Mundo Gremial

14 enero, 2019

Jorge Duarte: «La idea es preparar el escenario de conflictividad para un potencial paro general»

Jorge Duarte, periodista especializado en asuntos gremiales, dialogó con «Insurgentes», por Radio Sur 88.3, sobre lo que dejó la marcha de antorchas contra los tarifazos y la posibilidad de un paro nacional en el mes de marzo.

Jorge Duarte, periodista especializado en asuntos gremiales, dialogó con «Insurgentes», por Radio Sur 88.3, sobre lo que dejó la marcha de antorchas contra los tarifazos y la posibilidad de un paro nacional en el mes de marzo.

– ¿Qué análisis hacés de la marcha de antorchas? ¿Qué pensás de la posibilidad de un paro para el mes de marzo?

– La marcha fue el principio de una serie de protestas que van a instalar las dos CTA y el Frente Sindical contra los tarifazos, ahora se van a replicar en el resto del país estas protestas. Y la idea es empezar a preparar el escenario de conflictividad para un potencial paro general.

Yo creo que la expresión de Pablo y Hugo Moyano de adelantar un paro general para marzo o abril todavía es una expresión de deseo, un anuncio de acá a dos o tres meses es difuso. Y ni siquiera fue un anuncio, fue casi una expresión de adelantar lo que pueda ocurrir en caso de que las protestas vayan incrementándose, cosa que ellos creen que va a ocurrir en los próximos meses. Por lo tanto, me parece que es una pretensión de un sector sindical que todavía no tiene un correlato concreto con lo que va pasando en el mundo gremial. Sí es cierto que la situación está cada vez peor porque el gobierno decidió acelerar la etapa de ajuste para el primer semestre del año, tratando de despegarlo de los plazos electorales y esto obviamente potencia la situación de crisis que ya teníamos en la economía. Ahora habrá que ver si el espacio sindical en su conjunto está dispuesto a ir a la confrontación directa con el gobierno en un año electoral, de hecho, el propio Hugo Yasky anticipó que no estaba de acuerdo con potenciales medidas de fuerza en un año electoral, sino que le parecía que era mejor encarar otro tipo de protestas.

Así que habrá que esperar a ver cómo evoluciona todo en los próximos meses, y un capítulo aparte va a ser el impacto de la reforma laboral que el gobierno va a buscar, otra vez, aprobar este año en el Congreso. Eso sí puede detonar una ola de protestas más generalizadas en el mundo del trabajo.

– Es curioso lo que decís, el viernes de la semana anterior conversamos con Hugo Yasky y nos decía que las elecciones deben encontrar a nuestro pueblo con la guardia en alto.

– Claro, en ese momento, no sé si se lo dijo a ustedes, pero lo que he escuchado en otras entrevistas de Yasky es que llamaba a encarar protestas no vinculadas al paro general. Porque, según él, es mejor separar el paro general del año electoral para no «partidizar» las medidas de fuerza. Esto puede complementarse, encontrar al pueblo movilizado en protestas, marchas, cacerolazos, pero no tanto vinculado a la herramienta gremial.

– Según una nota de Alfonso de Villalobos en Tiempo Argentino vinculada a la reforma laboral, desde el gobierno aseguraban contar con el apoyo de los sindicatos. ¿Tenés conocimiento de qué sindicatos podrían apoyar la reforma laboral?

– El gobierno presentó a fines de 2017 un mega proyecto de reforma laboral. Después de los incidentes de diciembre de 2017 no había paño político para avanzar en eso, entonces se decidió dividirlo en tres proyectos: uno de ellos más vinculado a la regularización del trabajo en negro y el fondo de cese laboral, otro más vinculado a los cambios estrictos de regulaciones de los convenios colectivos de trabajo y otro más vinculado a la salud.

Ahora lo que busca reflotar el gobierno, con acuerdo sindical, es este primer proyecto que tiene como eje el registro laboral. Este es un proyecto que puede tener bastante acompañamiento de la cúpula cegetista, lo que habrá que ver y poner en consideración es si aceptan ir por el camino del fondo de cese laboral. Hablando en criollo, este fondo se propone gestionar entre los trabajadores para que de allí salgan las propias indemnizaciones y no las tengan que pagar los empresarios. Es decir, reemplazar las indemnizaciones por un fondo que ponen los propios trabajadores y después lo retiran.

– ¿Cómo se gestionaría ese fondo en esta situación económica?

– Ese de fondo se gestionaría sacando una porción del salario de todos los meses para que cuando sean despedidos, el propio trabajador haya financiado su propia indemnización. Es un proyecto muy ambicioso en esa materia que me parece que va a tener mucha más resistencia gremial que el capítulo vinculado a la registración laboral. Porque es más difuso y nadie se puede oponer demasiado a que haya algún intento, aunque sea vano, de registrar al tercio de trabajadores no registrados en el país.

Lo complejo, que puede dar gran parte de la discusión, es que el fondo de cese laboral va a ser administrado por los sindicatos, eso es lo que estaba en el borrador inicial. Y eso puede ser una especie de convite para que algunos popes sindicales puedan apoyar el proyecto pensando que van a gestionar una gran caja de ingresos que pueden gestionar en el mientras tanto.

– Hablamos con Leonardo Mansilla, trabajador despedido de una autopartista de Munro, y nos decía que Horacio Valdés, el secretario general del Sindicato de Obreros de la Industria del Vidrio (SOIVA), no da respuesta sindical a sus reclamos. Esto pasa mucho, ¿cómo ves el panorama de despidos en términos sindicales de cara al 2019?

– La situación es muy alarmante porque las cesantías son múltiples, incluso los sindicatos que mayor nivel de presencia tienen en las empresas están sobrepasados porque tienen una multiplicidad de conflictos en simultáneo. Ahora también es cierto que más del 80% de los establecimientos productivos en la Argentina no tienen delegado electo, no tienen representación gremial de ningún tipo. Eso es un hueco que los sindicatos, por distintas cuestiones relacionadas con la debilidad del modelo sindical argentino, no decidieron tapar y hoy pasa factura porque a la hora del conflicto, los trabajadores tienen poca o ninguna relación con el sindicato. Sindicato que, a la vez, está lejos de los trabajadores, lejos de los lugares de trabajo y mucho más cercanos a las cámaras industriales, así que en este combo los trabajadores siempre salen perdiendo.

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