12 julio, 2018
«La Constitución no está en vigencia en Brasil»
Julia Giménez, periodista y comunicadora popular, conversó desde San Pablo con «Insurgentes» por Radio Sur 88.3 sobre la situación en Brasil en torno al otorgamiento de libertad para Lula y su posterior revocación por parte del Poder Judicial.

Julia Giménez, periodista y comunicadora popular, conversó desde San Pablo con «Insurgentes» por Radio Sur 88.3 sobre la situación en Brasil en torno al otorgamiento de libertad para Lula y su posterior revocación por parte del Poder Judicial.
– ¿Cómo se vivió este fin de semana en Brasil, primero con la noticia de la liberación de Lula y luego con su posterior revocación?
– La noticia de la liberación duró solo un instante debido a estos atropellos de la justicia en un momento donde la Constitución no está en vigencia en Brasil, o al menos su gran mayoría, desde el impeachment a la presidenta Dilma Rousseff hasta hoy.
Justamente estaba en un acto del lanzamiento del Congreso del Pueblo, un intento por juntar a diversos sectores del campo popular para discutir un proyecto para Brasil. Y en el medio de este lanzamiento llegan los mensajes y se anuncia generando una gran alegría, fue muy emocionante. Solo que inmediatamente caímos en la cuenta de lo que vivimos, un golpe, que la justicia iba a atropellar este proceso aunque estuviera en los marcos legales de lo que podía hacer esta persona que estaba de guardia, que era aceptar el hábeas corpus.
La policía también fue cómplice porque la orden de revocación llevó un tiempo y debería haber abierto las puertas antes. Le dio tiempo al juez Sergio Moro, que estaba de vacaciones, para poder atropellar las jerarquías. Un juez que está jerárquimente abajo consigue atropellar los niveles de la justicia sin ser corrido, porque es cada vez más evidente la parcialidad de este juez. Todo esto cuando estamos a días de que sea abierta la inscripción y Lula pueda candidatearse a presidente.
– ¿Cómo justificó la justicia esta medida?
– Básicamente no precisa justificaciones en el contexto que vivimos, rechazó el hábeas corpus interponiéndose a la medida que ya estaba. Más allá de Lula, y creo que en Argentina podemos mencionar algo parecido, es lo que vive la mayoría de la población en privación de la libertad. En los últimos dos años las personas que ingresaron sin condena a las cárceles de San Pablo son 14 mil. Lo de Lula se agrava por su situación de preso político, pero esta situación la vive un sector importante de la población carcelaria del país.
En el caso de que se consiga avanzar con un proceso democrático electoral en octubre, es una de las primeras cosas que deben hacerse en este país, una reforma que cambie la situación en la que está la justicia porque es parte de este armado político-mediático-judicial que nos tiene hace dos años sin muchas explicaciones de lo que va pasando. Por ejemplo una frase que me quedó para siempre es «no tengo pruebas pero tengo la convicción», que fue uno de los argumentos utilizados por los jueces en la acusación contra Lula.
– Ciudadanos presentaron 146 recursos de hábeas corpus. ¿Qué apreciación tenés de esto?
– Junto con los pedidos de hábeas corpus se abrieron muchos reclamos para bloquear el accionar de estos miembros de la justicia que están actuando irregularmente. Y algunos afirman desde el campo popular que es una victoria, es difícil entenderlo así pero todo el proceso del domingo pone a Lula en un lugar más central del que estaba. Lo que está muy difícil para los sectores de derecha, a diferencia de Argentina, es que pudieron «bloquear» a Lula pero no tienen candidatos.
Para el campo popular va pasando el tiempo y la cosa se va desanimando, es lógico en los procesos, pero lo de la libertad de Lula volvió a poner en cuestión la necesidad de salir a las calles nuevamente y se vuelve a tener repercusión internacional, que es muy importante ante un golpe. Esto es lo que se entiende como victoria parcial, Lula sigue preso pero la justicia y medios de comunicación tienen dificultades para proceder. Se evidenció también que en la justicia hay diferencias, que no está tan cerrado, hay algunas diagonales para intentar entrarle.
– Recién mencionabas que la derecha no tiene candidato, desde afuera se menciona que Jair Bolsonaro es el candidato y, aunque lejos de Lula, marcha segundo en las encuestas. ¿Cómo lo caracterizarías?
– Me parece que si pensamos en el juez Moro y Bolsonaro, son figuras diferentes. Hay intereses que están intentando acabar con lo realizado por el gobierno progresista del Partido de los Trabajadores (PT), liberalizando la economía brasilera, pero no sé si se animarían a apoyar a Bolsonaro porque es una figura nefasta para muchos, aunque pueda llegar a ser una buena figura para ser utilizada.
Me queda esta duda de que los sectores interesados en apropiarse de los recursos brasileros y hacer negocios con ellos no sé si les cierra su figura porque es un peligro, hay diferencias, no es un cuadro político formado por ellos. Por ejemplo Mauricio Macri sí está acompañado por cuadros con muchos años de formación en escuelas liberales. Si finalmente lo usan, creo que será como un manotazo de ahogado para sacar al PT del juego.
– Mencionabas hace un rato la importancia de la movilización. ¿Para el 10 de agosto se tiene pensado un paro?
– Para el 10 de agosto, en la previa de la inscripción de la candidatura, hay pensada una paralización, no sé si va a llegar a una huelga general. Ahí también comienza una marcha de cinco días, una gran movilización del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST).
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