2 julio, 2019
Quién es Ekrem Imamoglu, la promesa que ganó la alcaldía de Estambul
Imamoglu significa «hijo del imán». Una interesante metáfora para describir al hombre que ganó la alcaldía de la ciudad más grande de Europa y la más importante de Turquía atrayendo al 54% del electorado arrebatándole la gran metrópolis al partido oficialista que la gobernó durante 25 años.

Imamoglu significa «hijo del imán». Una interesante metáfora para describir al hombre que ganó la alcaldía de la ciudad más grande de Europa, y la más importante de Turquía atrayendo al 54% del electorado. Su nombre es Ekrem İmamoğlu, y le arrebató la gran metrópolis al partido oficialista que la gobernó durante 25 años.
Miembro del Partido Republicano del Pueblo (CHP, por sus siglas en turco), este exempresario de la construcción tuvo que competir dos veces en la misma elección ya que la primera, celebrada el 31 de marzo, fue anulada por la Comisión Electoral Suprema de Turquía. El Gobierno, liderado por el presidente, Recep Tayyip Erdogan, denunció fraude y el CES actuó.
El opositor CHP había ganado por un 0,2%, 13 mil votos que para una ciudad con 15 millones de habitantes resulta insignificante. Lo curioso es que sólo se anularon las generales de Estambul. El resto de los comicios locales, donde el oficialista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKD, por sus siglas en turco) ganó en 25 de 39 distritos, fueron validadas.
Pero al Gobierno le salió el tiro por la culata: las elecciones volvieron a celebrarse el 23 de junio y los 14 mil votos de diferencia a favor de Imamoglu se transformaron en 770 mil, finalizando en un 54% frente a un 45%. En una entrevista con la CNN, el nuevo alcalde expresó que la anulación les “dio la oportunidad de llegar a todo el mundo, todos los políticos y mostrarles nuestra visión democrática”.
Un desconocido para la mayor parte de Turquía y el resto del mundo
Ekrem Imamoglu vivió una vida típica de turco rico: su familia es dueña de una empresa constructora la cual gerenció y de la que posee un 20% de las acciones, ganancias y una veintena de propiedades a lo largo de todo el país.
En 2008 decidió meterse en la política y las influencias familiares -principalmente su esposa- lo llevaron al CHP. Fue elegido referente de la juventud en 2009, cargo que sostuvo hasta 2013. Cuando renunció para comenzar su campaña a intendente de la localidad estambuliana de Beylikdüzü. En 2014 derrotó al candidato del AKD con el 50% de los votos.
A Imamoglu se lo tiene como una alternativa laica al actual partido gobernante, que tiene sus bases en el Partido del Bienestar, de corte religioso islamista. Aunque el Partido del Bienestar fue proscripto en el año 2000 por el Consejo Nacional de Seguridad de Turquía por “atentar contra la naturaleza secular” del país, varios exmiembros más “moderados” contribuyeron a la formación del AKD, que es acusado hoy en día de haber islamizado el país.
Licenciado en Administración de Empresas, y con una maestría en recursos humanos, el nuevo alcalde de Estambul tiene el perfil de un amable bancario. De hecho, luego de la anulación de las elecciones del 31 de marzo, brindó un discurso en el que llamaba a la tolerancia y a situar “el amor” en el centro de la disputa. Cada vez que tiene oportunidad de referenciar a esto, lo hace.
Asimismo, su forma de hacer campaña dista de la de los políticos más tradicionales de su país, tanto oficialistas como opositores. Su estrategia viró entre la caminata en los territorios, el enfrentamiento cara a cara y una fuerte intervención a través de las redes sociales. Todo un abanderado de la nueva política.
“Todo estará bien”. Un buen eslogan de campaña que no dice absolutamente nada. Pero con ese ímpetu y con esa premisa Imamoglu enfrenta sus discursos y entrevistas. La transparencia por sobre todas las cosas, sostiene el nuevo alcalde, pero al ser consultado sobre si va a investigar al presidente Erdogan en sus acusaciones de corrupción en la ciudad -debido a que ahora tiene acceso a información clasificada-, vierte esa responsabilidad en otro lado: “Eso es una tarea de la justicia”.
Felizmente casado y con tres hijos, el exgerente resalta entre su partido de tradición laica. Profesa el islam y asiste a la mezquita junto a su madre quien también viste religiosamente. Imamoglu viene del seno de una familia religiosa. Precisamente por esto es que pudo atraer un voto usualmente ajeno al Partido Republicano del Pueblo, el islamista, principalmente ese grupo disconforme con Erdogan.
Marketing o aire fresco para la política turca. Está por verse. Por lo pronto, Imamoglu tendrá cinco años para demostrar si realmente tendrá un gobierno de “transparencia y amor” y si es, como auguran en sus filas, el candidato predilecto para competir por la presidencia en 2023.
Martín Raschinsky – @Martinraschin
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