Nacionales

9 enero, 2019

«Rodolfo Walsh se destacó por meterse en temas no oficiales»

El periodista y escritor Enrique Arrosagaray diálogo con «Insurgentes» por Radio Sur 88.3 en el marco de un nuevo aniversario del nacimiento del periodista y escritor Rodolfo Walsh.

El periodista y escritor Enrique Arrosagaray diálogo con «Insurgentes» por Radio Sur 88.3 en el marco de un nuevo aniversario del nacimiento del periodista y escritor Rodolfo Walsh.

– ¿Por dónde empezar para hablar de Rodolfo Walsh?

– La verdad que no es fácil. Justamente, hace un rato publicaba en las redes un par de detalles sobre su rol como dramaturgo, que es una de las cosas menos conocidas. O también como integrante de las FAP (Fuerzas Armadas Peronistas), hasta hace diez o quince años atrás, este dato no era tenido en cuenta. Este dato fue apareciendo y creciendo en la última década.

Hay muchos lugares por los que abordarlo, yo elegí el de reconstruir algunos tramos de su vida. Uno puntualmente, que era muy desconocido, que es su etapa de trabajo en La Habana, en Cuba, entre mediados de 1959 y mediados de 1961. Donde trabajó en la flamante agencia Prensa Latina y compartió largas horas con Jorge Ricardo Masetti, un argentino que era el director de esa agencia, y con tantos otros. Metí el foco en eso, viajé tres veces a Cuba, dos para investigar el tema y una tercera, en el 2007, para presentar este libro en el marco de la Feria Internacional del Libro de aquel año.

Y después en el otro libro que escribí sobre Walsh, «Rodolfo Walsh de dramaturgo a guerrillero», hice un recorrido desde que vuelve de Cuba hasta que lo secuestran, pero no por los caminos más tradicionales y conocidos de Walsh, sino por la reconstrucción de algunos menos conocidos a partir de entrevistas a compañeros que compartieron con él esas etapas, por ejemplo, su etapa de dramaturgo y su etapa en las FAP, sobre todo en tareas de comunicación e inteligencia.

– Más allá de su legado y enseñanzas, una se pone a pensar, ¿en qué estaría trabajando Rodolfo Walsh un día como hoy en 2019?

– Tal vez estaría en la puerta de la fábrica de SIAM, en Avellaneda, tratando de recabar todo el drama de los que están siendo echados de la planta. No mucha parte del periodismo está requiriendo esa información ni la está difundiendo. Creo que él se destacó por meterse en los temas no oficiales, ni que hablar de la «Carta a la Junta Militar» que empezaba a distribuir mientras lo secuestran.

Y permítanme una sugerencia, léanlo a Walsh, lean sus trabajos de no ficción, sobre todo «Operación Masacre» y «¿Quién mató a Rosendo?» que son dos libros emblemáticos para cualquiera que quiera conocer no solo un poco de la historia política sino también cómo investigar.

– ¿Qué es lo que más te llamó la atención de la investigación que hiciste sobre la vida de Rodolfo Walsh?

– Son muchas cosas las que desconocía y pasé a conocer a través de estos años de investigación y entrevistas, he entrevistado fácilmente a 40 personas que tuvieron relaciones de trabajo, amistad o amor con él.

Tal vez, más que temas, algunas personas que conocieron y trataron mucho a Rodolfo Walsh, por ejemplo, el doctor Carlos Bares, psiquiatra, era su amigo y recordaba juntadas sin ningún propósito que tenía Walsh con personas cercanas, en las que él no era el convocante, porque era más bien callado, no era demasiado sociable. Bares contaba cómo lo consultaba por cómo se comportaría ante presiones o situaciones tal o cual personaje de un cuento que tenía en proceso.

Algunos periodistas jóvenes, en aquel entonces, de la agencia que eran «carne de cañón», encontraban en Walsh algunos ratos de charla tranquilos y de aprendizaje. Porque Walsh trataba de enseñarles algunas cosas, pero no con el halo de maestro sino enseñándolas de hecho.

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