6 agosto, 2018
«La represión estatal siempre es una cuestión política»
María del Carmen Verdú, abogada y referente de la Coordinadora contra la represión policial e institucional (Correpi), dialogó con «Insurgentes» por Radio Sur 88.3 acerca de la represión y detenciones que tuvieron lugar en Tigre este domingo en el marco de los festejos por los 40 años de las Abuelas de Plaza de Mayo.

María del Carmen Verdú, abogada y referente de la Coordinadora contra la represión policial e institucional (Correpi), dialogó con «Insurgentes» por Radio Sur 88.3 acerca de la represión y detenciones que tuvieron lugar en Tigre este domingo en el marco de los festejos por los 40 años de las Abuelas de Plaza de Mayo.
– ¿Cómo sucedieron estas detenciones y en qué marco? Mucha gente que estuvo presente señaló a través de las redes que el festival transcurrió y concluyó en calma.
– Esto fue un poco mas temprano, habían compañeros y compañeras de Correpi en el festival. Justamente cuando se retiraban, a pocas cuadras del evento, alcanzaron a ver las corridas y detenciones, inmediatamente se dirigieron a la comisaría, la 1° de Tigre. Naturalmente cuando un militante de Correpi ve una detención así, de tipo masiva estilo razzia, lo que hace es ir a la comisaría e interiorizarse en la situación. Pero no se les permitió el ingreso y es allí donde aparece este auto [el falcon verde], que presumo es de la brigada del servicio de calle. Ustedes saben que el servicio de calle va de civil en las comisarías de la Provincia y utiliza vehículos particulares, muchas veces vehículos viejos.
Estos cuatro policías que se desplazaban en una rural vieja Falcon, fueron quienes los ingresaron a la comisaría mientras que otro personal les impedía el acceso a los militantes. Por eso se quedaron en frente de la comisaría hasta que, a partir de la viralización del comunicado, logramos que comenzaran a dar algo de información. Al poco tiempo salieron las tres primeras personas liberadas, y luego las otras seis o siete, algunas bastante golpeados.
Obviamente les hemos dado indicaciones de concurrir a un hospital, de verificar las lesiones para poder hacer, si lo desean, las denuncias correspondientes. Este es un episodio de tantos de una detención arbitraria, sin siquiera imputación de delito, como sucede a diario en cualquier barrio de cualquier ciudad de nuestro país, que en este caso en el contexto del festival de Abuelas y con nuestra presencia fortuita allí, pudo tomar visibilidad y de esta manera lograr la liberación en tiempo récord. Porque ya a las diez de la noche habían salido todos en libertad, cosa que normalmente no es lo que sucede.
– ¿Hubo alguna posibilidad de anunciar en el festival este tipo de detenciones?
– No, nuestras compañeras ya se habían ido y luego estuvieron en la comisaría acompañando a los chicos cuando salieron en libertad, asegurándose de que llegaran bien a su casa.
Un chico contó como le hacían apoyar las manos en el piso, que fue golpeado. Por eso les sugerimos, por supuesto que es una decisión personal, que constate las lesiones en un hospital público y luego lo acompañamos a hacer la denuncia. Todavía no nos ha llamado en el curso de hoy.
– ¿Estas personas recibieron algún tipo de amenzas o aviso de que estas detenciones se realizaban por alguna cuestión política?
– La represión estatal siempre es una cuestión política porque justamente el aparato represivo del Estado es dirigido por el gobierno de turno. En este caso las detenciones fueron realizadas por personal del COT, que depende en forma simultánea de Provincia y del Municipio de Tigre, es una fuerza antecedente de las policías locales. Y no es necesario que el policía que interviene y te detiene te diga: «Esto es una detención basada en la necesidad de control social que tiene el aparato estatal frente a la necesidad de disciplinar la profundización del conflicto social». El cana va y te detiene, el mensaje va por si mismo por la circunstancia.
Estos eran «pibes comunes» de gorrita con visera que habían ido al festival, ni siquiera eran militantes de ningún tipo de organización. Forma parte, por eso insisto en esto, del accionar constante de las detenciones arbitrarias que venimos denunciando hace un montón de tiempo, que en este caso se hizo particularmente visible por el contexto excepcional de haber ocurrido a tres cuadras de donde se estaba haciendo el festival.
Si hacen un poco de archivo, van a encontrar aquel festival de la Asociación Madres de Plaza de Mayo en homenaje al Che en donde ocurrió exactamente lo mismo, hace muchísimos años atrás, casi veinte.
– De cara a la vigilia del 8 de agosto, ¿qué nos recomendás para cuidarnos?
– Lo primero y fundamental, que decimos siempre para este tipo de situaciones y en particular el miércoles con toda la carga y masividad que esa jornada va a tener, es no estar solas ni aisladas. Hay que tomar las precauciones y medidas de seguridad que venimos difundiendo, no solamente desde Correpi sino junto a la Campaña Nacional contra las Violencias y la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, donde están organizadas, como lo estuvieron el 13 de junio, las distintas guardias.
Correpi va a estar en las vigilias y hay una serie de instructivos que están circulando desde las distintas campañas, y nuestros propios instructivos en relación a movilizaciones que son perfectamente válidos: tener teléfono con carga y crédito, documentos encima, no llevar más que los elementos indispensables que necesitemos para tener más libertad de acción, mantenernos en grupos, no andar en forma indiviudal evitando cualquier exposición a un nivel de vulnerabilidad, es decir, tratar de cuidarnos. Todo esto para garantizar una masividad como la que necesitamos para que podamos lograr que sea ley.
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