Fútbol

22 junio, 2018

No se puede criticar una forma de jugar cuando no la hay

Cuarenta y cuatro años tuvieron que pasar para que la selección Argentina de fútbol iguale su peor marca en un debut mundialista. Fue en Alemania 1974 cuando el elenco nacional sólo había conseguido un punto en sus primeras dos presentaciones. Este jueves Rakitic, Modric, Rebic y compañía se encargaron de que el actual subcampeón del mundo equipare aquel fatídico inicio.

Cuarenta y cuatro años tuvieron que pasar para que la selección Argentina de fútbol iguale su peor marca en un debut mundialista. Fue en Alemania 1974 cuando el elenco nacional sólo había conseguido un punto en sus primeras dos presentaciones. Este jueves Rakitic, Modric, Rebic y compañía se encargaron de que el actual subcampeón del mundo equipare aquel fatídico inicio.

Jorge Sampaoli volvía a sus bases. La línea de tres defensores, con dos carrileros que hagan la banda como Eduardo Salvio y Marcos Acuña. Esta idea ya la había utilizado en los partidos por eliminatorias contra Uruguay, Venezuela y Perú, en los cuales sacó tres empates e hizo un solo gol a favor (en contra por parte de Fletscher, defensor venezolano).

Ahora bien, más que simplista sería echar culpa al esquema táctico en uno de los papelones más grandes de la historia del seleccionado argentino. Es que no hubo esquema, no hubo ideas, en definitiva, no se puede criticar una forma de jugar cuando no la hay.

Lo único que si aparecen son contradicciones: Giovanni Lo Celso fue titular en los amistosos previos y en varios entrenamientos pero no sumó uno solo de los 180 minutos jugados hasta acá. Enzo Pérez no fue incluido en la lista de 23, pero fue llamado de urgencia y apareció entre los titulares. Contra Islandia, a priori un rival más endeble que Croacia, apareció un doble cinco de marca con la inclusión de Lucas Biglia. El jueves el volante del Milán fue suplente y Javier Mascherano se mostró solo en la recuperación.

“El partido más fácil es Argentina”, había dicho horas antes el director técnico croata, Zlatko Dalic. Una declaración que subestimaba la historia pero estuvo acorde al presente. Es que la vulnerabilidad emocional de este grupo de jugadores es realmente alarmante. Tras el error de Wilfredo Caballero, el equipo se desmoronó por completo. Hay que tener en cuenta que un débil remate de Meza fue la única ocasión en el complemento de un seleccionado que ni siquiera llega al arco rival como para culpar a la mala fortuna.

El arquero no da seguridad y la defensa carece de solidez, no es casualidad que la Argentina sea el país con más goles en contra por detrás de la débil Arabia Saudita. El mediocampo no marca ni genera. Lo que puedan hacer Sergio Agüero o Gonzalo Higuaín -quienes están en buena forma física y futbolística- termina en acciones solitarias y aisladas.

Además, los ingresos de Dybala, Higuaín y Pavón no despertaron al equipo. Ni a Lionel Messi quien jugó uno de los peores partidos de su carrera. El astro argentino no encontró respuestas ni tampoco las buscó. No pudo desmarcarse ni ser alternativa para sus compañeros. No pateó al arco en todo el partido. Su rostro en el himno argentino vaticinó lo que estaba por venir.

A la espera del milagro

El seleccionado nacional ya no tiene margen de error. Croacia es el líder del Grupo con 6 unidades. Lo siguen Argentina e Islandia, con un punto. Cierra las posiciones Nigeria, rival en la última fecha, con cero unidades luego de la derrota ante los croatas. El otro cruce de la segunda fecha, entre los europeos y los africanos, se juega este viernes, desde las 12.

Lo peor que le puede ocurrir a la selección Argentina es que Islandia le gane a Nigeria. En tal caso, deberá ganar y esperar que los isleños pierdan contra Croacia. Si se llega a dar esta situación, habrá que ver la diferencia de gol. Cualquier otro resultado entre Croacia-Islandia en la última fecha dejaría al equipo de Sampaoli sin posibilidades matemáticas. Es decir: con un empate, Croacia se asegura el primer lugar del grupo e Islandia la clasificación.

En el caso de que Nigeria e Islandia empaten, la selección debe ganar en la última fecha y esperar que Islandia no sume de a tres. Hasta se podría dar un triple empate con dos unidades cada uno, y se definiría por diferencia de gol.

Por último, el mejor de los casos, si Nigeria le gana a Islandia, la selección argentina deberá ganar y esperar que los isleños no sumen de a tres en la última fecha o una diferencia de gol favorable. Cualquier otro resultado, empate o derrota ante Nigeria, decretará la eliminación del elenco nacional.

Jorge Britos – @JMBriitos

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