Cultura

24 julio, 2018

Encuentro Lúdico: Deuda Eterna, ¿quién puede derrotar al FMI?

Está regresando el FMI y sus condicionamientos a la realidad política, económica y social argentina, y desde lo lúdico ¡también podemos enfrentar semejante problema!

Está regresando el FMI y sus condicionamientos a la realidad política, económica y social argentina, y desde lo lúdico ¡también podemos enfrentar semejante problema!

El juego de mesa Deuda Eterna nació durante los primeros años de la Revolución Cubana, como respuesta contrahegemónica al entonces popular Monopoly. A diferencia de éste, no propone ganar concentrando el mercado inmobiliario a través de la aniquilación económica de los otros jugadores. Nos invita a aprovechar las materias primas del Sur, industrializarlas e introducir los productos elaborados en los grandes mercados del Norte. Lograrlo ante la avaricia asfixiante del FMI es el desafío.

La Deuda Eterna argentina

La variante argentina del juego está discontinuada hace años, pero pude jugarlo un par de veces en Conexión Berlín. La empresa Ruibal lo lanzó al mercado… ¡en 2001! En agosto de aquel año, Raúl Ruibal, uno de los dueños de la firma, le comentó a Página/12 que “el tema es trágico, pero el juego es divertido”. Esta adaptación quitó de la temática al Che Guevara y otros elementos revolucionarios. “Allá incluye la guerrilla, un elemento contra el FMI que aquí todavía no tenemos”, ironizaba el empresario responsable de su adaptación.

deuda eterna CUBA- fuente BBC
Versión cubana de Deuda Eterna

Recordemos que, por entonces, el gobierno aliancista enfrentaba una creciente crisis socioeconómica, e intentó resolverla echándole más nafta al fuego, llamando al FMI. En enero de 2001, recibió un crédito por 40.000 millones de dólares, para “blindar” la economía. El Fondo pidió fuertes ajustes para otorgarlo, la fuga de divisas siguió siendo indetenible.

El presidente Fernando De la Rúa convocó a Domingo Cavallo como ministro de Economía quien, en mayo y junto a Federico Sturzenegger, firmó el “megacanje” de títulos públicos. Esta decisión aumentó la deuda externa argentina en 53.700 millones de dólares. En julio salió por ley el ajustador “deficit cero” y en agosto, la ley de “intangibilidad de los depósitos”. De la mano del Fondo, asfaltaron la autopista al 19 y 20 de diciembre de 2001.

El tablero Norte-Sur

A diferencia del inglés Crunch, juego satírico sobre el saqueo y crisis financiera de 2008, Deuda Eterna presenta un tablero circular inspirado en el Monopoly. Tiene 40 casillas y se divide en dos grandes mitades: en el hemisferio sur se ubican los 12 terrenos de materias primas que están en venta y en la parte norte, cada una de sus correspondientes manufacturas.

Las casillas especiales incorporan situaciones significativas de la historia latinoamericana, tales como:

– “Solidaridad”: recibimos dinero de países hermanos.

– “Condiciones”: uno o todos pagamos dinero u oro al FMI.

– “12 de octubre de 1492”: todos entregamos uno de los tres lingotes de nuestras reservas de oro.

– “Golpe de Estado” y “Fuga de capitales”: nos hacen perder todo o parte del dinero.

– “Latinoamérica”: habilita a agruparnos en parejas o tríos.

Industrializar para ganar

Es un juego poco complejo donde participan de 3 a 6 jugadores a partir de los 10 años. Perdemos si sufrimos la bancarrota; evitamos la derrota instalando siete distintas fábricas primarias y de exportación; industrializando los 12 recursos, alcanzaremos la victoria. El desafío es lograrlo librándose de las inviables condiciones que impone el Fondo.

Tablero de la versión argentina de Deuda Eterna
Tablero de la versión argentina de Deuda Eterna

En la mecánica del juego, dos dados nos hacen avanzar por el tablero. Debemos empezar comprando terrenos de materias primas y luego ir construyendo industrias nacionales. Con un nivel de estas fábricas, podemos erigir industrias de exportación en el norte del tablero; aunque la barrera proteccionista amenaza bloquearnos esos ingresos. Comprando e industrializando todas los casillas de un mismo color, creamos “cadenas industriales”. Esto aumenta mucho la recaudación, que pagan los otros jugadores al caer en ellas… o también el FMI!

Una variante opcional del juego es la venta forzosa de un terreno y sus industrias. Este tipo de compra, llamada “piratería industrial”, se realiza cayendo en la casilla que el jugador se niega a vender. Obviamente, después de pagarle al Fondo el canon fijo por autorizar la intempestiva adquisición.

Endeudamiento, devaluación, embargo económico

El FMI es la banca, no puede quebrar. Si llegara a quedarse sin billetes, emitirá la cantidad que necesite. Los jugadores pueden pedirle prestado “libremente”, pero ya sabemos que pasa cuando la deuda crece: el Fondo impone sanciones.

Las primeras son las devaluaciones de la moneda, que nos obligan usar tres o hasta cuatro dados por tirada en vez de dos, avanzando más rápido en el tablero y pagando intereses más seguido. Aún más angustiante es el embargo económico, el FMI toma y subasta una propiedad -con industrias si las tuviera-, para que podamos pagar con lo recaudado. Esta situación nos lleva sin retorno a la quiebra.

Juntar fuerzas para derrotar al Fondo

Todo lo que venimos contando no es un análisis de la realidad, sino la mecánica del juego. La incesante sangría que provoca el constante pago de intereses de la deuda, va transformando la relación entre los jugadores de la competencia individual a lo asociativo. Cuando parejas o tríos forman bloques económicos, se comienza a jugar en equipos. Y de hecho, así es más sencillo alcanzar el entramado industrial necesario para ganar el juego o evitar la derrota ante la avaricia del FMI.

Deuda Eterna nos acerca una muy didáctica y divertida manera de explicitar la negativa dependencia de nuestros países con respecto a los organismos internacionales, sostenida con políticas de endeudamiento, devaluaciones, ajustes y embargos. También es una muy efectiva herramienta lúdica para divulgar/socializar la necesidad de industrialización e integración regional complementaria. Por último, a más de medio siglo de la creación del juego, su vigencia es indiscutible y el desafío que nos plantea está abierto, ¿quién es capaz de vencer al FMI?

Julián Fernández – @julianlautaro

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