Derechos Humanos

12 diciembre, 2018

Causa Ford: «Esto no termina aquí, ahora vamos por la empresa»

Carlos Propato, ex delegado de Ford y querellante en la causa contra los directivos de la automotriz, dialogó con «Insurgentes» por Radio Sur 88.3 sobre la condena histórica contra los directivos por crímenes de lesa humanidad.

Carlos Propato, ex delegado de Ford y querellante en la causa contra los directivos de la automotriz, dialogó con «Insurgentes» por Radio Sur 88.3 sobre la condena histórica contra los directivos por crímenes de lesa humanidad.

– No sé si decir felicitaciones pero da tranquilidad que se haya logrado, en alguna medida, justicia.

– Sí, la verdad que es una alegría, gracias por las felicitaciones. Es un trabajo muy largo, 42 años de lucha sin cuartel, con algunos gobiernos que nos ayudaron y otros no. Y en este, que fue el más comprometido en nuestra contra, me parece que logramos la gloria.

Hemos golpeado y se nos han cerrado muchísimas puertas, el trabajo fue muy duro en estos años en los que éramos jóvenes cuando empezamos y ahora estamos entrando en la tercera edad.

– ¿Cómo vivieron el fallo?

– Personalmente estaba completamente ahogado, te imaginás que este grito lo estaba conteniendo durante tantos años. Pero no solo por mí, sino por miles de compañeros que han quedado en el tiempo, que han pasado a la inmortalidad. Éramos 24 y solo quedamos 12 para el final de la historia.

Te digo la verdad, nunca tuvimos la seguridad de que podíamos condenar a estos tipos, la verdad que nunca la tuvimos porque es una empresa muy grande, es una de las empresas líderes a nivel internacional. Entonces 24 pobres tipos, porque somos laburantes, nunca pudimos levantar la cabeza y tirar del carro, pero nos sentimos muy contentos.

Los jueces entendieron nuestro planteo, presentamos miles de pruebas, y la defensa de ellos es una defensa muy cerrada, son tipos muy inteligentes y audaces. Nosotros averiguamos su currículum y son tipos que defendieron a Emilio Massera, estuvieron en la defensa de Jorge Rafael Videla, te imaginás que estábamos asustados. Pero Elizabeth Gómez Alcorta y Ojea Quintana se jugaron todo y acá está el resultado, se dio una buena para el lado del movimiento obrero y es importantísimo, nunca en Latinoamérica se vio algo parecido. El martes a la noche hablé con México y me comentaban que esto ya está viajando por el mundo, por Inglaterra, por Alemania.

Pero esto no termina aquí, ahora vamos por la empresa. La empresa nos va a tener que reivindicar los 42 años que estuvimos luchando y los años de cárcel que nos hizo pasar por defender nuestros derechos, derechos que corresponden a los trabajadores. Nunca se comprobó que nosotros pertenecíamos a una organización armada, o que fuimos saboteadores, entonces van a tener que comprobarlo o indemnizarnos, y con eso nos pagaremos un buen geriátrico porque no es mucho lo que nos queda.

– ¿Cuáles pensás que pueden ser las repercusiones de este fallo?

– Esto es una puerta que se va a abrir y no solo para nosotros, sino para distintas generaciones, para las generaciones del futuro que están llegando a esta gesta en el mundo de los obreros. Y demostrarle al mundo que cuando terminan los derechos de uno empiezan los del otro, y la única batalla que se pierde es la que se abandona.

– ¿Por qué pensás que se demoraron 42 años con tantas pruebas que tenían?

– Porque la justicia argentina es lenta, porque está manejada por la burocracia, por la misma oligarquía. No hay un juez que sea obrero, la mayoría de los jueces pertenecen a la oligarquía, entonces no es importante que un obrero pueda salir adelante. Lo importante es mantener una línea en la que siempre vencen ellos y nosotros estamos destinados a tirar del carro, bueno, en este momento nos hemos subido al carro. Y vamos a luchar por todos nosotros, por los 12 que quedaron en esta lucha y por los 30 mil compañeros desaparecidos.

Le dimos 15 años a este tipo, ex general del ejército, Riveros, uno de los más grandes asesinos como Videla, Massera y todos esos que nos hicieron desaparecer a 30 mil compañeros, que el 75% eran obreros. Por eso estamos contentos, diez años y quince años, porque la vida le regaló 86 años, con diez ya está. Y el otro tiene 93, le dieron doce así que ya está. Pero lo importante es que cuando le cierren la tapa del cajón van a saber que ahí se está yendo un condenado por lesa humanidad.

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