18 junio, 2019
Cerca: la calesita interminable
La obra de Tato Pavlovsky dirigida por Juan Washington Felice Astorga representa una mirada profunda sobre la relación de una pareja heterosexual y sus propias incertidumbres frente a cuestiones inevitables como los convencionalismos, la rutina y el paso del tiempo.

En su libro Amor Líquido, el filósofo Zygmunt Bauman sostiene que amar significa abrirle la puerta a la más sublime de las condiciones humanas en la que el miedo y el gozo se funden en una aleación indisoluble. Es por esto que el destino del amor siempre es incierto y complejo. Esta mirada aplica a Cerca: melodía inconclusa de una pareja, la obra de Eduardo “Tato” Pavlosky dirigida por Juan Washington Felice Astorga.
Los protagonistas -Cumelén Sanz y Marcos Casetta- juegan el rol de una pareja heterosexual romántica que sufre por cuestiones un tanto naif e inevitables como la rutina y el paso del tiempo. Se advierte la ridiculez de sus acciones en tanto ambos intentan frenar lo inevitable. Sin embargo, el énfasis en aquel intento no es tal porque ambos optan por seguir empujando -literalmente- esta calesita de reproches, enojos absurdos y esfuerzos que los agotan y los atraen en partes iguales.
La escenografía gana un lugar primordial en esta relación de desencuentros: el espacio principal está montado sobre una inmensa calesita a la que los sufrientes y exagerados personajes suben, bajan y dan vueltas de acuerdo a lo que dictan sus sentimientos atormentados.
Es que en Cerca nada pasa por la razón. Cualquier intento de pensar se ve interrumpido por un aluvión de latidos que desarman y resignifican ese mundo de pareja demasiado convencional para los tiempos de poliamor que corren. Los problemas de ambos nunca son individuales. Esa fusión permite el avance de la narración en la que cada individuo se siente tocado en su necesidad de estar completo en el otro.
La sensibilidad y la furia avanzan. El desgaste trastoca las relaciones de poder que los constituyen como seres perdidos. El individualismo es lo único que podría salvarlos pero no existe como opción sino como reproche.
Resulta irremediable que frente a la tozudez de continuar algo -como si fuera imposible repensar otra situación- los personajes pierdan libertad y todo se debata en esa oscuridad llamada amor que los rodea y se los va tragando.
Cerca recrea esa melodía inconclusa del título y la convierte en un infinito volver a empezar. Cabe preguntarse si la obra, que define una imagen del tópico de la literatura romántica y el bolero clásico: porque te quiero te aporreo, ha envejecido bien en tiempos de liberación sexual y parejas abiertas en que las relaciones se plantean desde un vínculo más sano construído a partir de la confianza, el diálogo y el consentimiento. Si el mensaje es continuar porque no queda otra con la persona amada, el problema sería cómo hacer para bajar de una buena vez de esa calesita que lastima y perpetúa una convención social en pos de la libertad.
Mariano Cervini – @marianocervini
Foto: Patricio Stuarts
CERCA Melodía Inconclusa de una Pareja de Tato Pavlovsky, dirigida por Juan Washington Felice Astorga sigue los Viernes a las 23 Hs, en el Teatro NoAvestruz Espacio Cultura: Humboldt 1857. Coreografía de Micaela Minervino; Escenografía de Guillermo Jorge Bechthold; actúan Cumelén Sanz y Marcos Casetta.
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