25 julio, 2019
San Miguel del Monte: el testimonio de la sobreviviente de la masacre
Rocío Quagliariello, la joven de 14 años que sobrevivió a la persecución fatal, habló luego de haber estado internada veinte días en estado crítico en el hospital El Cruce, de Florencio Varela.

Rocío Quagliariello, la joven de 14 años que sobrevivió a la persecución fatal, habló luego de haber estado internada veinte días en estado crítico en el hospital El Cruce, de Florencio Varela.
La adolescente iba en un auto Fiat Spazio color blanco la noche del 20 de mayo en la que tres móviles policiales la persiguieron y hostigaron junto a sus conocidos y amigos Aníbal Suárez (22), el conductor del móvil; Danilo Sansone (13), Gonzalo Domínguez (14) y Camila López (13), quienes terminaron muertos al toparse con un acoplado en infracción a la vera de la ruta 3, que cruza la localidad bonaerense de San Miguel del Monte.
A poco de cumplirse dos meses de la masacre, por la que ya hay 13 acusados en la Justicia de los cuales 11 están con prisión preventiva, Rocío Quagliariello habló con el noticiero Telenoche: “Me acuerdo de una cosa pero no la quiero contar, me acuerdo algo de mi amigo Gonzalo”. A su turno, respondió que ese recuerdo sólo lo sabían personas de su entorno debido a que era algo “importante para la causa”.
Además, sostuvo que a la policía “no le teníamos miedo, confiábamos en ellos” y aseguró: “No tengo miedo”, en relación a que tendrá que declarar ante la justicia. Al despertar en el hospital Rocío no recordaba lo sucedido aquella noche, fue “unos días antes de venir acá” [por San Miguel del Monte] que “me contaron lo que pasó”. Perpleja, confesó nunca haberse imaginado que la policía pudiera hacerle daño.
El domingo 19 de mayo Aníbal Suárez salió en su Fiat Spazio de la casa de sus tíos, ubicada en el barrio Juan Pablo II (un lote de 140 viviendas familiares), luego se encontró en la plaza con Danilo, Gonzalo, Camila y Rocío. “Siempre nos encontrábamos en la plaza, salíamos a dar vueltas. Ese día estábamos con Cami sentadas en la plaza y paso Danilo y Gonzalo con Aníbal en el auto y ahí fue que nos convencieron los chicos y fuimos a dar una vuelta”, contó la sobreviviente.
Eran pasadas las doce y media de la noche cuando rondaban por la laguna de Monte y un patrullero de la Policía bonaerense comenzó a seguirlos, a paso lento, mientras Aníbal se manejaba por entre caminos de tierra hasta luego salir a la avenida 9 de Julio (colectora de la ruta 3). Luego se sumaron dos móviles policiales más.
Fue en parte gracias a Alexis Rodríguez, trabajador del Centro de Monitoreo de la Municipalidad de Monte que difundió los videos de las cámaras de seguridad en los que se ve la persecución y a un policía sacando la mitad de su cuerpo por la ventanilla del móvil, que comenzaron a elevarse las sospechas sobre la responsabilidad de la Policía, que inicialmente sostuvo la versión de un accidente.
Según consta en el expediente, las pericias sobre las armas de los uniformados confirmaron que hubo disparos durante la persecución y que una de las víctimas tenía un balazo de un arma calibre 9 milímetros en la parte de adelante de su cuerpo, por lo que se sospecha que un efectivo disparó frente al Fiat Spazio.
La masacre no fue un hecho aislado, sino una cadena de procedimientos ilegales por parte de la Policía de la provincia de Buenos Aires. Según declaró el hermano de Aníbal, el 9 de marzo el joven fue detenido por la Policía y trasladado a la comisaría. Allí lo llevaron a la oficina del comisario, quien le dijo que debía hacerle una multa de 35 mil pesos por no tener registro de conducir, pero que podía evitarla si le pagaban 5 mil pesos. Es decir, una coima.
Veintidós días después, el 31 de marzo del corriente, Danilo Sansone fue detenido junto a otros dos jóvenes cuando estaban en la plaza central de la ciudad. “Lo subieron a empujones al móvil y le pegaron una piña en la costilla”, aseguró su madre Gladys. Según contó ella, el jefe de calle de la Policía, José Durán, le explicó que el motivo de la detención se debió a que los chicos hacían parkoury: “A vos por romper un cartel, a vos por enchufar el celular que se apagaron las luces y a vos Sansone, por jetón, te hace falta una buena paliza”, parafraseó la madre.
Tal como detalló en un informe la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), la relación con la Policía de Monte estaba atravesada “por la corrupción y la discrecionalidad”, donde “la práctica de pedir sobornos o coimas era frecuente y conocida”.
Por este hecho están detenidos los oficiales Rubén García, Leonardo Ecilape y Manuel Monreal, bajo el cargo de homicidio agravado; mientras que los policías Mariano Ibáñez, José Domínguez, Melina Bianco, Héctor Ángel, José Durán, Franco Micucci y Nadia Genaro, y el ex secretario de Seguridad, Claudio Martínez, llevan en su haber la imputación de encubrimiento agravado, incumplimiento de los deberes y falsedad ideológica.
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