Derechos Humanos

27 junio, 2019

Dictaron sentencias por los crímenes de lesa humanidad contra las Ligas Agrarias de Chaco

Este martes 25 de junio en la sede del Tribunal Oral Federal de Resistencia fueron condenados cuatro de los cinco imputados en la causa denominada “Ligas Agrarias 1”, por la represión a dirigentes campesinos y trabajadores rurales durante el terrorismo de Estado.

Este martes 25 de junio en la sede del Tribunal Oral Federal de Resistencia fueron condenados cuatro de los cinco imputados en la causa denominada “Ligas Agrarias 1”, por la represión a dirigentes campesinos y trabajadores rurales durante el terrorismo de Estado.

La jornada estaba preparada para la presentación de los alegatos de la defensa de los imputados. Sin embargo, tras la disposición del Tribunal de acelerar el proceso, durante la tarde se pronunció también la sentencia.

Pese al pedido del fiscal de la Secretaría de Derechos Humanos, Diego Vigay, de posponerla para el miércoles 26, la postura de los magistrados resultó inapelable.

El tribunal otorgó la pena de prisión perpetua por el homicidio calificado por alevosía y número de partícipes para el ex teniente coronel del Ejército, José Tadeo Bettolli y para el expolicía Alcides Sanferraiter, por el asesinato de Raúl Gómez Estigarribia y Carlos Piccoli respectivamente, ambos dirigentes de las Ligas Agrarias. Asimismo, el exoficial sumariante José Rodríguez Valiente fue condenado a cuatro años de prisión por encubrimiento al momento de rubricar las actas de los operativos en los que fueron ejecutados los dirigentes liguistas bajo el montaje de un “enfrentamiento”; y el excomisario Eduardo Wischnivetzky fue condenado a 18 años de prisión por privación de ilegítima de la libertad y tormentos agravados a los trabajadores rurales Modesto Meza, Hipólito Britez y Santos Brítez. El expolicía Miguel González, chofer de la comitiva que se trasladó desde Resistencia a Corzuela donde tuvo lugar la emboscada contra Estigarribia resultó absuelto y ya se adelantó que esta resolución será apelada.

Ante una sala repleta de familiares, militantes de Derechos Humanos y sobrevivientes del terrorismo de Estado, el presidente del Tribunal, Juan Manuel Iglesias, comunicó la parte resolutiva, desencadenando la alegría y el festejo entre los presentes que rápidamente corearon a viva voz: “Como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”. Varios portaban remeras de homenaje a Picolli y Estigarribia, y a Mario Bosch, emblema del juzgamiento al genocidio en la provincia.

Pese a la rapidez con la que se definió la fecha del dictado de la sentencia, además de los miembros de organismos de derechos humanos de la provincia, participaron de la audiencia las víctimas sobrevivientes, Santos Britez y Modesto Meza, y las familias de Estigarribia y Piccoli, emocionados por la reparación que les significa las condenas.

Los crímenes

Raúl Estigarribia fue asesinado la noche del 12 de febrero de 1977, en Corzuela, por un grupo de tareas liderado por el militar José Bettolli. Carlos Piccoli se trasladaba en bicicleta por un camino vecinal del paraje Pampa Florida de la zona rural de Sáenz Peña, el 22 de abril de 1979, donde fue acribillado con un fusil FAL y una pistola ametralladora PAM 3, por Alcides Sanferraiter y Carlos Chávez (fallecido).

Santos Britez y Modesto Meza relataron que el 30 de agosto de 1976 fueron detenidos por personal de civil, pero “con borceguíes y armas largas” y llevados a un paraje, el Lote 20, de la localidad de Villa Berthet donde fueron vendados y sometidos a torturas durante un operativo comandado por Eduardo Wischnivetzky a cargo de la Comisaría de Villa Ángela y en comisión de servicio en la jurisdicción de la Comisaría de Villa Berthet.

La organización campesina

Las Ligas Agrarias surgieron a principios de los años 70 en todas las provincias del noreste y hubo experiencias incipientes en Córdoba y Buenos Aires. Impulsaron la formación política y cooperativa del campesinado y lucharon por la distribución y titulación de la tierra, la regulación de la comercialización y la producción por parte del Estado enfrentando a los monopolios del acopio y comercialización rural y a los terratenientes locales y foráneos.

El movimiento fue ferozmente reprimido y desmantelado por el terrorismo de Estado antes del golpe de 1976, sus máximos referentes fueron asesinados y/o secuestrados, mientras otros debieron exiliarse o refugiarse en el monte durante años.

El juicio oral comenzó el pasado 5 de abril y se trató del primer proceso de estas características que abordó el terrorismo de Estado en las zonas rurales del Chaco. Tal como indicó la fiscalía en el resumen del requerimiento de inicio de las audiencias “los hechos se ubican en el desarrollo de una gigantesca campaña de operaciones represivas a trabajadores rurales y dirigentes de Ligas Agrarias en el marco del Terrorismo de Estado llevado adelante por el gobierno de facto (…) No fueron hechos aislados sino una persecución sistemática”.

Una vez conocida la sentencia, Santiago Osuna, de H.I.J.O.S. Chaco, comentó que “el hecho inédito del anuncio (de la sentencia) el mismo día de alegatos de la defensa por la mañana para la tarde, lo entendemos como una maniobra del Poder Judicial en estos tiempos de negacionismo, destinada a limitar la participación de la gente en los juicios”.

Por su parte, Armando Benítez, ex preso político, integrante de la Comisión Permanente por los Derechos Humanos consideró: “Creo que la expresión de una de las testigos víctimas de maltrato durante la época militar, cuando pregunta al juez si se puede retirar, si está en libertad, es la mejor demostración de lo que sufrió nuestro pueblo de lo que implica la impunidad, y esto es algo que se rompió con este juicio, esa impunidad”.

Estos casos sometidos a proceso judicial no agotan la magnitud que asumió la represión en el campo. Según el relato de Mario Piccoli, hermano menor de Carlos y actual delegado territorial de la secretaría de DD.HH. en el interior del Chaco, las Ligas “tuvieron alrededor de dos mil personas detenidas, de esas, 200 fueron torturadas, y alrededor de 10 u 11 están desaparecidas o fueron asesinadas”.

Por último, sostuvo: “La razón de la represión a las Ligas Agrarias fue económica. Fueron borrados del mapa. Ya no se siembra algodón en Chaco. Las cooperativas desaparecieron, ya no hay afluencia de trabajadores desde otras provincias. El éxodo rural y el despoblamiento es justamente lo que las Ligas querían evitar”.

Claudia Calvo

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