A un año de la aparición del cuerpo de Santiago Maldonado: del dónde al cómo

Este 17 de octubre se cumple un año de la aparición del cuerpo de Santiago Maldonado. Decenas de pruebas y varios testigos apuntan a la Gendarmería como la principal responsable de su desaparición. Si bien la autopsia reveló que el joven murió ahogado, aún resta saber en qué contexto. Un repaso de la causa y las mentiras que instaló el gobierno de Macri.

Hace un año, el 17 de octubre de 2017, aparecía un cuerpo a la vera del Río Chubut y se estimaba que podía ser el de Santiago Maldonado. Un joven que se había solidarizado con la comunidad mapuche Pu Lof, la cual estaba protestando por la liberación de su Lonko, Facundo Jones Huala.

Santiago había desaparecido 78 días atrás, el 1 de agosto de ese año, luego de que la Gendarmería ingresara ilegalmente a territorio mapuche, disparando y quemando casas y pertenencias de los mapuches.

Testigos, fotos y pruebas recolectadas posteriormente, demostrarían que Santiago corrió hasta la orilla del río, cercado por las balas. Allí se supone que quiso cruzar, al igual que sus compañeros, pero su miedo a no saber nadar lo hicieron retroceder.

En los primeros días de su desaparición, algunos testigos afirmarían que Maldonado fue en realidad cargado a un camión de la Gendarmería y trasladado rumbo a Esquel. De hecho, un periodista de la zona –Alejandro Bustos- publicaría desde su Facebook horas después que una persona de apellido “Maldonado” había sido detenida por las fuerzas.

Pero todas aquellas pistas perdieron impacto a medida que la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, se encargó de instalar versiones que meses más tarde se comprobarían de su completa falsedad. Por esto, la familia de Santiago y varios organismos de Derechos Humanos consideran que el Estado, a través del gobierno nacional de Mauricio Macri, incurrió en el delito de “encubrimiento” acerca del rol que pudo tener la Gendarmería en la desaparición seguida de muerte de Santiago.

No solo fue la voz de la ministra, quien primero afirmó que Santiago ni siquiera había estado en la Pu Lof al momento de la represión y después hasta se encargó de fabular una hipótesis de su muerte a manos de un puestero de la zona, sino que también el primer juez a cargo de la causa, Guido Otranto, fue desplazado por ser considerado “parcial” en la investigación.

De hecho, todavía resta saber qué tipo de comunicación tuvo Otranto con Pablo Noceti, el jefe de Gabinete de Bullrich, quien ese 1 de agosto se encontraba a kilómetros de dónde desapareció Maldonado. Se cree que Noceti comandó la represión y que posteriormente fue avisado para que Gendarmería mande a lavar las camionetas que utilizó en el operativo.

Si le sumamos a esto la lluvia de teorías y falacias que instalaron los grandes medios de comunicación, se puede comprender el grado de impunidad que la familia de Santiago tuvo que soportar y el peligro de que, en realidad, no se lo pudiera encontrar jamás.

Solo las plazas repletas de miles de personas pidiendo por su aparición lograron que la pregunta “¿Dónde está Santiago?”, no muera. Y finalmente, se pueda obtener un poquito de verdad en medio de un río de mentiras.

En la actualidad, la causa sergio m a pesar de las decenas de pruebas que apuntan contra la Gendarmería y algunos funcionarios públicos. Pese a que la autopsia del cuerpo de Santiago revelara que este murió por “ahogamiento” ayudado de “hipotermia”, todavía no se comprende en qué contexto, ni cómo. Si los uniformados llegaron hasta la vera del río, ¿por qué no vieron a Santiago ahogarse?

¿Por qué su cuerpo no apareció en los primeros tres mega rastrillajes de la zona? ¿Por qué sí apareció 78 días después a 300 metros río arriba del hecho? ¿Qué pasó con su mochila y su celular, el cual aceptó una llamada un día después de su desaparición? ¿Por qué algunos de los objetos que traía consigo Santiago, como su DNI, se encontraban en perfecto estado? ¿Cómo se explica que su ropa registrara polen de plantas que solo florecen en octubre? El mes de su aparición.

«Todas las instancias se hacen eternas. Mientras tanto pasa el tiempo y se van borrando las pruebas. Todo lo que presentás no tiene sentido porque lo rechazan», explicó Sergio, el hermano de Santiago.

A un año de saber que Santiago había muerto después de la represión de Gendarmería, la pregunta se transforma: del dónde se pasa al cómo. Por qué. Quiénes. Hasta saber toda la verdad y hacer un poco de Justicia.

Julián Pilatti – @tinta_derramada