5 octubre, 2018
La Plata: consecutivas persecuciones contra espacios culturales
La restricción a los centros culturales independientes platenses parece no tener fin y el caso del Club Cultura es uno de tantos en donde se llevan a cabo clausuras sin razones efectivas. Desde su cierre preventivo, los y las integrantes esperan respuesta por parte del juez Fernando Centeno para volver a abrir sus puertas.

La restricción a los centros culturales independientes platenses parece no tener fin y el caso del Club Cultura es uno de tantos en donde se llevan a cabo clausuras sin razones efectivas. Desde su cierre preventivo, los y las integrantes esperan respuesta por parte del juez Fernando Centeno para volver a abrir sus puertas.
El Club Cultura, ubicado en calle 61 entre 23 y 24, es un espacio que funciona desde octubre de 2015 como punto de encuentro, y está abierto a la comunidad platense con perspectiva integradora. Allí se realizan actividades de producción y formación artística, cultural en sus diversas manifestaciones y de esparcimiento.
Desde sus comienzos sufrió incontables clausuras por parte del municipio que dirige Julio Garro, obligando a cerrar sus puertas por tiempo indeterminado. Una situación sistémica que vivió siempre el club: lo clausuraban, presentaban los papeles requeridos por el juzgado, lograban su habilitación y nuevamente el área de Control Urbano pisaba el lugar para clausurarlo.
Más allá de cumplir con los requisitos que la ordenanza 11.301 dice en su reglamento, como la presentación de documentación, certificación de bomberos, inscripción al registro como personería jurídica de Asociación Civil sin fines de lucro, el viernes 21 de septiembre por la medianoche en un evento solidario, agentes de Control Urbano clausuraron el establecimientopor la supuesta presencia de matafuegos adulterados. Los papeles donde se demostraba el recambio de los mismos y la fecha de vencimiento correcta no bastaron y el cierre del espacio se llevó a cabo de todas formas.
“Los operativos son irrisorios, toman cosas en cuenta sin sentido y escriben lo que quieren en las actas. Nosotros lo llamamos hostigamiento porque no hay otra palabra que utilizar”, expresó Gustavo Pronsky, presidente del Club Cultura en entrevista con el programa “Te La Debo” por radio Realpolitik. Además, agregó que contaban con todos los papeles legales a mano para evitar estas cuestiones que, a pesar de la predisposición del centro, se llevan sin fundamentos por parte del municipio.
El lugar cuenta con las medidas burocráticas que predispone la habilitación de un centro cultural independiente, como el caso de seguro contra terceros, contra emergencia médica, cuatro planes de evacuación, 26 luces de emergencia, permiso de nocturnidad y demás cuestiones que se deben tener en cuenta al momento de sostener un espacio abierto a la comunidad.
Integrantes del club se encuentran a la espera de una nueva habilitación, que firmaría el juez de faltas Fernando Centeno. Por el hostigamiento y los repitentes cierres sin fundamentación, organizaron un «Festivalazo» el miércoles 26 en plaza Moreno, con el fin de visibilizar la situación que viven varios centros independientes de la ciudad. Sin embargo, cuando mientras se armaba el escenario en el que tocarían varias bandas durante la tarde, efectivos de la policía Bonaerense junto con infantería llegaron al lugar con la intención de desalojarlos.

“Teóricamente no presentamos los papeles en el tiempo que correspondía para realizar el evento. En la desesperación de la nueva clausura y que se haga viral para que nos levanten la misma, lo tratamos de hacer ese día igual”, aclaró Pronsky. El “Festivalazo” tenía previsto arrancar a las 14 horas con la banda The Pocas Nueces y así con el paso de distintas bandas en vivo. De esa manera, demostrar el presente que vive tanto el club como todos los centros culturales alternativos y sin fines de lucro.
Una orden judicial del Juzgado Nº 5 dispuso incautar el escenario y el evento se tuvo que suspender luego de discusiones que se habían generado entre quienes se encontraban presentes en el lugar.
“Lo que ocurrió fue una censura a la libre expresión, al derecho a la protesta. Las autoridades de este municipio atentaron contra la cultura. Declararon improcedente nuestro accionar, cuando la improcedencia comenzó con las clausuras infundamentadas”, escribió el Club Cultura en un posteo en sus redes sociales.
“Tenemos dos polos opuestos. Por un lado, las ganas de seguir con el proyecto y por el otro, el tema económico que es lo que nos mata. Por el momento bajaremos los recitales para que no corra riesgo la gente ni hacerla sentir incómoda con estas situaciones”, comentó Pronsky tras una reunión interna realizada con integrantes del centro cultural de cara al futuro del espacio.
La intención del Club Cultura, en caso de ser habilitado, es ver cómo harán con el sustento de los gastos que genera el club ya que al dejar de lado su actividad nocturna con bandas en vivo, están perdiendo gran parte de la economía que los ayuda a bancar el espacio, pagar los servicios y lo que conlleva mantenerlo abierto.
“Hasta que entregamos los papeles y te los devuelven, pasan 10 días. Esto te rompe el movimiento que uno diseña para poder sobrevivir. Uno se va degastando y se complica por los tiempos que tiene cada uno que forma parte del club”, sentenció desencantado el presidente del centro.
Santiago Camarero – @Santicamarero
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