Géneros

30 octubre, 2018

Juicio por el femicidio de Lucía Pérez: un caso emblemático de violencia machista

El domingo 9 de octubre de 2016 Lucía Pérez fue drogada, violada y asesinada por empalamiento en manos de tres varones. Este martes, sus femicidas se sentaron por primera vez en el banquillo de los acusados.

El domingo 9 de octubre de 2016 Lucía Pérez fue drogada, violada y asesinada por empalamiento en manos de tres varones. Lucía era de Mar del Plata y tenía 16 años cuando conoció a Matías Farías, de 25, el entregador y uno de sus asesinos.

Su femicidio dio la vuelta al mundo, los detalles de su asesinato alimentaron el morbo de jueces, fiscales y los medios de comunicación que durante meses divulgaron información y diferentes hipótesis en torno al caso. Lucía fue revictimizada y juzgada por la sociedad. Este martes, sus femicidas se sentaron por primera vez en el banquillo de los acusados.

Juan Pablo Offidani (43), Matías Farías (25) y Alejandro Maciel (60) comenzaron a ser juzgados por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº1. Offidani y Farías llegaron al juicio oral detenidos en el penal de Batán con prisión preventiva, acusados de los delitos de tenencia ilegítima de estupefacientes con fines de comercialización agravado por ser en perjuicio de menores de edad y de abuso sexual con acceso carnal agravado por el resultado de la muerte y el suministro de estupefacientes en concurso ideal con femicidio. Mientras tanto, Maciel, también con prisión preventiva, permanece internado en una clínica de rehabilitación y será enjuiciado por encubrimiento agravado.

A Lucía la empalaron. Así lo confirmó la fiscal que tomó la causa en un primer momento, María Isabel Sánchez, quien afirmó que “el ultraje y la violación que sufrió fue de tal envergadura que eso le produjo la muerte por impacto reflejo vaginal”. Además aseguró que “estaba todo preparado para que pareciera una sobredosis”.

Sin embargo, más tarde una Junta Médica que realizó la Corte Suprema de Justicia en septiembre del 2017 desacreditó la versión de la muerte como consecuencia de una violación y consideró que la causal del deceso había sido “la congestión y edema pulmonar de causa tóxica”. Otro de los informes forenses señaló que la joven habría muerto asfixiada, por sofocación y que tendría la conciencia reducida al momento de su deceso por la ingesta de estupefacientes.

Una vez más, Lucía fue culpada de su propia muerte. Las versiones de que se había acostado con Farías a cambio de drogas volvieron a reflotar y se puso nuevamente en tela de juicio la libertad de una adolescente de vivir su vida y su sexualidad. Su vestimenta, sus rastas, si fumaba marihuana o si había tenido sexo con el entregador previo a la violación fueron la comidilla del patriarcado y el amarillismo social y mediático.

Lucía fue sodomizada por tres femicidas que lavaron el cadáver y la llevaron a un centro de salud de Playa Serena amparándose en que ella había sufrido una sobredosis. Intentaron atenuar su culpabilidad bajo el mote de adictos. Negaron su responsabilidad con la complicidad de médicos, periodistas y funcionarios políticos y judiciales.

El día que asesinaron a Lucía, en Rosario, más de cien mil mujeres se reunieron en el 31º Encuentro Nacional de Mujeres. Chicas de su edad debatían en talleres y actividades como enfrentar el machismo. Esa noche la policía reprimió a las mujeres que luchan por el derecho a vivir libres y seguras.

Los medios y la sociedad patriarcal hicieron lo suyo: criticaron a las mujeres que pintan paredes, que escrachan, que provocan, que chupan, que fuman marihuana. Tras el crimen, el movimiento impulsó el primer paro nacional de mujeres.

Desde las 9 de la mañana del martes 30 de octubre de 2018 y hasta la tercera semana de noviembre, cuando se conozca la sentencia, el nombre de Lucía Pérez volverá a reflotar y su vida privada volverá a ser manoseada por quienes intentan justificar la cara extrema del odio hacia las mujeres: el femicidio.

Se prevé que durante lo que dure el juicio pasen por tribunales unos 70 testigos, incluidos los acusados. Los padres de Lucía dijeron al diario La Capital de Mar del Plata que esperan “justicia y una condena ejemplar”.

“Yo sé la hija que tuve, que parí. Lo que puedan decir o dejar de decir no me quita el sueño para nada. La tuvimos 16 años antes que estos tres tipos le quitaran la vida. Sé quién es, quién fue Lucía”, aseguró Marta, su mamá.

Carla Martilotta – @CarlaMartilotta

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