América Latina

15 marzo, 2019

Modesto Guerrero: «El papel de Venezuela en América Latina es frenar el avance imperialista»

El periodista, escritor y militante político venezolano analiza la coyuntura regional: principales aliados de Venezuela, el futuro del país, errores y aciertos del chavismo en la segunda parte de la entrevista exclusiva para Notas.

El periodista, escritor y militante político venezolano es una fuente inagotable de información a la hora de analizar la coyuntura regional. Aspectos tales como los principales aliados de Venezuela a nivel global, el papel del país caribeño en una región cada vez más inclinada hacia la derecha, el futuro del país, errores y aciertos del chavismo y su trabajo como periodista, son puestos de manifiesto con la profesionalidad en su labor difusora de la Revolución Bolivariana.

“El destino es una lucha permanente, defensiva, tenaz, para sobrevivir en un contexto internacional absolutamente contrarrevolucionario”, declara Modesto Emilio Guerrero en la segunda parte de la entrevista para Notas.

– ¿Quienes son los principales aliados de Venezuela hoy y que rol cumplen en el escenario global?

– Los principales aliados de Venezuela en el escenario global son, en orden de importancia, China en lo económico, y Rusia en lo militar. Luego India, Irán y Sudáfrica como potencias menores. Luego hay otros aliados de escala menor, como Cuba, Nicaragua, Bolivia y algunas islas del caribe.

A escala global, todo el contexto es contra Venezuela, por eso es urgente que el gobierno de Maduro comprenda que tiene que desconectar totalmente al Estado Nación venezolano de la economía, la política y la cultura norteamericana para poder reconectarse a China y Rusia. Esos son los aliados pero no pueden hacer demasiado excepto China, por su poder económico, que es el que compite con Estados Unidos; y Rusia, que tiene en su haber capacidad militar.

– ¿Cuales han sido las los principales errores del chavismo?

– Hay errores del chavismo y fallas genéticas como el individualismo. Todo lo que Chávez dijo contra el individualismo y el liderazgo terminó volviéndose en contra. El último año de su vida Chávez lo reconoció con bastante honestidad lo cual es muy extraño en la historia de los líderes importantes como él. El partido, de carácter gramsciano, que intentó construir no se pudo llevar a cabo, ya era tarde. En la dirección del movimiento que tenía que construir, existía consolidado lo que el General Muller Rojas llamó «nido de alacranes». Ese nido terminó tragándose lo bueno y lo sano del partido.

Otro error de escala, que no tiene responsabilidad sólo en Chávez, es no haber completado el proceso sudamericano, que deviene de un problema más complejo. Es una falencia carísima que debilitó al conjunto, y hoy lo está pagando no sólo Venezuela, rodeada por los cuatro costados, sino también Bolivia. Son errores de incomprensión política a los que Chávez fue llegando como conclusión, tarde.

Siempre que tuvo una situación complicada de este tipo salió por la izquierda, no por la derecha. Lo tardío no es su responsabilidad, es su biografía. Pudo ser un proceso revolucionario de muchísima importancia para el continente y fue frustrado lentamente desde que se fue controlando y dosificando el movimiento social que lo sostenía, y se fue debilitando el único líder que le daba protección y proyección desde la izquierda.

– ¿Por qué Venezuela no es una dictadura?

– Venezuela no es una dictadura por la sencilla razón de que funcionan los principales mecanismos que definen a una democracia contemporánea en un país oprimido. No existe una democracia o un paradigma democrático, la democracia en los países dominantes y en los países dominados no es la misma. No existe una democracia ordenada y peculiar en ningún país oprimido, ni siquiera en el que funciona mejor.

– ¿Cuál crees que es el futuro de Venezuela?

– Es un destino fatal porque el petróleo está debajo y es la mayor reserva. El gobierno está arriba y es de izquierda. Eso es un destino fatal, que está marcado por la condena a muerte que le ha hecho Estados Unidos. Ahí el secreto está en lo que haga el gobierno y Maduro: o avanzan al socialismo y se despegan de Estados Unidos o retrocederán a tiros, bombazos, aviones, a lo que sea.

No dejarán estabilizar una economía próspera si no se despega de Norteamérica. El secreto es Corea: un gobierno repudiable como sistema político pero con una economía estable. Alimenta a toda su población sin ningún problema. El secreto es Cuba, de manera más compleja porque logró defenderse y estabilizar una economía pero le costó lo que le costó. Venezuela no puede darse el lujo de ser Cuba, de repetir la parte dolorosa, sino que tiene que superar eso, lo que implica desconectarse completamente. El destino es una lucha permanente, defensiva y tenaz para sobrevivir en un contexto internacional absolutamente contrarrevolucionario para gobiernos de este tipo.

– ¿Como ha sido ejercer el periodismo en tu país natal?

– El periodismo en Venezuela es simple, con todas las contradicciones de ejercer el periodismo en un país sometido a presiones imperialistas e internas desquiciadas durante 18 de sus 20 años de historia. Ha estado sometida como gobierno y como sociedad a un desquiciamiento permanente. Cuando he practicado el periodismo  en el diario Ciudad Caracas, el más grande de esa ciudad o desde Aporrea, el diario más leído en castellano, yo hacía el mismo periodismo que hago acá, libre, honesto, hasta donde me lo permite la realidad o mi comprensión, y comprometido.

Yo pude ser honesto en Venezuela y en Argentina en el periodismo que practico porque no miento, no oculto, escondo, ni tergiverso. Al mismo tiempo he sido un periodista comprometido con una idea, un proyecto histórico, el socialismo, y con un gobierno que si bien no es socialista en términos canónicos, es un gobierno de izquierda.

– ¿Qué papel juega Venezuela en la actualidad teniendo en cuenta que en la región avanzan los gobiernos conservadores y neoliberales?

– El papel de Venezuela en América Latina hoy es el de frenar el avance imperialista de los últimos años. Ese avance no es solo electoral, sino en los recursos naturales, del control de los Estados, en el terreno del endeudamiento, del control financiero y bancario, cuya mayor expresión es Argentina, pero no es la única.

El endeudamiento en América Latina creció, así como el socavamiento financiero de las instituciones, y la economía creció en los últimos años, como la sojización de la economía. Todo eso es avance imperialista. Pero también creció el control político. Ese avance enorme que ha ganado Estados Unidos en su control imperialista de la región tiene un freno y es Venezuela, porque es un país autónomo, soberano y relativamente independiente, porque no ha roto completamente con Estados Unidos.

Ese freno es lo que más molesta a Estados Unidos porque le afecta el modo de acumulación capitalista en lo económico estructural, el modo de control político latinoamericano, y es un mal ejemplo, porque es un vecino incómodo. Venezuela es un freno físico y simbólico, más simbólico que físico porque no es México o Brasil, no es un gigante. Es un país que tiene la capacidad política y moral de frenar el avance imperialista e impedir que se asiente la planta norteamericana en nuestra economía.

Tomás Ferrando – @tomas_ferrando1

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