13 septiembre, 2018
“Queremos transformar el mundo, no contar historias positivas sobre comunidades”
El historiador, periodista y escritor indio Vijay Prashad visitó la Argentina. Es el director del Instituto Tricontinental de Investigación Social, que abrió en Buenos Aires su cuarta sede. Mientras estuvo en Argentina, Vijay participó de charlas en distintas universidades y conversó con Notas sobre India, el Sur Global y los desafíos de la izquierda.

El historiador, periodista y escritor indio Vijay Prashad visitó la Argentina. Es el director del Instituto Tricontinental de Investigación Social, que abrió en Buenos Aires su cuarta sede. Las anteriores se encuentran en San Pablo, Nueva Delhi y Johannesburgo.
El Tricontinental es una institución impulsada por movimientos y organizaciones populares de Asia, África y América Latina, cuyo objetivo principal es promover el pensamiento crítico desde una perspectiva emancipatoria y al servicio de las aspiraciones de los pueblos.
Mientras estuvo en Argentina, Vijay participó de charlas en distintas universidades y conversó con Notas sobre India, el Sur Global y los desafíos de la izquierda.
– ¿Trabajan ejes principales por tema? Por ejemplo, en India se puede pensar que tratarán sobre dalits, movimiento de mujeres, etc.
– No hay una agenda global. Cada país tendrá la suya como sugeriste. En India uno de los proyectos principales es hacer un estudio holístico sobre del Estado de Haryana. Necesitamos saber cómo es el ciclo de acumulación allí, de dónde proviene la riqueza.
Estamos intentando modelar un tipo diferente de investigación donde no estudiemos dalits o tribus. En un sentido es como una economía política geográfica. De otra forma sectorializas tu investigación. Queremos intentar una aproximación del panorama completo en un área como un experimento, para ver cómo es. Si haces, como hice yo, que hice un doctorado sobre comunidades dalit, no comprendes la interacción con otras comunidades porque estás concentrado en esta comunidad.
A veces terminas promoviendo la historia de una comunidad, lo que es la epistemología de la política de identidad, pero nosotros queremos transformar el mundo, no contar historias positivas sobre comunidades.
– ¿Cómo ves a la India en términos políticos y sociales?
– India no es poco común comparado con los países en desarrollo como Turquía o Filipinas, incluso con algunos países de América del Sur. En el sentido que hay problemas económicos serios para los países de ingresos medios. La promesa con la que llegó este gobierno fue que combatiría la corrupción y fortalecería el país. No le dijeron a la gente la verdad, que es que desde la crisis financiera de 2007 India estaba tomando préstamos en dólares. El precio del dólar era bajo. Entonces, pidieron prestado en dólares pero usaron el dinero en rupias. Cuando EE.UU. comenzó a aumentar su tasa de interés, la rupia colapsó. India está en un problema serio. Es el punto más bajo que ha tocado la rupia. Igual que en Argentina, en Turquía. Por eso dije, es similar.
Estos gobiernos que no pueden cumplir con sus promesas básicas endurecen la sociedad en contra de las minorías. Ésta es casi una regla de las ciencias políticas. En India, cinco activistas por los derechos humanos, activistas de izquierda, fueron arrestados en una causa falsa. Hay una crisis económica seria, pero en vez de manejarla, atacan musulmanes, atacan a la izquierda.
– ¿Crean un enemigo responsable por sus fallas en la economía?
– No por sus fallas en la economía. Crean un enemigo porque deben cambiar el foco. No quieren hablar de economía. De repente dices, la izquierda es sediciosa, hablas de política. Entonces ahora todo el debate es «¿son o no sediciosos?». Hablan de lo social, lo cultural, lo político. ¿Son los musulmanes indios o no? ¿Qué clase de pregunta es esa? 120 millones de las personas que viven en India son musulmanes. Son tres Argentinas de musulmanes que viven en India. Esos hindúes que te votan, y luego se olvidan de la economía, dicen: aumentó el precio de la cebolla pero se están encargando de los musulmanes. Esto es muy peligroso.
– ¿Piensa que en las elecciones del año que viene el primer ministro Modi puede ser reelecto?
– Técnicamente nadie es el candidato, es un sistema parlamentario, votas autoridades legislativas y ellas seleccionan al primer ministro. Pero hoy los partidos proyectan a su candidato debido a la influencia de la TV. Modi ganó las últimas elecciones en minoría. Su partido, el BJP, obtuvo sólo el 31% de los votos. Deberíamos reconocer que cerca de 70% no los votaron. El 70% es una mayoría, es increíble. Recordemos eso. La pregunta no es si Modi puede ganar, sino si puede ese 70% unirse contra el BJP.
– ¿Y lo consideras posible?
– Esto no es algo que se pueda predecir ni siquiera un mes antes de las elecciones porque hay muchas negociaciones. La oposición está tan fracturada, hay tantas corrientes ideológicas distintas, que asumir que sólo por estar en contra de Modi se unirían es incorrecto.
¿Por qué no puede la oposición unirse fácilmente? Porque ese 70% está disperso geográficamente. En muchos Estados no está el BJP, entonces te complican los porcentajes. Uttar Pradesh, con 160 millones de habitantes, concentra el mayor número de asientos en el parlamento, allí el BJP arrasó. La verdadera pregunta es si hay un candidato local que enfrente al BJP en el cinturón hindi. Modi puede volver ganar si la oposición en esta área está dividida.
– ¿Cuáles son las barreras para el crecimiento del Partido Comunista en India?
– Nuestro problema para crecer es un tema de que tienes que sacrificar mucho para convertirte en un activista comunista. Estás en un área rural, sos eficiente, sos más o menos letrado, organizado, puedes armar un evento, muchas personas quisieran contratarte. Yo quiero que pienses lo que esto significa en términos prácticos. Alguien que viene de una familia pobre tiene que decir «tengo todas estas habilidades y no voy a hacer dinero con esto, voy a unirme al movimiento comunista, porque creo en algo y porque hay algo que me enoja».
Esa es la primera cuestión, lo segundo es aquellos que nos unimos a un movimiento como el comunista, a cualquier movimiento radical, tenemos una relación dual con la realidad. Primero, tenemos que estar con el pueblo, pero también estamos en contra del pueblo. Quiero explicarme. Estamos en contra del sexismo, de las castas, del fundamentalismo religioso, estamos en contra de microagresiones cotidianas.
Una poeta estadounidense escribió la mejor frase, ella dijo: los comunistas son exiliados del futuro. Es un problema de tiempo. Y creo que también es un castigo. La derecha puede entrar en un lugar, pueden alentar tu prejuicio. Nosotros tenemos que ir en contra del prejuicio.
– Hablando del Sur Global, ¿Cuál consideras que es la tarea para este momento?
– Lo puedes pensar como en olas. La primera ola tiene que ser el aliento a la multipolaridad, esperábamos que los BRICS ayudaran a construir la multipolaridad, el IPSA también e incluso el G20. Pero esto no ha sucedido, en parte porque en los países centrales del BRICS asumieron gobiernos de derecha. Ahora, si se desarrolla la multipolaridad no significa que los otros polos sean buenos. Si Rusia y China se convierten en un polo y tratan de desafiar los consensos, uno no debería asumir que serían Rusia y China versus Occidente, no; son sólo diferentes polos.
En segundo lugar, está el desarrollo de un regionalismo más robusto. Un problema que existe con la globalización es que está muy en contra de la naturaleza. Debemos crear mercados regionales robustos y regionalismo. Por ejemplo, el intento de crear el ALBA era una buena idea porque al crear un mercado latinoamericano robusto compartes tus recursos. Generas precios que son adecuados para tu área, no tienes que tener un precio global para la energía.
Y la tercera ola es… no puedes cambiar el balance de las fuerzas a menos que cambies el carácter de clase de tu gobierno. Lo que significa que tienes que construir movimientos, no hay sustituto.
Entonces, deberíamos estar a favor de la multipolaridad, oxigenar la geopolítica, en favor del regionalismo y luego tienes que cambiar el carácter de clase de tu propio Estado. Son tres niveles que tienen que ser transformados simultáneamente. Si hoy cambias el carácter de clase de tu país, pero no hay regionalismo y no hay multipolaridad, vas a estar sofocado.
– Estarías solo en contra del capitalismo.
– Sí. Mira, lo que pasa en Venezuela y en Bolivia, ellos llegaron al poder y fueron inmediatamente hacia el regionalismo, tuvieron suerte de que los estadounidenses estaban distraídos con la guerra de Irak así que por un tiempo fueron capaces de construir algunas cosas, pero no fue por el tiempo suficiente. Luego cayó el precio de las commodities y el regionalismo no era lo suficientemente robusto y cambió el carácter de clase de los gobiernos. La historia ha demostrado que este es un buen enfoque, pero fue vencido. Hay una diferencia entre que algo sea vencido y que algo sea lo incorrecto. Creo que esto es lo que hay que hacer
Lucía Ibarra – @pichi_ibarra
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