Mundo Gremial

25 julio, 2018

Daniel Yofra: «Estamos acostumbrados a luchar así que seguiremos luchando»

El secretario general de la Federación de Trabajadores Aceiteros y Desmotadores, conversó con «Insurgentes» por Radio Sur 88.3 sobre la decisión de despedir sin causa a 60 trabajadoras y trabajadores aceiteros en el Complejo Industrial de Bunge Ramallo. La empresa también informó la decisión de cerrar la planta suspendiendo al resto del personal.

Daniel Yofra, secretario general de la Federación de Trabajadores Aceiteros y Desmotadores, conversó con «Insurgentes» por Radio Sur 88.3 sobre la decisión de despedir sin causa a 60 trabajadoras y trabajadores aceiteros en el Complejo Industrial de Bunge Ramallo. La empresa también informó la decisión de cerrar la planta suspendiendo al resto del personal.

– ¿Cómo se dio la comunicación de estos despidos? ¿Cuál es la situación en la que se encuentran los aceiteros de Bunge de Ramallo?

– El lunes nos convocaron a una reunión, en la cual pensábamos que iba a participar el Directorio de la patronal, y nos encontramos con la sorpresa de que nos estaban esperando dos abogados que nos comunicaron que debido a la situación económica de la empresa iban a despedir a 60 trabajadores. Aún hoy no llegaron los telegramas pero sí los dieron de baja en donde marcan el ingreso y no los dejaron entrar, así que la situación es bastante compleja y los compañeros decidieron en asamblea que no entre nadie. Veremos como sigue esto.

– ¿Cuáles son tus sensaciones frente a esto?

– Preocupado, realmente la situación se agrava cada vez más, no para los aceiteros solamente, sino para el resto de los trabajadores de nuestro país. Pero estamos acostumbrados a luchar así que seguiremos luchando.

– Tenemos entendido que la empresa duplicó sus ingresos, no es que está en una situación económica compleja como para no afrontar los salarios de los trabajadores ¿Esto es así?

– Sí, en realidad, la situación de la industria agroexportadora ha mejorado sustancialmente los últimos años, con la devaluación del peso, la quita de retenciones. Han sido unos de los privilegiados en este sistema, y puntualmente Bunge pasó de facturar 23 mil millones de pesos en el 2016 a 46 mil millones en la actualidad. No hay una cuestión económica, hay una gran desocupación en donde pueden elegir y despedir, con la complicidad de este nuevo sistema político, donde está todo permitido.

Las empresas están autorizadas a despedir indiscriminadamente y nosotros deberemos hacer lo que nos corresponde, como sindicalistas tenemos la obligación de defender a los trabajadores y eso es lo que estamos haciendo. Obviamente que la continuidad de nuestros compañeros no depende solamente de nuestra lucha, sino que depende de políticas favorables para la sociedad.

– ¿Cómo incide el despido de estos trabajadores al resto de la planta?

– Es una irresponsabilidad muy grande de la empresa dejar sectores con muy pocos o sin operadores, echar a 60 trabajadores directos de 160 que tiene la planta, y también a 24 trabajadores químicos de una empresa que está al lado que también es de Bunge.

Evidentemente hay una reestructuración de la multinacional que va a afectar a varias plantas, en la parte de la función no creo que puedan hacerlo a corto plazo porque los operadores necesitan una capacitación. Pero evidentemente están cómodos con las nuevas políticas de adoctrinamiento y el objetivo de la empresa es muy claro: que los trabajadores no reclamen salarios, que no quieran defender a ningún compañero.

No es una cuestión económica porque no hicieron ni un preventivo de crisis, que es lo que generalmente la mayoría de las empresas hace, ni siquiera iniciaron retiros voluntarios como para no perjudicar al resto de los compañeros.

– ¿Cómo es relación con el resto de los trabajadores que no fueron despedidos?

– Nosotros tenemos una organización que desde hace mucho tiempo viene concientizando a los trabajadores de que no solamente tenemos que pelear por un incremento salarial o una mejora en lo laboral, sino también en la solidaridad de clase. No pensar que porque no nos tocó, no nos va a tocar nunca más. En este momento la planta está parada, y seguramente no van a arrancar hasta que se dicte la conciliación obligatoria y entren de nuevo o directamente se seguirá con la huelga. No veo otra salida, la única herramienta que tenemos los trabajadores para defendernos de esta situación es la huelga.

Yo conozco trabajadores que han sido despedidos hace dos años y no han encontrado un trabajo estable, lo único que hacen es cortar el pasto, trabajar de remiseros y hasta ahí. Cuando hay una crisis de estas características, en la cual no es una cuestión económica sino de clase en la que siempre la pagamos los trabajadores, no hay alternativa. Cuando a los trabajadores los despiden quedan en un abismo, tardan muchos años en poder reconstruir todo el sistema laboral.

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