Rusia 2018

16 julio, 2018

Francia campeona del Mundo ¿una nueva era del fútbol?

Y un día terminó la Copa del Mundo Rusia 2018, pero todo lo que dejó lleva a la pregunta de si es el comienzo de otra forma de jugar al fútbol a nivel mundial o es ésta tan sólo una idea aventurada que surge mientras llueven imágenes de los jóvenes franceses festejando.

Y un día terminó la Copa del Mundo Rusia 2018, pero todo lo que dejó lleva a la pregunta de si es el comienzo de otra forma de jugar al fútbol a nivel mundial o es ésta tan sólo una idea aventurada que surge mientras llueven imágenes de los jóvenes franceses festejando.

El domingo se confirmó que en el Mundial tuvieron éxito los equipos que no descuidaron ninguna faceta del juego: defensa, ataque, transiciones rápidas, pelota parada, talento individual, condición física y lectura correcta de los distintos pasajes del partido. A esto hay que sumarle siempre el factor del azar o, como explicó post derrota con Bélgica el técnico de Brasil, Tite, “la influencia de lo aleatorio”.

Francia no solo ganó seis de los siete partidos (empató con Dinamarca en fase de grupos), sino que fue la selección que, con y sin pelota, siempre supo qué hacer y se acomodó a tales circunstancias. El conjunto comandado por Didier Deschamps -también campeón como jugador en 1998- no se caracterizó por ser un equipo de tenencia de la pelota, como lo fueron Alemania y España que se consagraron en 2010 y 2014, sino que jugó esperando a ver qué hacía el rival, dando garantías en defensa y sacándole máximo provecho a cada error contrario o espacio que se genere al vacío.

Además, contó con un arquero sólido como Hugo Lloris que, pese al grosero error que desembocó en el último gol del mundial, apareció en los momentos en los que Francia sufrió; una defensa con dos centrales de elites como Raphael Varane (Real Madrid) y Samuel Umtiti (Barcelona) que se terminaron de consolidar; más dos laterales fuertes y rápidos poco conocidos: Benjamin Pavard y Lucas Hernández que marcaron el ritmo del equipo.

Se sumó un mediocampo con dos volantes mixtos muy técnicos: Paul Pogba y Blaise Matuidi; y un recuperador nato, N’Golo Kanté, que dieron el equilibrio justo. Finalmente, una delantera con un nueve que jugó más para el equipo que para él -Olivier Giroud no convirtió en todo el mundial- y dos de los mejores jugadores del torneo, Antoine Griezmann y Kylian Mbappé.

Mbappé-balón-de-oro
Kylian Mbappé, una de las estrellas de Rusia y promesa del fútbol mundial.

Este último, elegido como el mejor jugador joven del Mundial, a sus 19 años ya forma parte de un grupo selecto de cracks que empiezan a destronar el binomio Lionel Messi-Cristiano Ronaldo, del cual forman parte también Griezmann (mejor jugador de la final), el inglés Harry Kane (goleador del mundial con 6 tantos); y el belga Eden Hazard (segundo mejor jugador del mundial).

De hecho los grandes clubes del mundo ya pusieron sus ojos (y su billetera) en ellos, a tal punto que Mbappé fue adquirido por el Paris Saint-Germain el año pasado en 180 millones de euros. Kane, por su parte, es pretendido por el Real Madrid (que se desprendió de Ronaldo) y le ofreció al Tottenham 150 millones de euros más la ficha de Gareth Bale. El Chelsea, a sabiendas que todos pretenden a su estrella tras su excelso mundial, tazó a Hazard en 225 millones.

La AFA de siempre

Por su parte la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) echó, otra vez, a un entrenador. En menos de cuatro años tres técnicos fueron expulsados de su cargo a través de distintas metodologías. En el caso de Jorge Sampaoli, la institución llevó adelante un “operativo desgaste” que dio sus frutos: su contrato era por cinco años (hasta el Mundial de Qatar 2022) y tenía una cláusula de salida de más de 8 millones de dólares, pero el acuerdo se dio en poco menos de dos millones, a pagar en siete cuotas.

El modo de manejarse de las autoridades del fútbol argentino ya es cuenta corriente: sofocación sistemática para que el contratado se sienta sólo y sin apoyo y termine por decidir dar un paso al costado.

Cabe destacar que el presidente de AFA, Claudio Tapia, quería que Sampaoli dirija el torneo sub-20 de L’alcundia, pero este se negó ya que no había garantías de parte de los clubes de que vayan los jugadores que él quería. Algo similar sucedió con Gerardo Martino, quien se fue luego de que la AFA comandada por Luis Segura no le garantice la presencia de los sub-23 para los juegos olímpicos de Río de Janeiro que terminó dirigiendo el campeón del mundo en 1986, Julio Olarticoechea.

Pedro Bressa y Jorge Britos – @JMBriitos

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