Europa

10 julio, 2019

Irlanda del Norte un poco más cerca del aborto legal

Los diputados del Reino Unido aprobaron el matrimonio igualitario y la despenalización del aborto en Irlanda del Norte, la única región que mantiene la prohibición desde 1861. Sin embargo, ninguna de las dos enmiendas entrarán en vigencia si el 21 de octubre se conforma un nuevo gobierno local.

Irlanda del Norte se encuentra sin Gobierno propio desde 2017 luego de que el Partido Unionista Democrático (DUP) y el Sinn Féin empataran en las elecciones y fracasara el acuerdo de reparto de poder. Desde ese momento, depende del parlamento británico, donde este martes se impusieron dos enmiendas que amplían los derechos para las mujeres y las disidencias sexuales en ese territorio.

Con 332 votos a favor y 99 en contra, los legisladores y legisladoras intervinieron para aprobar la despenalización del aborto en Irlanda del Norte, la única región del Reino Unido que, hasta el momento, lo prohíbe. En tanto, con 383 votos contra 73 quedó aprobado también el matrimonio igualitario.

A pesar del avance que significan ambas normativas, todavía falta que sean ratificadas por la Cámara de los Lores en Londres. Asimismo dependen de lo que suceda con la acefalía del Gobierno de Belfast. La conformación de un nuevo gabinete en octubre permitiría dar marcha atrás, ya que debería volver a votarse en el órgano legislativo local.

Cadena perpetua por abortar

Hasta ahora la única forma en que se permite la interrupción del embarazo en Irlanda del Norte es si la continuidad del mismo significa un riesgo para la salud física o mental de la mujer. Caso contrario, estará obligada a continuar con la gestación, incluso si el feto corre riesgo de vida o si es producto de una violación, aunque ésta implicara -además- un incesto.

Según la “Ley de Ofensas Contra las Personas”, de 1861, quienes trasciendan la prohibición del aborto -ya sea el médico o la persona gestante – podrían ser condenados a cadena perpetua. Es decir, que una víctima de violación enfrentaría penas más altas que las del victimario.

El texto en cuestión dicta que “toda mujer que esté embarazada, que, con la intención de procurar su propio aborto se administrara ilegalmente a sí misma cualquier veneno u otra cosa nociva, o utilizara ilegalmente cualquier instrumento u otro medio con la intención similar, se mantendrá en la servidumbre penal de por vida”. Lo mismo corre para quien lo practique.

En tanto, si la pena no alcanza la máxima gravedad, el o la condenada no podrá trabajar en ninguna actividad que suponga el trato con niños, niñas o adolescentes, y verá limitada su posibilidad de ejercer puestos para los cuales se exige estar libre de antecedentes penales de gravedad.

Cabe recordar que en Inglaterra, Escocia y Gales, el aborto es legal desde 1967. En ese sentido, en los últimos dos, las mujeres que cursen embarazos de hasta 10 semanas pueden acceder a la venta libre de Misoprostol para realizar una práctica segura en sus hogares, sin la necesidad de recurrir a un centro de salud. En tanto, los tres países permiten que se realice un aborto quirúrgico hasta la semana 24, con una extensión posible en caso de que corra riesgo la vida de la mujer o el feto, siendo una de las primeras y más permisivas leyes europeas en la materia.

La posibilidad de acceder a un aborto seguro sin ser castigada de por vida por ello, implicó que en 2018 un total de 1.053 mujeres norirlandesas viajaran a Inglaterra para realizarse la práctica de forma legal. Los datos se desprenden del informe publicado por la British Pregnancy Advisory Service, desde donde aseguraron que el número significa un 22% del total, unos 192 casos mas que en el año anterior.

¿Por qué intervino el Parlamento?

La vigencia de la ley en Irlanda del Norte va de la mano del DUP, el partido de mayor peso y que apoyó en su momento a la primer ministra, Theresa May, hasta que rompió el acuerdo en torno a la posición de la funcionaria sobre el Brexit.

Del otro lado, por parte del Sinn Féin, las posiciones son encontradas. De raíces católicas, el partido dio libertad de acción a sus representantes y militantes. En ese sentido, la líder Mary Lou McDonald se inclinó por el sí, en caso de que corra peligro la vida de la madre, el embarazo sea producto de una violación, o exista una malformación del feto.

En tanto, en junio de 2017 la Corte Suprema británica se abrió del debate tras considerar que no tiene jurisdicción para pronunciarse sobre la legalidad o no de la prohibición en Irlanda del Norte. El pedido de intervención lo realizó la Comisión de Derechos Humanos de Irlanda del Norte (NIHRC) que solicitó que el máximo tribunal de justicia dictaminara si la prohibición violaba o no el Convenio Europeo de Derechos Humanos.

En ese contexto, el diputado laborista Conor McGinn presentó las enmiendas que suponen la ampliación de derechos para las mujeres norirlandesas. Tras la aprobación, su par en Irlanda del Norte, el diputado también laborista Tony Lloyd, dijo que el parlamento finalmente había votado para “garantizar que el amor ya no tenga fronteras y que las mujeres no sean tratadas como ciudadanas de segunda clase”.

Carla Martilotta – @CarlaMartilotta

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