31 octubre, 2018
[El hilo de la semana] Diego, rezo por vos
Aunque en Twitter todo parece ser fugaz y efímero, desde Notas prestamos atención a aquellos hilos que merecen ser rescatados del voraz paso del tiempo. En esta entrega: un emotivo relato de cuando Diego Maradona estuvo a punto de morir, allá por el año 2004.

Aunque en Twitter todo parece ser fugaz y efímero, desde Notas prestamos atención a aquellos hilos que merecen no perderse en el voraz paso del tiempo. Tuits que se encadenan para contar historias, explicar situaciones o conflictos, revelar datos trascendentes o que, simplemente, vale la pena compartir por curiosos o llamativos. En esta entrega: un emotivo relato de cuando Diego Maradona estuvo a punto de morir, allá por el año 2004.
El escritor Hernán Casciari (@casciari), conocido por sus relatos y artículos dedicados sobre todo al fútbol, aprovechó el cumpleaños del mejor jugador de todos los tiempos para recordar un texto que escribó 14 años atrás. Por aquellos días Maradona se encontraba internado en un grave estado de salud que lo tuvo al borde de la muerte y Casciari decidió expresar lo que sentía de esta forma.
En 2004 Maradona estuvo a punto de morir y todo el país estuvo en vilo. En esa época yo escribía un blog anónimo desde Barcelona, fingiendo la voz de una señora de mi pueblo. En esas noches, en vez de rezar por Diego, escribí un texto. Abro hilo para recordarlo.
— Hernán Casciari (@casciari) 30 de octubre de 2018
«A mi marido lo vi llorar tres veces en la vida. Cuando le dijeron que el Nacho era un varoncito, cuando le metiste el segundo a los ingleses, y cuando te echaron del mundial ’94. Así que date cuenta: gracias a vos descubrí que mi marido tenía sangre en las venas». — Hernán Casciari (@casciari) 30 de octubre de 2018
«Por eso si él reza se pone enfrente del televisor y reza por vos, yo también rezo. Y no me importa si otra vez hay que rezar por vos. En esta casa, cuando mi marido dice que hay que prender dos velas, se prenden dos velas y se acabó».
— Hernán Casciari (@casciari) 30 de octubre de 2018
«La verdad es que no sos santo de mi devoción; siempre me caíste para el culo porque sos un fanfarrón y un bocasucia. Mi marido dice que si me gustara el fútbol sería otra cosa, que vos adentro de la cancha eras algo que no tenía nombre, una cosa de otro mundo.» — Hernán Casciari (@casciari) 30 de octubre de 2018
«Dice mi marido que eras capaz de enloquecer las leyes de la física. Pero por ese lado a mí nadie me compra. Yo soy una señora, no entiendo y no quiero entender de fútbol. Pero hay otras cosas que sí entiendo. Y por esas cosas rezo estas noches, pero ojo: no es por vos».
— Hernán Casciari (@casciari) 30 de octubre de 2018
«¿Sabés por qué rezo? Porque hubo momentos en los que no tuvimos nada, pero nada, arriba de la mesa, y vos le dabas alegría a mi familia. Alfonsín estaba haciendo estragos, y gracias a Dios justo nos cayó del cielo un Mundial que ganaste de punta a punta». — Hernán Casciari (@casciari) 30 de octubre de 2018
«Para mí fue un invierno horrible, porque solamente podía cocinar buñuelos acelga en el almuerzo y más acelga en la cena. Pero si hoy le pregunto a mi marido o a mi hijo qué se acuerdan de ese invierno, ellos te nombran, sonríen… No tienen la menor idea de que pasaron hambre».
— Hernán Casciari (@casciari) 30 de octubre de 2018
«Esta noche afuera, en la puerta de la clínica, está lleno de periodistas extranjeros sacándole fotos a la gente que prende velas y que se pasa la madrugada recitando el rosario. A veces me da vergüenza que el resto del mundo crea que somos tan básicos, tan cabezones». — Hernán Casciari (@casciari) 30 de octubre de 2018
«Pero después me dan ganas de explicarle al mundo que nadie reza por el bocasucia, ni tampoco por el fanfarrón. Me dan ganas de explicarle al mundo qué pocas alegrías tuvimos en los últimos veinte años, y que de esas pocas, casi todas vinieron con tu firma».
— Hernán Casciari (@casciari) 30 de octubre de 2018
«Con lo que nos cuesta ponernos de acuerdo en algo. Rreírnos o llorar o gritar por lo mismo. Con lo que nos cuesta cantar ¡Argentina Argentina! y al mismo tiempo sentir que el pecho se infla. Y hacer fuerza por lo mismo, y querer ser mejores, y patalear de rabia». — Hernán Casciari (@casciari) 30 de octubre de 2018
«El día de la efedrina salí a la calle y vi a todo el mundo llorando. La gente iba en silencio por la calle y se le caía los mocos. Todo el país desinflado. ¡Qué raros somos!, pensé, pero me sentí orgullosa de ser de acá, porque yo también lloraba y no sabía desde cuándo».
— Hernán Casciari (@casciari) 30 de octubre de 2018
«Si hasta mi hijo, que nunca te vio levantar una copa del mundo, tiene un póster tuyo en la pieza y habla de vos como si te hubiera vivido. Si hasta el Nonno te perdonó que mandaras a la puta que los parió a toda Italia en directo. ¿Cómo no voy a rezar para que te pongas bien?». — Hernán Casciari (@casciari) 30 de octubre de 2018
«Dentro de muchos años, los hijos de mis hijos van a vivir en una Argentina mucho mejor. Estoy segura. Y nadie se va a acordar de tus cosas malas. En los libros de lectura se va a decir de vos lo importante: que acá una vez nació un negrito que jugaba a la pelota como nadie».
— Hernán Casciari (@casciari) 30 de octubre de 2018
«En el futuro nadie se va acordar de que eras un fanfarrrón y un bocasucia. Van a decir que era capaz de levantar a un pueblo triste y volverlo loco de alegría, de hacerlo feliz incluso en las épocas más negras… Para que no se muera ese, yo rezo». — Hernán Casciari (@casciari) 30 de octubre de 2018
«Para que puedas descansar de todo el esfuerzo de haber sido vos. Para que puedas abrazar a tus nietos y contarles quién fuiste. Porque debe ser muy lindo llegar a viejo, mirar a un nieto a los ojos y decirle: ¿Sabés quién era yo? Yo era Maradona… Y estar vivo para contarlo».
— Hernán Casciari (@casciari) 30 de octubre de 2018
Catorce años después… Feliz cumpleaños. — Hernán Casciari (@casciari) 30 de octubre de 2018
Foto: @tphoto2005
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