24 agosto, 2018
Se calienta la política en las calles y en el parlamento
Por Juan del Pino. Batallas callejeras, persecución mediática y judicial, miles de puestos de trabajo en riesgo y la inflación disparada. En el medio de una re-ofensiva empresarial la agenda política se acelera y es preciso no perder la brújula en el trajín de la carrera hacia el 2019.

Por Juan del Pino. Batallas callejeras, persecución mediática y judicial, conflictos en escuelas y universidades, miles de puestos de trabajo en riesgo, el dólar y la inflación disparados. En el medio de una re-ofensiva empresarial la agenda política se acelera y es preciso no perder la brújula en el trajín de la carrera hacia el 2019.
Menos pan y más circo
Después de ganar las legislativas del año pasado el oficialismo intentó pasar de su política “gradualista” a un desarrollo más profundo de su programa. Sin embargo, la enorme reacción popular en el último diciembre puso en jaque el cambio de rumbo, obligando al gobierno a pagar un costo político muy alto para meter la reforma previsional y a congelar el proyecto de reforma laboral integral.
El 2018 arrancó así, contra todo pronóstico, con un gobierno golpeado intentando recuperar terreno político para frenar la caída de su imagen. Esto hasta mayo, cuando los de arriba decidieron que era momento de apretar el acelerador y con una corrida dieron muerte al “gradualismo” y forzaron una devaluación que ya es del 50%. El gobierno, lejos de confrontar la voracidad empresarial, corrió al Fondo Monetario Internacional (FMI) para garantizar dólares que fugar y un socio de peso para el ajuste.
Así las cosas, decididos a cortarnos el pan, las clases dominantes tuvieron que acompañar su ofensiva económica con una ofensiva política. O, podríamos decir, política, mediática y judicial. La hollywoodense operación de los cuadernos Gloria tiene como objetivo de máxima meter presa a Cristina Fernández de Kirchner. Pero, como ni el juicio más exprés podría lograr una condena firme antes de las elecciones del año que viene, para encerrarla necesitan desaforarla y utilizar (como están haciendo) la prisión preventiva sin criterio jurídico.
Sin embargo, conseguir dos tercios del Senado que habilite la prisión preventiva de la principal figura de oposición y ex presidenta, no es tarea sencilla. Para ello deberían lograr movilizar muchísimo más que el piso, para nada desdeñable, de rabiosos antiperonistas que fueron a Plaza Congreso esta semana.
En el mientras tanto la operación les sirve como circo mediático para desviar la atención pública y como ariete para esmerilar la figura de CFK y entrometerse en el rearmado del peronismo, intentando darle aire a las variantes “dialoguistas”. Muy claro quedó el miércoles en el Senado, con Cristina utilizando su pantalla para repartir palos a diestra y siniestra contra las políticas del gobierno y Miguel Ángel Pichetto usando sus minutos para criticarla.
Hay 2019 si hay 2018
Mientras los medios oficialistas se abarrotan de falsos arrepentidos y títulos extravagantes, 57 universidades no arrancaron el cuatrimestre por falta de presupuesto y por recorte salarial. Con masivas movilizaciones en La Plata, Córdoba y Santa Fe, con tomas en San Luis, La Pampa y Paraná (entre muchas otras), el conflicto está escalando y amenaza tener un pico de alta intensidad el próximo jueves en la marcha federal que se realizará en CABA.
La inflación se acelera y ya nadie duda que va a más que duplicar (¿llegará a triplicar?) el 15% que el gobierno pretendió imponer como techo paritario. María Eugenia Vidal, la Margaret Thatcher de cabotaje, embiste contra los docentes de la provincia y acorrala y reprime a los más de tres mil obreros que, en el Astillero Río Santiago, resisten heroicamente en defensa de sus puestos de trabajo y de la soberanía nacional.
A lo largo y ancho del país la situación social se complejiza y los conflictos atiborran al golpeado y convulsionado campo popular. La unidad, en la lucha, no es meramente un anhelo ni un mantra pre electoral. La unidad en la lucha es una necesidad imperiosa y el basamento fundamental para poder salir a disputar el futuro del país.
El año que viene hay que derrotar en las urnas a este proyecto de hambre y miseria planificada, pero para eso este año tenemos que ganar en las calles y forjar la unidad defendiendo lo conquistado y debatiendo lo que aún nos falta. No hay espacio para la duda, no hay lugar para la relajación, ni tiempo que perder.
Unirnos en la lucha, con nuestra agenda, para enfrentar la ofensiva económica, política, mediática y judicial. Ganar el debate público, corriendo el circo y poniendo el pan en el centro al tiempo que acordamos una agenda de futuro para ofrecerle a nuestro pueblo. Eh ahí la tarea del momento. Porque para que haya 2019, tenemos que acertar en el 2018.
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