Economía

17 agosto, 2018

El día a día de una economía cada vez más vulnerable

La Argentina vivió una nueva semana con el dólar como protagonista. La divisa tocó los 31 pesos y el Banco Central buscó contener la suba licitando la moneda estadounidense hasta tres veces en un día. La cuestión de fondo sobre el déficit en cuenta corriente y la vulnerabilidad externa del país.

Hace algunas semanas, en esta misma columna, decíamos que el gobierno nacional venía de vivir una semana tranquila, habiendo conseguido mantener estable el dólar, con un precio de $28,50 en el segmento minorista y ofreciendo licitaciones diarias por medio del Banco Central para contener la demanda de la divisa norteamericana. Agregábamos, sin embargo, que se trataba de una economía del día a día, con un único objetivo de corto plazo, que pasaba por estabilizar el tipo de cambio.

Las últimas jornadas vinieron a conmover la calma obtenida durante el último mes y pusieron nuevamente al frente a las tensiones cambiarias. En el medio, se hizo presente la primera misión técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI) destinada a auditar el acuerdo stand-by negociado con el organismo.

“No pasa nada con el dólar, tranquilos”

Con esas palabras eligió responder el presidente Mauricio Macri cuando el dólar amenazaba con llegar a los 31 pesos y el Banco Central ponía a jugar una serie de herramientas para establecer un techo psicológico en 30.

Lo cierto es que la moneda estadounidense comenzó su escalada durante el final de la semana pasada, teniendo como norte tanto el vencimiento de Lebacs del martes como el contexto internacional no exento de problemas.

A la par que la divisa aumentaba su cotización, el riesgo país superaba los 740 puntos, récord en la era Macri y los activos financieros argentinos se encontraban bajo presión.

El sell-off de activos locales profundizó la baja que lleva acumulada el Merval en el año (-10,4% en pesos), llevó el rendimiento de los bonos en dólares a dos dígitos y disparó la cotización de los seguros contra default.

En Reconquista 266, el presidente del Central, Luis Caputo, decidió cambiar el libreto con el que la entidad venía operando. Con el aval del Fondo, comunicó que comenzaba la reducción del stock de Lebacs de acá a diciembre, buscando reducir este pasivo mediante una merma en la oferta de las licitaciones mensuales.

A la par, ofreció a los bancos la posibilidad de destinar sus fondos a otros instrumentos en pesos (Nobac y Leliq), mientras para los restantes inversores el Ministerio de Hacienda comunicó la emisión de nuevas Letras del Tesoro, pagaderas también en pesos. La jugada se completó con la posibilidad de licitar dólares diariamente, ahora a cuenta del Central y no de Hacienda, para mantener al tipo de cambio atajado.

«La implementación de este plan debería eliminar una importante fuente de vulnerabilidad y, al mismo tiempo, contribuir a un marco de política monetaria más eficaz», afirmó Gerry Rice, vocero del FMI, al ser consultado sobre la nueva política, mostrando respaldo a las políticas del equipo económico.

Sin embargo las decisiones de la autoridad monetaria elevaron la presión sobre la divisa norteamericana y Caputo se vio obligado a realizar tres licitaciones de dólares en el mismo día. Finalmente, tras la triple subasta de 800 millones, la tensión aflojó, aunque no sin costo: en lo que va del mes la moneda estadounidense subió un 8,5% y se perdieron reservas por 3.355 millones de dólares.

En otro coletazo de la situación cambiaría, los encajes bancarios, el dinero que las entidades financieras están obligadas a tener inmovilizado, subió 3 puntos porcentuales, buscando según el propio Central, “reforzar el compromiso antiinflacionario”.

La política adoptada terminó por dar resultado, por lo menos en términos de cotización de la divisa, que cerró este jueves en el mercado mayorista en $29,80, una baja del 0,6%. Sin embargo, cada nuevo episodio cambiario como los que se vienen sucediendo desde marzo, dejan a la economía argentina en un mayor nivel de vulnerabilidad.

Esta vez se trató de la lira turca y con anterioridad de la guerra comercial entre Donald Trump y China, o la reversión de flujos financieros y el fly-to-quality. Lo cierto es que en el fondo el problema sigue siendo el déficit en cuenta corriente del Balance de Pagos, cuyo rojo alcanzó en 2017 un 4,8% del PBI. El financiamiento del mismo se sostiene únicamente con deuda externa, en tanto no existen dólares genuinos que generen una capacidad de repago.

Cuadro EconomíaEsta situación se complementa con la apertura irrestricta de la cuenta capital y la ausencia total de regulaciones en este sentido, algo que ni siquiera está presente en países con modelos neoliberales considerados “exitosos”, lo cual únicamente agrava el panorama. De esta manera, por ejemplo, solo en el primer semestre de 2018, la formación de activos externos o “fuga de capitales”, superó los 16.000 millones de dólares, un 117% por encima del mismo periodo del año anterior.

De esta forma, cada evento cambiario va dejando mayores dificultades sobre la economía argentina, no solo por la creciente dolarización de activos, sino porque contribuyen en el corto y mediano plazo a un agravamiento en las condiciones de su funcionamiento. El alza inflacionaria de los últimos meses y la caída de la actividad, con tasas de interés que hacen imposible el financiamiento productivo, están ahí para recordárnoslo en cada momento.

Leandro Navarro – @navarro_lean

Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.

Aportá a Notas