25 enero, 2019
«Mi primer libro rojo»: otra mirada respecto a la menstruación
Violeta del Río, autora e ilustradora, conversó con «Insurgentes» por Radio Sur 88.3 sobre Mi primer libro rojo, que aborda otra mirada respecto a la menstruación; y Te acompaño, que pone foco en la inclusión del varón y propone compartir lo que le sucede a los cuerpos menstruantes.

Violeta del Río, autora e ilustradora, conversó con «Insurgentes» por Radio Sur 88.3 sobre Mi primer libro rojo, que aborda otra mirada respecto a la menstruación; y Te acompaño, que pone foco en la inclusión del varón y propone compartir lo que le sucede a los cuerpos menstruantes.
– ¿Cómo surgió la idea de Mi primer libro rojo que vos escribiste e ilustraste donde hablas de la menstruación desde otro lado?
– El proceso de gestación del libro pasa por la propia experiencia. Tengo un hito del momento en que empezó a despuntarse, porque no me imaginaba que iba a ser un libro. En 2010 cuando fallece mi abuela materna empiezo a entrar como en un estado muy particular, en lo femenino de mi familia. Para casi la misma época, con una amiga fuimos a ver un documental que se llama La luna en ti que habla de ese tema. Después de verlo a ese momento en el cual había llegado mi menstruación. Al estar en un centro cultural, eramos todas mujeres mirándolo, surgió una charla y empezamos durante muchos años a circular con muchas mujeres. En los círculos de mujeres empecé a hacer un proceso de conectarme nuevamente desde otro lugar con mi propio ciclo, con toda esa sabiduría que hay dentro mío y escuchar a un montón de mujeres que esto era como una réplica que venía de muy lejos.
Cuando hablamos del tabú que se vive con respecto a estos temas hay que enterder que esto viene de muy atrás, y nosotras somos como un eslabón más y que empezar a prestarle atención no solo es reparador, sino que te apropia de un poder que tenemos, de una brújula interna. Es desde ese lugar, escuchando a muchísimas mujeres y desde mi propia experiencia que entendí que era algo que no podía guardarlo para mi. Escuchar el cuerpo era algo muy importante, que poner otra mirada con respecto a la menstruación era fundamental. Al momento que nacemos empiezan a pasar muchísimas cosas en el cuerpo que no solo son emocionales, intuitivas, mentales. Hay muchas transformaciones, es un antes y un después. Es escuchar otro pulso y ese pulso tiene mucho para decirnos en momentos donde, si quizás estamos más para afuera, estamos más perdidas. Empezar a compartirlo con las niñas desde chicas es muy importante, soy de una generación en la que eso no lo tuve, donde no hubo nada de lo amoroso donde yo pudiera tomar todo eso que me estaban contando e interiorizarlo.
– Todo lo contrario, más bien nos incitan a ocultarlo…
– Hay mucha información que en la medida en que se va silenciando, no se habla, se empieza a combinar con un montón de otros fantasmas y empieza la represión de una energía que es alucinante, nuestra propia energía sexual, nacemos de vaginas. Hay una energía de mucha potencia ahí y en la medida que la reprimimos, sentimos vergüenza, la silenciamos y ya a esta altura me parece un delirio.
Por otro lado, están muy metidas las empresas de toallitas, en mi época te iban a hablar las empresas y no es lo mismo desde el lugar que te hablan que desde el lugar que te va a hablar una mujer que pasa por esa experiencia de manera consciente, porque también podemos transitar todo esto de manera mecánica.
– Las publicidades refuerzan también que es un día como cualquier otro, que nada te detenga. No importa cómo este tu cuerpo, se refuerza la idea de que tenés que ser una máquina que avanza.
– De hecho, el propio ciclo tiene su propia inteligencia, no es estar todo el tiempo hacia adentro. Es justamente conocer nuestra propia agenda, nuestro propio ritmo para potenciarlo. Podemos estar doblemente disponibles cuando entendemos los momentos en los cuales tenemos doble fuerza, en vez de estar tratando de ir contra corriente de nuestras propias energías. Hay un momento que quizás es simplemente estar tranquila y quizás con poder regalarle al cuerpo unas horas de descanso empezás a conectar con otro ritmo. Hay un estado en que una está muy perceptiva y hay muchísima claridad donde podríamos resolver cosas desde lugares muy verdaderos y muy sinceros. Hay una herramienta ahí, somos un cuerpo realmente muy potente como para dejar de escucharlo. Es cierto que el sistema va avanzando y hay un status quo que impide que esto suceda. Frente al sistema que oprime y silencia, hacer un acto no se si de rebeldía sino de honrar el propio cuerpo, hacer justicia con amor propio, decir «vamos a escucharlo» y llevar a las niñas a que empiecen a hacer ese ejercicio lúdicamente.
– Muchas veces se piensa que todo lo que es menstruación está dirigido a quiénes menstrúan, pero vos también escribiste «Te acompaño», que es como un complemento que abre un poco más el juego.
– Quizás una buena palabra es integración, en Mi primer libro rojo intenté no quitarle la vista a todos los tabúes, a la menstruación llamarla menstruación, a estas cosas más lunfardas como «me hice señorita» -por más que no es lo que más me gusta- decidí ponerle los nombres que hemos escuchado como para poder registrarlo. Yo me crié entre hermanos varones, y cuando vino mi menstruación me enoje mucho, sentí que algo pasaba que me separaba.
Te acompaño siempre estuvo como germen, aún haciendo Mi primer libro rojo, porque compartiendo tanto mi vida con varones era algo para mi que completaba el segundo y que no estaba por fuera. Somos vínculo. Las mujeres podemos súper informarnos e ir empoderándonos pero es hora que desde chiquitos vayamos compartiendo cierta información como para que empiece a hilvanarse un respeto con información. Sacar el comentario «está en unos de esos días», si supieras que en unos de esos días estaba tan perceptiva que me vino la primera imagen que abrió Mi primer libro rojo. Lo que pasa es que implica paciencia, y estamos en tiempos muy veloces en que todo lo queremos ya.
Todos estos ciclos los viven también los varones trans. Aclaro, todos tenemos esta energía femenina y masculina pero cuando portamos los órganos hay ciclos que se producen que tiene una información y no hay una verdad, cada cual tiene su forma de sintonizarse y de ir develándose. Somos seres sensibles, sexuales y toda esa energía hay que sacarla de ese lugar de tabú, de represión. Justamente el mismo órgano del útero es el que contiene, termina reprimiendo y ahí se termina juntando esa furia, esa tristeza. Tenemos un órgano depurador alucinante adentro nuestro.
– ¿Cómo fue la experiencia de los talleres que hiciste en escuelas con «Mi primer libro rojo»?
– La última experiencia fue en dos escuelas públicas en distintos niveles y estuvo buenísimo. Lo encaramos desde el vamos de manera integrada con niños, niñas y niñes y nos pusimos a conversar. Lo que más sorprende es que los varones son los que más quieren hablar. Del mismo comenzar a hablar te das cuenta cómo ha sido introyectada la información. Por lo general siempre empiezan hablando del embarazo o del aborto, hasta que de pronto fuimos entrando en tema. Los niños necesitan mucho hablar, que se les comunique, precisan compartir la información y están habidos de hablar. Empezaron a hablar y preguntar de todo y realmente las más tímidas eran las niñas. Son encuentros que vamos tejiendo entre todos porque sabemos que estamos atravesando una vergüenza, atravesando cosas que están. Se aprende muchísimo escuchándolos, te traen cosas nuevas o te recuerdan o te empiezan a abrir temas que precisan.
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.