Géneros

5 octubre, 2018

Liberaron a la mujer que mató a su violador para que no abuse de su hija

La justicia de Garantías de Berazategui liberó este jueves a Soledad Magdalena, la mujer que asesinó a su marido tras reiterados hechos de violación y amenazarla con abusar de su hija de 14 años.

La justicia de Garantías de Berazategui liberó este jueves a Soledad Magdalena, la mujer que asesinó a su marido tras reiterados hechos de violación y amenazarla con abusar de su hija de 14 años.

Este jueves, el magistrado Alejandro Mora, consideró abstracta la prisión preventiva de Soledad Magdalena y ordenó el cese de la medida de coerción que pesaba sobre ella a pesar del pedido del fiscal Carlos Riera. “El juez dictaminó abstracta la prisión preventiva. Soledad siempre estuvo sujeta a derecho, se puso a disposición de la Justicia enseguida, entregó sus teléfonos, avisó a la seccional de lo que había hecho”, explicó Florencia Casamiquela, la abogada de Magdalena.

La imputada regresó a su casa y se reencontró con sus tres hijos, un varón de 18, la nena de 14 y otro nene de 4, luego de que familiares y organizaciones feministas se manifestaran en las puertas del Juzgado de Garantías N°4 de Damián Vendola, quien se encuentra en uso de licencia.

Soledad estaba detenida en la Comisaría 2° de Berazategui desde el 2 de septiembre pasado, luego de que se presentara ante la policía y confesara que había ahorcado a su marido, Cristian Serna, con un cordón hasta matarlo porque había querido abusar de su hija. Tras confesar, guió a los oficiales hacia el auto donde ocurrió el hecho.

Además, contó a la Justicia que los golpes de su pareja eran cotidianos, pero siempre adentro de la casa. Y que este le había dicho que quería que ella presenciara el momento en que él abusara de su hija. “Le dije que jamás iba a permitir que tocara a mi hija, ese fue el inicio de los abusos hacia mí. El se descargaba conmigo sexualmente y todo era para no llegar a ella”, declaró Soledad durante la indagatoria.

Asimismo mencionó detalles de cómo Serna manipulaba la relación y explicó que la misma se fue deformando como consecuencia de los celos, hasta que un día él le confesó: “Estoy obsesionado con tu hija”. Según el testimonio, la amordazaba, la ataba de manos y la obligaba a decir el nombre de su hija en la cama.

En la noche del asesinato, Serna había decidido abandonar el hogar, pero obligó a Soledad a subirse con su hija a la camioneta que conducía ebrio. En ese momento le dijo a la chica de 14 años que iba a estar con él, pero que “lo iba a superar, como tu madre superó el abuso que sufrió de chica”. “Empezó a tocarla en medio de las piernas, yo lo conozco, y me di cuenta que estaba excitado por los gestos, la mirada, la manera de hablar, de balbucear, la manera de expresarse”, dijo Soledad.

Mientras el abusador tocaba a su hija, Soledad intentó defenderla. Se sacó el cordón de la capucha de su campera y lo pasó por el cuello del hombre donde apretó hasta dejarlo sin respiración. “Solo recuerdo que le puse el cordón e hice un giro como para apartarlo de mi hija. Ahí pensé que nos iba a matar a las dos”, concluyó.

En concordancia con lo que manifestó la mujer, sus padres declararon durante la manifestación que Serna era violento con toda la familia, incluso con sus propias hermanas. Ante los presentes contaron cómo una vez golpeó de puño al hijo menor de Soledad, provocándole una fractura en la nariz.<

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