19 julio, 2018
Juan Grabois: «Ahora hay una administración colonial en la Argentina»
Juan Grabois, dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), dialogó con FM La Patriada sobre la situación social, económica y política que atraviesa el país y el rol que ocupa en este contexto el gobierno de Cambiemos.

Juan Grabois, dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), dialogó con FM La Patriada sobre la situación social, económica y política que atraviesa el país y el rol que ocupa en este contexto el gobierno de Cambiemos.
– Considerando las distintas variables económicas ¿Cómo está la situación en los barrios?
– Hay una situación muy mala, similar a la de finales de los ’90 pero con una diferencia sustancial, que es que existe una red de seguridad social mucho más fuerte, fundamentalmente a través de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la inclusión jubilatoria. Entonces mucha gente la está pasando mal pero tiene algo, y esto es lo que mantiene un nivel de contención.
Pero si esto se prolonga en el tiempo, se produce un fenómeno hacia adentro del barrio, que son las pequeñas implosiones que vemos todos los días, un chico que termina en la droga, un padre en el alcoholismo, la violencia familiar se recrudece. Todas estas cosas van arruinando el tejido social de a poco y silenciosamente, y cuando ya ni siquiera esas implosiones permiten contener toda esa frustración y sufrimiento aparecen los estallidos.
Vemos que hay un panorama malo que si no se revierte pronto, va a ser muy difícil. Queremos que se revierta porque después estas cosas genera cicatrices que tardan muchos años en sanarse.
– Y los que más pierden cuando hay un estallido y una crisis son los sectores populares.
– Ya lo vimos en el 2001. Hay una dialéctica compleja, por un lado uno no puede dejar de luchar, reclamar, denunciar a los políticos democráticamente electos que no cumplen la función que la Constitución establece, y por el otro lado tratar de que esas peleas no terminen en situaciones que son todavía peores. Entonces hay una contradicción entre los principios y las necesidades de pelear y la responsabilidad de que el remedio no sea peor que la enfermedad. Hay un equilibrio delicado ahí, ojalá tengamos la sabiduría de administrarlo, alguna responsabilidad tenemos en como terminen las cosas en la Argentina.
– El tema es que cuando uno observa el plan que ha establecido el gobierno, su compromiso con el FMI, el ajuste en marcha, difícilmente se puede pensar en una situación que revierta este estado de situación en los barrios.
– Exactamente, estamos entre la espada y la pared. Lo que nosotros estamos haciendo no es más que pelear por meros paliativos que permitan compensar un poco el daño que hacen las políticas macroeconómicas. El impacto mayor se está empezando a sentir pero todavía falta el desarrollo del plan económico que acordaron con el FMI. Por eso vemos que, de alguna manera, el gobierno de Macri ya se terminó. Ahora hay una administración colonial en la Argentina que estableció nuestra nueva presidenta de facto, la señora [Christine] Lagarde.
Fijate qué llamativo, sus funcionarios empiezan a contactarse directamente con los actores sociales, sindicales y políticos, tanto oficialistas como opositores, como quien inicia una nueva administración de gobierno para empezar a mostrar quien manda ahora. Esto no quita responsabilidad al presidente quien fue el que entregó la soberanía al FMI, pero nosotros hicimos una carta dirigida a Lagarde que vamos a presentar en el Banco Central, porque evidentemente el gobierno ya no tiene ningún poder frente a las corporaciones y los poderes internacionales.
– ¿En qué situación está hoy la relación entre el Gobierno y los movimientos sociales?
– No tenemos relación con el Gobierno, tenemos relación con la gente que atiende los pedidos de caridad. Si alguna vez pensamos que se podía llegar a diseñar, con nuestra lucha y esfuerzo, una política de economía popular que permita recuperar los derechos de los trabajadores y trabajadoras del sector, ya perdimos esa esperanza. Con ese sector tenemos buen diálogo, porque la gente que pusieron a administrar esa oficinita de reparto de limosna es buena gente, es gente relativamente racional, que entiende lo que está pasando.
– Gente que entiende lo que está pasando a pesar de que está dentro de un gobierno que tiene este rumbo económico.
– Trato de ser tolerante en términos de que no pienso que los que están de mi lado del mundo son los buenos y los que están del otro son los malos. Tengo una posición en la vida y un pensamiento que me coloca dentro de un campo político-ideológico, en el cual hay compañeros y compañeras que son heroicos militantes y también hay gente de mierda, soberbia y corrupta.
Y del otro lado hay un proyecto que, desde mi visión, es antipopular, que atenta contra la dignidad humana, contra nuestra Patria y la Patria Grande, contra los principios humanistas más elementales. Pero hay gente que, engañada o no, con otra visión, no es mala. Ahora desde luego esa tolerancia y contemplación que tengo para las personas, no la tengo para la esencia de ese proyecto que cada vez demuestra más no tener nada que ver con el desarrollo nacional, la reducción de la pobreza, la lucha contra el narcotráfico, la unidad de los argentinos y todas las cosas que prometió y no cumplió el presidente.
Si vos preguntás a los militantes del proyecto del gobierno de Cristina qué dejó su gobierno, te pueden nombrar veinte cosas, que te pueden gustar o no pero son cambios. Si preguntás ahora no hay una sola cosa que puedan decir.
– En todo caso, los argumentos siguen siendo en contra a lo que ellos consideraban malo del kirchnerismo, por ejemplo, ahora sí se puede hacer tal cosa.
– ¿Pero qué se puede hacer? Por ejemplo el cepo, había un viejito que quería comprarle un juguete a su hijo en dólares y no podía, no me acuerdo como era la propaganda, algo así era. Ahora ese señor, no lo conozco, pero no puede comprar dólares porque el dólar vale 30 mangos.
Antes no lo podía comprar porque no lo dejaban y ahora no lo puede comprar porque no le alcanza la plata, antes de comprar los dólares para su nieto necesita comprarse los remedios que valen diez veces más. Si vas al gobierno de Menem, te nombraban algunos casos, gente que se iba a Miami. No estoy de acuerdo con que hayamos perdido la soberanía comunicacional privatizando las empresas de telefonía, pero tengo que reconocer que hay un dato objetivo que dice que los teléfonos antes no andaban y después sí, una sensación de que nos estábamos modernizando. Hubieron cambios que eran tangibles, ¿ahora qué hay?
No sólo es un gobierno neoliberal, sino que es un mal gobierno neoliberal repleto de fracasos que, no en una situación de emergencia en la que necesitaba sí o sí financiamiento, sino que fue a entregar la soberanía al FMI voluntariamente y ahora va a aplicar una política económica que es calcada a la del Blindaje y el Megacanje, con un renglón que dice: «Vamos a poner una salvaguarda social». Si la situación se pudre mucho, van a estirar el 0,2% para aumentar un poco la AUH, con eso no hacés nada, hicimos la cuenta y son dos kilos de pan por mes.
– Hubo una conferencia de prensa de Macri, de agenda abierta. Si fueraz periodista ¿qué le hubieras preguntado?
– No puedo resumir en una. La primera seria, cuál es el nivel de pobreza con el que va a terminar su gobierno dentro de un año, cómo va a hacer para que ese nivel no sea superior al nivel con el que la empezó porque prometió que la iba a reducir, ¿usted considera que los argentinos estamos más unidos que en el 2015? ¿considera que ha disminuido el narcotráfico? Porque veo todos los días pibes cayendo en las adicciones. ¿Considera que cumplió alguna de sus promesas o lo que va a hacer es pasar un año y medio más excusando todas las macanas que hacía el gobierno anterior? Que a mi criterio es un argumento que podían usar el primer año, pero no sé para qué se presentaron si lo siguen usando a un año y medio de terminar.
Estoy muy enojado porque creo que se entregaron de una manera tan infame al poder económico internacional, e incluso el Fondo les está planteando que disimulen un poco. Porque no pueden ser tan sátrapas de bajar las jubilaciones, la AUH, el gasto en obra pública y no dignarse a dejar de disminuirle las retenciones al complejo agroexportador.
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