22 noviembre, 2018
Se realizó el Primer Encuentro Nacional de Agroecología del MTE Rural
Fue en la localidad cordobesa de Mina Clavero, entre el 17 y el 19 de noviembre y contó con la participación de productores y productoras de las provincias de Río Negro, Córdoba, Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, La Pampa, Entre Ríos, San Luis y distintas localidades bonaerenses.

En la localidad cordobesa de Mina Clavero, se realizó entre el 17 y el 19 de noviembre, el Primer Encuentro Nacional de Agroecología de la Rama Rural del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). Con la participación de productores y productoras de las provincias de Río Negro, Córdoba, Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, La Pampa, Entre Ríos, San Luis y distintas localidades bonaerenses, la organización llevó adelante la formación de productores y productoras bajo uno de los principios básicos de la agroecología que defienden las organizaciones sociales: el aprendizaje de campesino a campesino.
El encuentro contó con la participación de invitados de otros países. Juan Reardon, miembro de la Secretaría Operativa Internacional de la Vía Campesina, organización internacional que agrupa más de 200 millones de pequeños agricultores, campesinos e indígenas de todo el mundo. También estuvieron presentes integrantes de la experiencia agroecológica “Cooperativa Entrebichitos” de Uruguay, al tiempo que desde el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil enviaron una adhesión al no poder hacerse presentes.
Carlos Maggi, referente de la Rama Rural del MTE en Traslasierra cuenta que la iniciativa «surge de la demanda concreta de compañeros y compañeras de diferentes territorios y el objetivo principal es ir generando propuestas, para el mismo movimiento y hacia afuera, como también construir una serie de reivindicaciones hacia el Estado”.
En el panel inicial, Reardon compartió algunos elementos para comprender porque toma relevancia actualmente la agroecología a nivel mundial. “La agroecología viene avanzando en Argentina, como en Perú, en Palestina y también en Corea. Avanza principalmente por los esfuerzos del pueblo organizado, pero también porque hay intereses, porque hay transnacionales que ya vieron que su modelo de producción está en quiebra”, señaló.
Por ese motivo, destacó que por lo menos en lo que hace al aspecto técnico, muchas de las empresas que participan del mundo de los agronegocios, ven con buenos ojos la agroecología.
Siguiendo ese razonamiento, llamó la atención sobre las diferentes estrategias de las empresas para entrar en este ámbito de disputa política. “De repente, Monsanto, si cree en la agroecología, creen en lo que ellos llaman ‘agricultura climáticamente inteligente’, que es monocultivo pero con cierta rotación de semillas que ellos mismos te van a ofrecer”, dijo. Estas empresas se abrieron a la idea de realizar algunos cambios en la agricultura, mientras puedan ser ellas las que provean los insumos.
En cambio la perspectiva de las organizaciones es diferente, para ellas “la agroecología incluye personas ocupando sus territorios, produciendo alimentos sanos para alimentar a la gente y transformando el modelo de producción, distribución y consumo”. Para reforzar esa idea, Reardon completó: “La agroecología es de resistencia al modelo dominante, y de lucha para la transición, para transformar el sistema social que nos domina”.
En ese sentido es que durante las tres jornadas los productores y las productoras debatieron las principales dificultades que tienen para llevar adelante un modo de producción agroecológico. Entre ellas, la principal, es el acceso a la tierra. El régimen de alquileres, por el cual se ven impedidos de planificar a largo plazo cambios en la forma de producir, es de lo más arbitrario.
El caso más emblemático es el de las localidades del sur bonaerense donde se produce principalmente cebolla (Mayor Buratovich, Villalonga, Pedro Luro). En esta economía regional, los alquileres se pagan en muchas ocasiones directamente con la misma cebolla. Los tiempos de los contratos varían entre los tres y los cinco años con oportunidades de extensión dependiendo el caso, situación que se repite a lo largo de todo el país.
Otras dificultades que enfrentan los productores y las productoras son la falta de insumos e incentivos para la producción agroecológica. Respecto a los insumos, el MTE Rural se da una fuerte política de producción propia de los insumos, como sucede en la fábrica de bionsumos que el movimiento ha montado en la localidad de Malvinas Argentinas, Córdoba. En ésta, se producen diferentes preparados como “caldo de ceniza”, “purín de cola de caballo” y otras elaboraciones naturales para la producción sin agroquímicos.
Varios de los reclamos sobre los que los productores y las productoras reflexionaron, se pudieron ver al día siguiente del encuentro en el “Feriazo Nacional” que realizaron las organizaciones de la Agricultura Familiar. “Para nosotros tan importante como generar una receta agroecológica en el campo, es participar de una marcha exigiendo la tierra para el que la trabaja y la cuida. Para nosotros eso también es agroecología”, concluyó Maggi.
Fernando González – @FerNarso
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