Batalla de Ideas

1 agosto, 2018

Clarín y las «noticias» del primer mes de la desaparición de Santiago Maldonado

Por Leticia Garziglia. La noticia empieza a correr: “Che, hay un pibe desaparecido después de una represión en el Sur”. Se va corriendo la bola. Los medios comunitarios, no dejan de hablar de Santiago Maldonado. Las redes sociales ayudan muchísimo. Se sigue corriendo la bola hasta que el hecho llega a ser noticia en los medios comerciales.

Por Leticia Garziglia. De a poco y por abajo, la noticia empieza a correr: “Che, hay un pibe desaparecido después de una represión en el Sur”. Se va corriendo la bola. Los medios comunitarios, que ya venían cubriendo la detención de Jones Huala, no dejan de hablar de Santiago Maldonado. Las redes sociales ayudan muchísimo. Se sigue corriendo la bola hasta que el hecho llega a ser noticia en los medios comerciales.

Radio Sur lo informa el 4 de agosto. Página/12 también y el 7 lo hace tapa. Después de eso se expresa la primera voz oficial: “Estamos al tanto y seguimos el tema con preocupación”, dijo el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj. Se convoca a una marcha para el viernes 11. Se agita tanto en las redes que parece que la movilización va a ser grande.

El pueblo argentino aprendió a no quedarse callado si de derechos humanos se trata. A Clarín no le queda otra que hablar del tema. La marcha es multitudinaria; el día, gris. El titular del Gran Diario Argentino: “Fuerte presencia de agrupaciones de izquierda y de derechos humanos en la marcha por Santiago Maldonado”. Primer indicio de “politización” del caso.

El 11 de agosto el diario de Magnetto lo menciona en la tapa, con una foto de un perro de Gendarmería en un allanamiento en un cuartel de Esquel. El dato importante es que no se encontró nada allí, y eso podría deslegitimar la hipótesis de la familia Maldonado de que se lo habría llevado la Gendarmería.

10 días de silencio. 500 millones de pauta oficial.

500 millones de pesos significaron más del 20% de lo pagado en 2016 por el Gobierno nacional en concepto de publicidad oficial. Es lo que había recibido Clarín. Le siguió, lejísimos, el grupo Telefónica, con 170 millones.

500 millones de pesos es lo que vale un silencio. Pero el pueblo no se puede comprar. Y la presión del pueblo hizo que Clarín hablara.

Clarin 2Primero era en espacios marginales. Después se les fue de las manos. Entonces, la tercera estrategia discursiva (la primera, el silencio; la segunda, la minimización) fue deslegitimar a la comunidad mapuche y sus reclamos. “Separatistas”, “violentos”, “terroristas”, “anarquistas”, “extranjeros”, fueron algunas de las acusaciones propugnadas por el Gobierno y su prensa oficialista hacia las comunidades.

Si no eran violentos, trababan la investigación. Si tenían que hablar del tema, entonces hablarían mal. En ello Clarín ocupó 15 noticias de su primer mes de cobertura (11 de agosto a 11 de septiembre). Pero mayor aún fue la cantidad de artículos (30) en los que lo importante fue el carácter “violento” de las marchas, los “incidentes” en las movilizaciones que pedían por Santiago Maldonado.

Mientras tanto, en el mundo oficial, la ministra Patricia Bullrich “se la bancaba” diciendo cosas como “no vamos a tirar gendarmes por la ventana” (por no apartar a los agentes sospechados) o resaltando que la familia de Maldonado no la ayudaba en la búsqueda.

Pero vinieron las PASO, los problemas con el conteo de votos y entonces todo se “politizó”. Que el kirchnerismo utilizaba políticamente el caso, que esto la beneficiaba a Cristina, que por culpa de la “pesada herencia” el pueblo pedía con fervor por un desaparecido. En esto, el Gran Diario ocupó 28 notas; 35 si incluimos las siete dedicadas exclusivamente a cómo “los gremios K” obligaban a los maestros a hablar del tema en las escuelas.

En simultáneo a la victimización o defensa de los gendarmes (cinco notas) y la reproducción de los argumentos de funcionarios del Gobierno (11 notas), se empezaron a publicar falsas hipótesis que sólo confundían y desviaban la atención: que se lo vio en Entre Ríos, en Santa Fe, que se lo busca en Chile, que lo llevaron a Tecka, que decidió “pasar a la clandestinidad”, que “el sacrificio”, que el cuchillazo del puestero o no sé cuántas giladas más que finalmente tuvieron que desmentir. Quince notas dedicadas a hipótesis falsas.

Mientras tanto, en las redes, millones se seguían preguntando #DóndeEstáSantiago. La noticia trascendió las fronteras y hasta la BBC informó sobre el tema.

Tanto quilombo que al Gobierno no le quedó otra que recibir a los organismos de derechos humanos. Clarín, obviamente, narró la reunión con los anteojos del ministro de Justicia: «Tuve la sensación de que el encuentro con los organismos de derechos humanos estaba guionado», dijo. No importa qué respuestas había o no dado el Gobierno sino cómo los organismos se “habían estudiado la letra de lo que tenían que decir”.

Era tanta la presión del pueblo a través de las redes, la calle y los medios del mundo que entre las 187 noticias que el periódico publicó en su versión digital desde el 11 de agosto hasta el 11 de septiembre, tuvo que colar 32 con información real sobre la desaparición del joven o de la causa judicial. Una de ellas fue el 24 de agosto, cuando se cambió la carátula del caso a «desaparición forzada de persona». La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ya había pedido por su aparición.

Y tanta fue la presión que hasta “la Chiqui” Legrand tuvo que hablar del tema y “correr por izquierda” (siempre en nombre de “la gente”) a la ministra de Seguridad.

Contrarrestar las redes

Un papel crucial cumplieron los trolls “M”, con un discurso que se comparte, se retwittea, se reproduce y se versiona hasta que pasa a formar parte del sentido común: ¿Y por qué no piden por Julio López? ¿Y María Cash? ¿Y Luciano Arruga? ¿Y Nisman? Que el problema es que politizan todo; que el kirchnerismo quería un muerto, y tuvo un desaparecido; que no les conviene que aparezca; que quieren voltear al Gobierno; que las elecciones.

Y entonces el tema crucial no es la desaparición de nadie; el problema de todo es “la grieta”. Ahora Lanata habla de Agustín Santillán. De pronto se acordó de los wichis.

Después de 28 días, el Gobierno analiza presentarse como querellante en la causa y, finalmente, aparece el primer detenido por el caso Maldonado, un twittero.

Y llegó el mes, y nada, y nada de información y el pueblo está cansado. Y se vuelve a salir a las calles. Y entonces, 31 detenidos, que nada tuvieron que ver con las pintadas ni los tachos de basura, pero igual, adentro, por dos días. Y entonces ahora pedimos por Santiago y por los 31. Y los liberan, porque no habían hecho nada. Pero “la foto” del sábado 2 de septiembre fueron los “incidentes” y no la masividad, y eso ya no se puede cambiar.

@letigarziglia

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