13 junio, 2019
De Australia a Chile: las luchas por la igualdad en el fútbol que llegaron al Mundial de Francia
En Argentina sin dudas el 2019 fue el año de más visibilización de la lucha del fútbol femenino luego de lograr su profesionalización. De la mano de este logro, la cita mundialista asomaba como la frutilla del postre tanto para las argentas como para muchas selecciones del mundo.
En Argentina sin dudas el 2019 fue el año de más visibilización de la lucha del fútbol femenino luego de lograr su profesionalización del mismo. De la mano de este logro, la cita mundialista asomaba como la frutilla del postre tanto para las argentas como para muchas selecciones del mundo en su lucha por la igualdad.
La Copa Mundial Femenina de Fútbol Francia 2019 está siendo mucho más que un evento deportivo. Desde la lucha australiana por la igualdad hasta la clasificación chilena tras haber sido olvidadas por su federación. Uno de los eventos más importantes a nivel mundial expone, en este caso, las batallas que brindan tantas mujeres a lo largo y ancho del planeta.
Hace tres años atrás, el combinado de fútbol femenino de Chile se enteraba que habían quedado fuera de la clasificación, ya que la Asociación Nacional de Fútbol Profesional no las había incluído en el calendario de la FIFA.
Ana Rothfeld, ex jugadora y actual dirigente chilena, encabezó la idea de armar un sindicato de mujeres futbolistas: la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol de Chile. Al año siguiente volvieron a competir, y el próximo año finalizaron segundas en la Copa América disputada en su país, clasificando directamente a Francia.
Muy lejos del país cordillerano, Ada Hegerberg, en el mismo año que Chile sacaba boleto francés, ganaba el Balón de Oro de la revista France Football y fue catalogada como la mejor jugadora de fútbol femenino del mundo.
La gran ausencia de este mundial, actual campeona de la Champions League y figura del Olympique de Lyon, dejó en claro su pedido: “Podría estar hablando horas de la igualdad, tanto en el fútbol como en la sociedad, pero no se trata solamente de lo económico sino del respeto”. Asimismo, la noruega exigió a su federación una serie de puntos, pero no recibió respuestas positivas.
Si hablamos de campeonas, Alemania no puede quedar afuera. Las teutonas consiguieron en ocho ediciones alzar la Eurocopa, certamen más relevante en el viejo continente a nivel selecciones. “Jugamos para una Nación que no sabe nuestros nombres”, expresaron en un spot lanzado antes de la cita mundialista. “Por nuestro primer título, nos dieron un juego de té; hemos luchado contra los prejuicios”, manifestaron.
Una de las tantas desigualdades entre el fútbol femenino y el masculino remite al aspecto económico. La selección de Francia, en el Mundial de Rusia 2018, ganó treinta y ocho millones de dólares, mientras que las campeonas de la actual competición sólo cuatro millones.
Otro claro ejemplo de la brecha es lo expresado por la Selección de Fútbol Femenino de Australia. Los “socceroos”, equipo masculino, por cada partido que disputaron en Rusia 2018 cobraron cien mil dólares, el doble de lo que percibieron las “matildas” por vencer a Brasil por 3 a 2 en la segunda fecha del Grupo C.
Estas y tantas más historias sobre cómo un mundial puede dar luz a esta lucha inspiran a soñar en la igualdad en un deporte tan lindo para aquellos que lo practican y consumen. Pero pierde su esencia cuando se mancha con diferencias, marginación y discriminación.
Emanuel Mardarás – @EMArdaras
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