14 junio, 2018
Breve historia de todos los partidos inaugurales de los mundiales
Este jueves comienza la edición número 21 de la Copa Mundial de Fútbol en Rusia. El partido inaugural lo jugará el local contra Arabia Saudita. Notas les trae un repaso de los 20 partidos inaugurales anteriores.
Este jueves comienza la edición número 21 de la Copa Mundial de Fútbol en Rusia. El partido inaugural lo jugará el local contra Arabia Saudita. Notas les trae un repaso de los 20 partidos inaugurales anteriores.
Si bien la idea del «partido inaugural» no se llevó a cabo hasta 1966 y hubo casos como en Italia 1934 donde se jugaron ocho en simultáneo, siempre hay una primera vez y acá van.
Uruguay 1930 y la gloria por cuatro minutos
El autor del primer gol en un Mundial fue un trabajador de la empresa Peugeot que llegó a Uruguay tras viajar durante once días en barco. Lucient Laurent era un delantero veloz, al que apodaban «Petit Lulú» por su estatura, y que entró en la historia del fútbol gracias a un disparo desde el lateral del área que sorprendió al mexicano Óscar Bonfiglio, a los 19 minutos del partido disputado en el estadio de Pocitos, el campo del Peñarol, ante un millar de espectadores.
Instantes después, también en Montevideo, en el Parque Central, estadio del Nacional, Bart McGhee, un escocés emigrado a Norteamérica, marcaba el primer gol de EE.UU. contra Bélgica, en el otro partido que se jugaba al mismo tiempo en aquella primera jornada mundialista.
Francia venció a México por 4-1 y EE.UU. a Bélgica por 3-0. Por tan solo cuatro minutos, Laurent desplazó a McGhee de la historia de los Mundiales.
Italia 1934, 17 días en barco para jugar un partido
Argentina, debido a la división entre la Liga Profesional y la Asociación Amateur, llevó un equipo aficionado al Mundial de Italia 1934. Es más, no había un solo jugador de los que disputó la final del primer Mundial cuatro años antes. Dieciocho jugadores, casi todos de equipos del interior y muchos que ni siquiera habían viajado en su vida a Buenos Aires, se vieron embarcados rumbo a Europa.
Una larga travesía para jugar un solo partido. Fue debut y despedida en Bolonia contra Suecia, porque aquel Mundial se jugó por un sistema de eliminatoria. Argentina arrancó ganando, le empataron, volvió a ponerse en ventaja, le volvieron a empatar y a 11 minutos del final llegó el tercero de los escandinavos. 3 a 2 y vuelta a casa.
Ese partido, además, fue tan inaugural como los otros siete que se jugaron aquel 27 de mayo de 1934: España 3 – Brasil 1; Austria 3 – Francia 2; Alemania 5 – Bélgica 2; Hungría 4 – Egipto 2; Suiza 3 – Holanda 2; Italia 7 – Estados Unidos 1; Checoslovaquia 2 – Rumanía 1.
Francia 1938, el día que nació el catenaccio
El «catenaccio» nació en Francia, ideado por un austríaco y puesto en práctica por Suiza. Fue en el primer partido del Mundial en el Parque de los Príncipes de París, cuando el técnico Karl Rappan ideó un plan para evitar ser aplastado por Alemania, un potente equipo reforzado por varios componentes del «wunderteam» austríaco (que habían sido obligados a jugar tras la anexión de su país por la Alemania nazi). Puso un jugador por detrás de la defensa, algo que hoy llamaríamos «líbero».
Esto supuso un cambio de filosofía porque, hasta entonces, el juego consistía en hacer los goles y no en evitarlos. Esa decisión llevó a Suiza a un sorpresivo empate: 1-1 con prórroga incluida (no había penales). Por eso hubo que jugar un desempate, cinco días después, donde los helvéticos vencieron por 4 a 2, dejando a fuera al equipo teutón. Fue el segundo fracaso del plantel nazi que ya había sido eliminado en los Juegos Olímpicos de Berlín (1936) por Noruega.
Posteriormente, un italiano, Nereo Rocco, lo adaptó con éxito y el fútbol italiano se lo apropió. Pero su origen estuvo en aquel lejano Mundial francés.
Brasil 1950, sin sorpresas (al principio)
El local llegaba a organizar el cuarto Mundial con todo listo para llevarse la copa. Así fue que en un Maracaná repleto (que había sido construido en 667 días) los brasileños aplastaron a México 4 a 0.
16 de los 22 jugadores mexicanos habían padecido anemia y entre ellos se encontraba el arquero Antonio Carbajal quién decidió jugar bajo los tres palos después de que siendo niño un auto atropellara a su hermano mientras jugaba al fútbol en la calle. Con la puerta de su casa como arco, Antonio podía entrar rápidamente si cruzaba la calle algún vehículo.
Ante el vapuleo que sufrió por parte de los brasileños nadie esperaba en aquel entonces que ese arquero jugaría cinco copas del Mundo y que Brasil perdería el título un mes después en el recordado «Maracanazo».
Suiza 1954, buscando acabar con la maldición
El quinto Mundial se abrió con cuatro partidos al mismo tiempo. Brasil y México se enfrentaron nuevamente y los sudamericanos volvieron a imponerse, ahora por 5 a 0.
Pero el dato importante de aquel partido es que fue el debut de la camiseta «verdeamarela» del combinado brasileño. Diseñada por un estudiante de 18 años, Aldyr García Schlee, que ganó el concurso en diciembre de 1953, esa camiseta enterró a la blanca que recordaba el «Maracanazo» y se convirtió en el símbolo del país y su fútbol.
Aquella tarde, también triunfó Yugoslavia sobre Francia (1-0); Uruguay sobre Checoslovaquia (2-0); y Austria sobre Escocia (1-0).
Suecia 1958, el goleador inesperado
Aquel mundial tuvo también ocho partidos inaugurales, sin embargo sobresalió el encuentro que disputaron Francia y Paraguay.
Just Fontaine no iba a ser titular con solo cuatro partidos internacionales a sus espaldas. Rene Bilard ocupaba su puesto. Además, tenía otro problema y es que sus botines estaban rotos. Sin embargo, los planetas se alinearon. Se lesionó Bilard y Stephane Bruey, un suplente, le prestó el calzado.
Con aquellos botines prestados, Fontaine jugó ante Paraguay, hizo tres de los siete goles de su equipo (7-3) y comenzó el camino que lo llevó a lograr un registro único: 13 tantos en una única edición mundialista.
Aquel 8 de junio, también ganó Alemania a Argentina (3-1), Irlanda del Norte a Checoslovaquia (1-0), Suecia a México (3-0) y Brasil a Austria (3-0). Empataron Yugoslavia con Escocia (1-1), Hungría y Gales (1-1), y la Unión Soviética ante Inglaterra (2-2).
Chile 1962, el debut de Colombia
El seleccionado cafetero llegó a su primer Mundial en 1962. El presidente del país, Alberto Lleras Camargo, despidió al equipo diciendo: «Que les vaya bien y que metan muchas canastas».
Colombia tuvo un digno debut ante Uruguay en Arica donde perdió 2 a 1. Luego lograría un impensado empate ante la Unión Soviética convirtiendo el único gol olímpico de la historia de los mundiales y se iría vapuleado por Yugoslavia perdiendo 5 a 1.
Ese 30 de mayo de 1962 en el que también Argentina ganó a Bulgaria (1-0), Brasil volvió a derrotar a México (2-0), y Chile a Suiza (3-1).
https://www.youtube.com/watch?v=o50WxGxPtts
Inglaterra 1966, primer partido inaugural de verdad
Por primera vez se realizó un primer partido del Mundial como tal. Estuvo precedido de un acto donde la reina Isabel II saludó a los jugadores en la cancha.
A pesar de toda la preparación fue un debut inesperado ya que los locales apenas lograron un empate en cero con Uruguay que presentó un equipo inedito. Inedito porque los 11 titulares nunca habían jugado juntos antes en la selección.
La prensa británica se mofó de Alf Ramsey, el primer director técnico inglés que cobró por dirigir a su selección y que había predicho: «Ganaremos el mundial». Tres semanas después, luego de una polémica final, le dieron la razón.
México 1970, el primer cambio y la primera amarilla
El partido inaugural en el estadio Azteca fue el primero que se transmitió oficialmente en color (más allá de que en Inglaterra existieron registros fílmicos que no eran en blanco y negro). Eso permitió ver la primera tarjeta amarilla mundialista mostrada al soviético Evgeni Lovchev.
También fue la primera vez en una Copa del Mundo en la que hubo una sustitución: Serebrianikov salió y entró Pusach, al campo y a la historia. Desde ese momento, cada seleccionador dispondría de dos sustituciones.
¿El partido? Un aburrido cero a cero entre la URSS y México.
Alemania 1974 y la primera tarjeta roja
Hasta entonces si bien existían las expulsiones no así las tarjetas. Carlos Caszely, delantero estrella de Chile, debía ser noticia por sus goles pero lo fue por ver la primera tarjeta roja de la historia de los Mundiales. Fue expulsado por agredir al defensor Berti Vogts.
Fue en el minuto 67 del partido inaugural que disputó la selección anfitriona contra Chile. «Vogts me había dado 25 patadas y uno, como es delantero, pega una y, como no sabe, le ven», se justificó 30 años después.
En esa ocasión los alemanes ganaron 1 a 0 y comenzaron el camino al título.
Argentina 1978 no muerde la lengua de Joao Havelange
El Mundial de Argentina estuvo atravesado por la polémica. La ceremonia inaugural se consideró un aval de la FIFA a la dictadura encabezada por el general Jorge Rafael Videla, quien condecoró al brasileño Joao Havelange.
El entonces presidente de la federación internacional, respondió: «Por fin el mundo puede ver la verdadera imagen de Argentina», mientras tanto en la Plaza de Mayo el arquero sueco Ronnie Hellstroem se manifestaba junto a las Madres de Plaza de Mayo que reclamaban noticias sobre sus hijos desaparecidos.
Luego, en la cancha Alemania y Polonia, empataron sin goles. Fue la primera vez que el último campeón disputaba el partido inaugural.
España 1982 no fue el mundial de Diego
Cuatro años antes se había quedado con las ganas cuando el director técnico argentino Cesar Luis Menotti lo dejó afuera de la lista para el Mundial con 17 años. Diego Armando Maradona, llegaba a jugar su primera Copa del Mundo en un gran momento. Campeón con Boca y recientemente adquirido por el Barcelona, buscaba lucirse en España.
Pero el 13 de junio de 1982, en el Camp Nou, la historia sería otra. Allí apareció Erwin Vandervergh, autor del único gol con el que Bélgica derrotó a los últimos campeones.
México 1986. Nace «la ola»
Al parecer, la idea surgió en Canadá y llegó a EE.UU. a través del béisbol, pero no fue hasta el Mundial de México que se convirtió en un fenómeno mundial.
«La ola» tuvo su bautismo en el partido inaugural, cuando al salir Italia y Bulgaria al terreno de juego, la televisión fijó su imagen en lo que sucedía en la tribuna; los asistentes se levantaban de forma consecutiva brazos en alto. Luego Italia, que regresaba como campeona del mundo al Estadio Azteca, 16 años después de perder la final contra Brasil, no pudo más que empatar con la débil Bulgaria 1 a 1.
Italia 1990, Argentina siempre se va a acordar de Oman Biyik
La victoria de Camerún sobre la selección Argentina de Diego Maradona, el 13 de junio de 1990, es una de las grandes sorpresas de la historia de los mundiales. El fútbol africano había avisado de que ya no era una anécdota, pero pocos daban alguna posibilidad a aquel equipo, capitaneado por un jugador de 38 años, Roger Milla.
Argentina fue incapaz de superar a los africanos, muchas patadas mediante. Camerún terminó el partido con nueve jugadores y, aun así, convirtieron y aguantaron el gol de cabeza logrado en el minuto 66 por Oman Biyik, que realizó un vuelo lo catapultó a la historia.
Camerún hizo historia no sólo por ese partido sino por llevar a un equipo de su continente por primera vez a Cuartos de Final donde perdió con lo justo ante Inglaterra. Argentina por su parte realizó un mítico Mundial que le fue arrebatado con un penal inexistente en la final ante Alemania.
Estados Unidos 1994, el soccer y la frustrada esperanza de Bolivia
En el país que llama al fútbol ‘soccer’, todo fue nuevo. El partido inaugural del Mundial se jugó en un campo de fútbol…americano, el Soldier Field de Chicago, los árbitros vistieron de rojo y los jugadores llevaron el nombre en sus camisetas.
Durante el partido Alemania se impuso por 1-0 a Bolivia con gol de Jürgen Klinsmann. Por su parte, los bolivianos que llegaban a una copa tras 44 años sufrieron la expulsión de su estrella Marco Etcheverry cuatro minutos después de ingresar al terreno de juego.
Francia 1998, las polleras no le alcanzaron a Escocia
La idea fue de Craig Brown, el seleccionador, que quiso dar un golpe de efecto. Aquel 10 de junio de 1998, los jugadores escoceses sorprendieron al mundo al bajarse del micro vistiendo faldas a su llegada al Stade de France, un par de horas antes de enfrentarse a Brasil. «Quizá no fue la mejor forma de preparar el partido y estábamos deseando cambiarnos el kilt por el pantalón corto, pero fue algo grande», recordaría después Tom Boyd.
Boyd fue el protagonista decisivo durante el partido, porque sobre el final del partido se llevó puesta la pelota que Jim Leighton había despejado, tras un disparo de Cafú que deshizo el empate y los brasileños ganaron por 2 a 1.
Corea – Japón 2002. Una nueva sorpresa africana
Como Camerún ante Argentina, otra vez un equipo africano sorprendía al comienzo de un Mundial. Senegal venció en Seúl 1 a 0 a una selección francesa disminuída por la lesión que había sufrido Zinedine Zidane en su último amistoso. Curiosamente, fue un triunfo del fútbol francés: 21 de los 23 senegaleses jugaban en la Liga francesa.
Papa Bouba Diop fue el autor del gol que inició dos caminos divergentes. Los franceses se convirtieron en los primeros campeones defensores en no convertir un solo gol ni ganar un partido, quedando eliminados en primera ronda. Los senegaleses, por su parte, alcanzaron el record de Camerún al llegar hasta Cuartos de Final.
Alemania 2006. El partido inaugural con más goles
Acostumbrados a ganar casi siempre, a arrasar con su poderío físico, la renovación emprendida por Klinsmann en Alemania no convencía a casi nadie. Es que el equipo local (que volvía a disputar el partido inaugural) había sido goleado por Italia en uno de sus últimos amistosos (4-0).
Y, sin embargo, todo cambió en seis minutos. El tiempo que tardó Philip Lahm en marcar el primer gol, golazo, ante Costa Rica. El tanto desató la euforia y abrió la cuenta en el partido inicial de un Mundial con más goles hasta el momento. El humilde equipo centroamericano no dio el brazo a torcer y empató el partido con gol del memorable Wanchope. Luego los alemanes se pusieron 3 a 1, Costa Rica volvió a descontar a través de Wanchope y finalmente llegó el 4 a 2.
Lahm, autor del primer gol, había estado lesionado desde enero de 2005 a marzo de 2006 y pensó que vería el torneo como un hincha más. Su gol premió su constancia (fue el capitán campeón en 2014).
Sudáfrica 2010 y llegó el mundial al continente negro
La elección de Sudáfrica como sede del primer Mundial africano se gestó el mismo día que Alemania le quitó la organización del certamen de 2006. La polémica desatada por la oscura votación causó tantas sospechas en la FIFA que estaba claro donde se jugaría cuatro años después.
Nelson Mandela fue su mejor embajador, el que logró derrotar todas las reticencias. «El arquitecto del Mundial 2010», le llamó Joseph Blatter. Y, sin embargo, no pudo estar en el palco el día que comenzó el torneo. El fallecimiento de su biznieta Zenani, muerta en un accidente de tráfico horas antes tras acudir al concierto conmemorativo de la Copa, impidió su asistencia.
Luego, México evitó la que hubiera sido una derrota humillante ante los anfitriones gracias a un gol de Rafa Márquez, al son de las ruidosas vuvuzelas que fueron un símbolo de aquella copa.
Brasil 2014. El día que el árbitro salvó a Marcelo.
De nuevo en Brasil, el equipo local quería sacarse el estigma del Maracanazo (no sabía que el futuro le deparaba su derrota más humillante en la historia de los mundiales). En el debut contra Croacia las cosas no empezaron bien cuando el lateral izquierdo, Marcelo, hizo un gol en contra y abrió la cuenta para los europeos. El empate llegó de la mano de Neymar, quien se perfilaba como la figura de aquel torneo.
Ya en el segundo tiempo el árbitro se encargó de darle un penal inexistente al combinado brasileño que otra vez Neymar cambió por gol y le abrió el camino al 3 a 1 definitivo con un golazo de Oscar.
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.