Fútbol

27 junio, 2018

Clasificación, demostración de carácter y el panorama más claro

Después de la dura derrota por 3 a 0 con Croacia todo parecía indicar que, futbolísticamente hablando, Argentina había sentenciado su final en Rusia. Sin embargo cuando Nigeria le ganó a Islandia la selección volvió a tener chances y el martes, en el último suspiro, obtuvo la clasificación a octavos.

Después de la dura derrota por 3 a 0 con Croacia todo parecía indicar que, futbolísticamente hablando, Argentina había sentenciado su final en Rusia. Esto se potenció aún más por la nefasta (para utilizar la misma palabra con la que Javier Mascherano denostó al periodismo deportivo) cobertura mediática del Mundial que dejó de lado el análisis del juego e hizo del mal momento de la Selección Argentina un factor vital para saciar el hambre de rating. De todas maneras, cuando Nigeria le ganó a Islandia la selección volvió a tener chances de revertir su situación y el martes, en el último suspiro, obtuvo la clasificación a octavos.

El DT de la selección, Jorge Sampaoli (centro de las críticas junto a Lionel Messi y los jugadores más experimentados), no venía encontrando el rumbo futbolístico y el plantel tampoco había podido rebelarse en los dos primeros partidos del grupo, lo cual hacía pensar que iba a ser difícil obtener un triunfo.

Argentina no sólo sacó el partido adelante, sino que además jugó bien, estuvo sólida en defensa y no se desesperó ni se desvaneció cuando el equipo africano empató el partido. Eso habla de que mentalmente se fortaleció ante la adversidad, que se dio cuenta que las individualidades están y también que el Mundial es un torneo muy corto y difícil como para andar experimentando esquemas.

Está claro que el cuerpo técnico y los jugadores debieron juntarse para pensar cómo resolver esta situación y no hay dudas de que se llegó a una idea “consensuada” ya que salieron a la cancha los jugadores con más experiencia y no las jóvenes apuestas como Giovani Lo Celso o Cristian Pavón por las que Sampaoli tiene debilidad. Pero eso sucede en cualquier grupo humano que no tiene claras las cosas. Es sano que se haya dado esa reunión a la que el periodismo deportivo graficó como “apretada”, “golpe de Estado a Sampaoli” y tantas otras sentencias carentes de fuentes que las respalden.

Con la clasificación consumada y de la manera en que se lo hizo, arranca otro mundial porque a partir de Octavos de Final los partidos son de eliminación directa, es decir, no se depende más de otros resultados como en la fase de grupos, sino que cada equipo depende de sí mismo para avanzar de ronda. Por eso se puede intuir que el envión anímico que significó la victoria ante Nigeria puede hacer que el equipo se despierte definitivamente y, con las cosas más claras, le pueda ganar a Francia.

Se va aclarando el panorama

Los mundiales son campeonatos en los que el margen de error es mínimo. Aquellas selecciones como Argentina que no llegan con el equipo de memoria ni las ideas de juego claras, deben encontrar el rumbo rápido. Por ejemplo, Brasil no sólo llegó al Mundial con un equipo titular que jugó prácticamente todas las eliminatorias, sino que la estrategia está clara: 4-3-3 y cambio de táctica o de algún intérprete según el rival.

En este sentido, la victoria ante los nigerianos no sólo le dio la clasificación al combinado nacional, sino que le clarificó el panorama al técnico, otro factor vital y muy positivo. Es que se consolidó el arquero, Franco Armani, quien dio mucha seguridad y tapó el único mano a mano que tuvo.

Se encontró la defensa que a partir de ahora será siempre con línea de 4 (sistema que mejor le calza al fútbol argentino) y estará conformada por: Gabriel Mercado, Nicolás Otamendi, Marcos Rojo (héroe de la jornada) y Nicolás Tagliafico. Y apareció el doble cinco gracias a la inclusión de Ever Banega que con sutiles pases entre líneas terminó siendo el socio ideal de Messi y le ahorró al crack el tener que atrasarse para crear juego y encima tener que ser uno de los que defina la jugada.

Obviamente Messi seguirá siendo uno de los delanteros, por lo que sólo falta definir si Enzo Pérez y Ángel Di María y Gonzalo Higuaín permanecerán como titulares o se apostará, por ejemplo, por Pavón por derecha (que entra siempre muy bien); por Maxi Meza o Marcos Acuña por izquierda; y Sergio Agüero como número 9 ya que hasta ahora fue el único delantero, además de Messi, al que se le abrió el arco.

Ahora, Francia

El sábado a las 11 de la mañana -hora Argentina- la selección jugará por los Octavos de Final contra Francia, una selección de las consideradas “favoritas”, que tiene figuras rutilantes como Antoine Griezmann (Atlético de Madrid) , Kylian Mbappé (Paris Saint Germain) y Paul Pogba (Manchester United), pero que en la fase de grupos no pudo anteponerse con comodidad a selecciones más débiles como Australia (le ganó 2 a 1), Perú (lo derrotó 1 a 0) y Dinamarca (0 a 0).

Antes de que comience el Mundial todo hacía pensar que Argentina, de ser primera, iba a tener que cruzarse en octavos con Dinamarca o Perú, potenciales segundos del Grupo C (lo terminó siendo el país europeo). Pero el Mundial es una lotería, un campeonato muy parejo en el que nunca se da lo que se supone que se va a dar, y así Argentina, segunda del Grupo D que ganó Croacia, deberá enfrentarse a la selección francesa, primera del grupo C.

A esta altura, para Messi y compañía que vienen sufriendo los embates del destino y han podido anteponerse, Francia termina siendo una motivación extra, pero los franceses no imaginaban tener que cruzarse con Argentina tan pronto. Esto hace pensar que el sábado se dará un duelo de campeones del mundo muy parejo en el que ganará quien menos se equivoque: porque en un Mundial en el que se arriesga muy poco todo se define en detalles y, a partir de ahora, lo que haya sucedido antes ya es historia.

Pedro Bresa

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