que yo era inocente. Espero que muchas muchachas (condenadas por abortar) salgan pronto (de la cárcel)», añadió.
Por su parte De León explicó que el juez dijo «que no había forma de comprobar el delito y por eso la absolvió”. “Ha dicho que fue un parto complicado, como el de muchas de las mujeres que aún están presas por el delito de homicidio», subrayó.
Condenadas por decidir sobre su cuerpo
El Salvador es uno de los seis países del mundo (junto al Vaticano, Malta, Nicaragua, República Dominicana y Honduras) en que la interrupción del embarazo está prohibida en cualquier circunstancia.
Frente a esto la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha solicitado al país que cumpla con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos y flexibilice la normativa.
Hace dos años el entonces alto comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein, consideró que el país “tiene una de las leyes sobre aborto más draconianas del mundo”.
En total son 18 las mujeres presas en territorio salvadoreño por haberse realizado esta práctica. Algunas con penas que alcanzan los 40 años.
En ese marco este juicio fue histórico ya que se inscribe en un contexto político particular. Las organizaciones de mujeres y feministas, respaldas por un movimiento de alcance mundial, apuntan a la despenalización para casos de violación o donde corra peligro la vida de la persona gestante.
La misma posición ha manifestado públicamente el nuevo presidente -electo a principios de año-, Nayib Bukele, quien es partidario de despenalizar el aborto en algunos casos.
En marzo de este año la Corte Suprema salvadoreña ordenó, gracias a la presión y movilización popular, la liberación de tres condenadas por abortar. El tribunal conmutó sus penas (una de ellas llevaba nueve años presa) por considerar que fueron desproporcionadas y que el sistema de justicia no tomó en cuenta otros elementos al juzgarlas, como su condición social o de salud.
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