9 marzo, 2019
El papel clave de la comunidad Trans en este 8 M
En el Día Internacional de la Mujer, una de las consignas que más resonó fue exigir garantizar el Cupo laboral Trans, fundamental para dignificar a un sector de la población constantemente criminalizado y víctima de 14 crímenes de odio en lo que va del año.

En el Día Internacional de la Mujer, una de las consignas que más resonó fue exigir garantizar el Cupo laboral Trans, fundamental para dignificar a un sector de la población constantemente criminalizado y víctima de 14 crímenes de odio en lo que va del año.
En una nueva conmemoración del Día Internacional de las Mujeres y en un contexto de contradicciones, lucha por visibilidad e igualdad de derechos, es necesario poner el foco en el lema escrito en 1949 por la escritora feminista Simone De Beaivour. Porque es necesaria la eliminación del estigma de identidad en relación al sexo biológico y comprender la constante construcción de nuevos feminismos.
Como primera condición hay que percibir que la palabra feminismo está dotada de tantos sentidos globales como particulares que muchas veces, dificulta encontrarle una dirección objetiva a la marea de mujeres que luchan -y lucharon históricamente- por la paridad de oportunidades y para que no las sigan matando. Tal es el caso que previo al 8 M se generaron discusiones y debates en torno al papel que toman las comunidades LGBT en días como este.
En este sentido, el papel principal de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales (LGBT) es hacer visible su vida cotidiana basada en constantes retrocesos por la ignorancia y nula atención del Estado.
No es casual que se contabilicen en lo que va del año 14 travesticidios, algunas asesinadas y otras por no tener acceso a una atención médica correspondida. Y aún mayor, tampoco es casual que la expectativa de vida de una persona trans o travesti sea menor a los 40 años. La discriminación, marginalización y exclusión se intensifican y dan por resultado la no reglamentación de la Ley de Cupo Laboral Trans, la cual impulsa a las mujeres trans a ocupar cargos públicos.
La ley Nº 14.783 impulsada por Diana Sacayan y sancionada el 17 de septiembre del año 2015 por legisladores y legisladoras de la provincia de Buenos Aires, aclara que el Estado debe garantizar el 1% del cupo laboral a personas travestis, transexuales y transgénero que reúnan las condiciones de idoneidad para ocupar el cargo y promover la real igualdad de oportunidades en el empleo público.
El alcance de dicha ley es hacia los organismos descentralizados, las empresas del Estado y las subsidiadas, municipalidades, personas jurídicas de derecho público no estatal y las empresas privadas concesionarias de servicio públicos.
Dicha ley hasta el momento no fue reglamentada y no se cumplen los principales parámetros de la misma, por ende, desde agosto de 2018 se impulsó un proyecto de ley a nivel nacional en manos de la diputada de Unidad Ciudadana, Mónica Macha, y este año el Senado deberá debatir su aplicación ya con media sanción en diputados.
La Ley toma el nombre de Diana Sacayan como emblema, ya que fue una activista de la lucha de los derechos del colectivo travesti en Argentina, asesinada el 11 de octubre de 2015, luego de que su ley fuese aprobada.
En el país, el 98% de las personas trans no tiene trabajo formal y por la poca posibilidad existente, la salida elegida por muchas es la prostitución. “La primer causa de muerte de nuestra comunidad tiene que ver con las infecciones de transmisión sexual.
Por eso es tan importante y necesario la ley de cupo laboral porque por más que mi documento diga ‘Florencia Guimaraes’ y me leen como travesti o trans, no me toman en ningún lado”, comentó la activista travesti, escritora y secretaria general de la CTA en contacto con Filo.news.
La comunidad LGBT concentra hoy en distintas partes del país, hace eco de su problemática aferrándose a la bandera de seis colores y visibiliza la negación que sufren día a día. Se pone de manifiesto que la marginalidad, la exclusión y la necesidad de construir redes de contención lo establece la coyuntura que atraviesa tanto en el país como a nivel mundial.
Tal es el caso de un conjunto de organizaciones como la Coordinadora Antirrepresiva LGTTTBIQP de La Plata, Organización Trans (OTRANS), Colectiva Lohana Berkins, Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (ALITT) y la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de la Argentina (ATTA), que motivaron diversas intenciones políticas e impulsaron reconocimientos de derechos del colectivo trans-travesti.
Por eso, desde estos colectivos reclaman la importancia de que en momentos donde se intenta visibilizar la lucha por la igualdad de oportunidades en el ámbito laboral, se reflexione acerca de lo que implica adecuarse para las personas trans y travestis ocupar un puesto de trabajo antes relegado y concebido socialmente dentro de una rutina laboral de parámetros cis-heteronormados.
La ley es una herramienta y un derecho a conquistar que se logra y se sostiene con la lucha, la organización y el empoderamiento de la comunidad trans y sus respectivas activistas como emblemas. Pero no sólo se sostiene de esta manera, sino que requiere de múltiples espacios y políticas pesadas para que la agenda trans sea tomada en serio.
Este, 8 M, también es un día y un espacio de contención para que todas las luchas se engloben y se hagan visible bajo el símbolo feminista.
Santiago Camarero – @SantiCamarero
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