Mundo Gremial

23 mayo, 2019

Conflicto en Alijor: la planta reabrió sus puertas pero no reincorporó a los despedidos

La panificadora ubicada en la localidad bonaerense de Garín despidió a 37 trabajadores en lo que va del año. Este mes despidió a 12 operarios quienes, luego de tomar las instalaciones, lograron que se les pague el 100% de la indemnización en tres cuotas.

La panificadora ubicada en la localidad bonaerense de Garín, despidió a 37 trabajadores en lo que va del año, superando a los 33 del 2018. Por la crisis económica que atraviesa el sector, este mes, la empresa despidió a 12 operarios quienes, luego de tomar las instalaciones, lograron que se les pague el 100% de la indemnización en tres cuotas.

Alijor es una de las empresas líderes del mercado argentino, elabora y comercializa pastas frescas envasadas, tapas de empanadas y pascualinas y produce distintos tipos de panificados: pan lactal, para hamburguesas y panchos para la marca La Salteña y la cadena patagónica de supermercados La Anónima.

Produce en promedio por mes 1,8 millones de panificados, 1 millón de tapas de pascualina y 200 mil kilos de pastas por mes, lo que la convierte en una de las firmas más reconocidas del mercado.

El conflicto comenzó este martes, al no realizarse un acuerdo por el pago de las indemnizaciones a los trabajadores despedidos. Ante esta cuestión la familia Biderman, dueña de la empresa fundada hace treinta años, decidió cerrar la fábrica dejando en stand by la estabilidad laboral de 240 trabajadores.

Frente a esta situación, el gremio denunció un “lock out patronal” y los trabajadores tomaron la planta para que se revierta la situación, con el aval del Sindicato de la Alimentación, conducido por Rodolfo Daer.

Las desvinculaciones de la empresa se dan en un marco de reducción que lleva aproximadamente dos años. En el 2015 Alijor tenía 320 empleados, mientras que en la actualidad se mantienen 240.

Este miércoles, luego de tres horas de reunión en la Secretaría de Trabajo, se llegó un acuerdo: la empresa volverá a producir en su planta de Garín y autorizó el ingreso de los 240 operarios de la fábrica. Aunque no se reincorporó a ninguno de los 12 trabajadores despedidos, se logró que se les pague el 100% de la indemnización en 3 cuotas, oferta superadora teniendo en cuenta que en primera instancia la firma ofrecía 12 cuotas o el 50% en seis meses.

Varios de los empleados de la planta reconocieron que la crisis golpeaba al sector alimenticio. Un claro antecedente es el de Pepsico en el año 2017, que despidió a 600 trabajadores en su planta de Vicente López, luego de una feroz represión encabezada por la policía.

El suceso que conmocionó a la planta fue la muerte de Claudio Soto, un trabajador del área administrativa de Alijor, que si bien no había sido despedido ni participó de las tomas, falleció de un ataque cardíaco el mismo día que se produjo la ocupación de la planta por parte de los trabajadores.

El Secretario de Organización del Sindicato de Alimentación, Gustavo Salas, expresó a BAE Negocios: “Tomamos la planta para cuidar nuestros puestos de trabajo. Desde el año pasado que el dueño Benjamín Biderman nos amenaza con cerrar si no aceptamos una rebaja de la paritaria. Paga las quincenas con retraso y ahora esto».

Además, indicó que «en los últimos años, perdimos más de 900 puestos de trabajo en nuestro sector. Los empresarios hacen lo que quieren, esto es una sangría, los trabajadores debemos frenarlos».

Salas agregó que durante las tres horas de reunión, la empresa ofertaba el pago de las indemnizaciones en varias cuotas, pero se consiguió el objetivo de abrir la planta con los 240 trabajadores adentro.

Tomás Ferrando – @tomas_ferrando1

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