Fútbol

2 noviembre, 2018

Superfinal: con visitantes, Macri quiere un «espectáculo completo»

La superfinal entre Boca y River por la Copa Libertadores a disputarse en Argentina -la ida el 10 de noviembre y la vuelta el 24, según confirmó la Conmebol- volvió a poner en discusión la presencia de público visitante en las canchas. Aunque aquella decisión tomada en 2013 de clausurar dicha presencia sólo abarcaba a los partidos del fútbol argentino, durante la mañana del viernes el presidente Macri reclamó que tanto seguidores del xeneize como del millonario se vean las caras en ambos encuentros.

Los partidos entre Boca y River por la Copa Libertadores a disputarse en Argentina -la ida el 10 de noviembre y la vuelta el 24, según confirmó la Conmebol- volvió a poner en discusión la presencia de público visitante en las canchas. Aunque aquella decisión tomada en 2013 de clausurar dicha presencia sólo abarcaba a los partidos del fútbol argentino, durante la mañana del viernes el presidente Macri reclamó que tanto seguidores del xeneize como del millonario se vean las caras en ambos encuentros.

Aquel 10 de junio de 2013 el Torneo 2013 terminó de una manera trágica: Newell’s, que se consagró campeón, esperaba el resultado entre Estudiantes de La Plata y Lanús, partido suspendido luego de la muerte, en manos de la Policía Bonaerense, de un hincha del equipo granate.

El desmadre de aquel encuentro en el Estadio Único de La Plata comenzó cuando el árbitro Patricio Loustau detuvo el partido al escuchar explosiones que salían de la tribuna visitante. Cientos de hinchas granates corrían por los tablones esquivando balas de goma de la Policía y un número de barras le hacía frente a los efectivos en el ingreso a la popular.

La muerte de un hincha granate marcó el fin de la presencia visitante en las canchas argentinas.
La muerte de un hincha granate marcó el fin de la presencia visitante en las canchas argentinas.

El resultado de la avanzada policial culminó con Javier Gerez, alias “El Zurdo”, asesinado por un proyectil que fue disparado a corta distancia, hecho por el que los ex capitanes de la fuerza de seguridad, Roberto Lezcano y Víctor Bacuco, quedaron implicados.

El por entonces secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, se reunió con los principales dirigentes de la AFA y propuso excluir de ahí en más a los hinchas visitantes, como forma de evitar el cruce entre hinchadas. Se suponía que la medida regiría hasta el final del 2013, pero se prorrogó hasta la actualidad.

La excepción

En diálogo con Radio La Red, el presidente Mauricio Macri anunció que tanto la ida como la vuelta entre Boca y River por la superfinal de la Copa Libertadores, se jugarán con público visitante. El jefe de Estado explicó que habló con el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para realizar operativos de control para ambos eventos.

“Es una oportunidad histórica y tenemos que inmortalizarla con un espectáculo completo. Y completo es que haya visitantes”, adelantó y prometió mayores definiciones.

A pesar de las palabras del mandatario, el jueves jugaron Rosario Central y Newell’s, a puertas cerradas con sede en la cancha de Arsenal de Sarandí. Fue a raíz de esto que el presidente de River Plate, Rodolfo D’Onofrio, se mostró sorprendido por los dichos públicos de Macri: “El año pasado no pudimos jugar con público porque no estaban dadas las condiciones de seguridad. Si eso mejoró en un año, nos alegra”.

El ministro de Seguridad de la Ciudad, Martín Ocampo, dijo en horas de la mañana que no estaban dadas las condiciones para que hubiera visitantes, pero se desdijo luego de los dichos de Macri: “Se evaluó la cantidad de personal disponible”, se rectificó el funcionario, y blanqueó que debería haber “cuatro mil visitantes” por encuentro.

Durante los últimos años y por recomendación de especialistas en seguridad y representantes de las fuerzas de seguridad, los partidos internacionales y del torneo local fueron jugados sólo con público local, a fines de evitar hechos de violencia entre simpatizantes. Sin embargo, el gobierno intentó revertir esa restricción con pruebas pilotos en algunos partidos.

En tanto, el rol de la prensa no sorprende: instantáneamente a que Boca empató con Palmeiras y consiguió el boleto a la final de la copa, los medios de comunicación anunciaron -y lo siguen haciendo- que será un partido de vida o muerte; que el ganador se lleva la gloria y que el derrotado no merece ningún reconocimiento. La enemistad y la tensión podrán terminar con un desenlace trágico que dejará un saldo harto conocido: la violencia generada será culpa de los hinchas.

Marcos Lede Mendoza – @ledemendoza_m

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