18 mayo, 2018
Con el respaldo del poder financiero, el gobierno va por el achique del gasto social
La tranquilidad del gobierno de Mauricio Macri tras el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del presidente norteamericano, Donald Trump, dieron espalda al oficialismo para declarar el fin de gradualismo. El Ejecutivo apuntará a la reducción del gasto público y busca el acompañamiento de las provincias.

La tranquilidad de Mauricio Macri tras el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del presidente norteamericano, Donald Trump, dieron espalda al oficialismo para declarar el fin de gradualismo. El Ejecutivo apuntará a la reducción del gasto público y buscará el acompañamiento de las provincias.
“Gran charla con mi amigo el presidente Mauricio Macri de la Argentina esta semana. Él está haciendo un buen trabajo para la Argentina. ¡Apoyo su visión para transformar la economía de su país y liberar su potencial!», publicó Donald Trump en su cuenta de Twitter. El saludo virtual llegó luego de haber mantenido una conversación telefónica con su par argentino a principios de la semana, hecho que le sirvió al oficialismo para ratificar su nuevo rumbo económico.
«El mundo ha decidido que la velocidad con la que nos habíamos comprometido a reducir el déficit fiscal no era suficiente», fueron las palabras de Macri en conferencia de prensa el miércoles, al reconocer que habían puesto metas demasiado optimistas y le erraron al diagnóstico. Para que estas declaraciones se dieran, tuvieron que pasar largos meses de proyecciones erróneas respecto a la inflación y otras variables.
Desde ese día, funcionarios de los ministerios de Hacienda y Finanzas se encuentran en Washington junto a técnicos del Departamento para el Hemisferio Occidental del organismo que dirige Christine Lagarde, cuyo staff presentará este viernes ante el Consejo Directivo el caso argentino, a fin de otorgar los créditos stand-by de alto acceso.
“Este programa le pertenece totalmente a Argentina, el FMI apoya las prioridades de Argentina”, aseguró el vocero de la entidad financiera, Gerry Rice. En sintonía con las declaraciones del ministro Nicolás Dujovne, Rice aclaró: «Nosotros también cambiamos, nos adaptamos al cambio de nuestros miembros. Nos enfocamos más en la protección social, le damos mucha atención a las cuestiones sobre inequidad y a la necesidad de crecimiento inclusivo”.
Además, reiteró que apoyan al país en lo que considera que va a ser «lo más útil y lo que fortalezca aún más su economía, para poder así proteger los estándares de vida y a los más vulnerables”.
En contraposición a estas declacariones un estudio realizado por el Centro de Investigaciones Económicas y Políticas (CEPR), reveló que 31 de los 41 créditos otorgados a economías de bajos ingresos luego de la crisis de 2008, incluyeron exigencias de políticas fiscales y monetarios que exacerbaron las recesiones. Fue recién en el estallido de la Eurozona (Grecia, España, Ucrania) que se vieron las intensiones vintage del FMI.
Mientras tanto, en terreno rioplatense, Macri lanzó la convocatoria a un Acuerdo Nacional para el Desarrollo, con el fin de reunir a todos los sectores sociales (empresariado, sindicatos, gobernadores, legisladores, Iglesia) para, en principio, sumarlos al plan de reducción del déficit fiscal. “El llamado va a ser para todos, esperamos que la respuesta sea positiva de todos los sectores”, dijo el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
El plan del oficialismo buscará consensuar “una hoja de ruta para este camino del desarrollo nacional que necesita la Argentina”, al decir de Frigerio, pero que en el terreno de la política no es otra cosa que un intento de Cambiemos para compartir el costo político de las medidas que vendrán.
¿Cómo queda el gradualismo en este nuevo contexto?
Esta fue la pregunta que La Nación le hizo al ministro Dujovne luego de las “turbulencias” en una entrevista exclusiva. “El gradualismo es hijo de algo superior, que es el pragmatismo”, señaló el ex panelista de Todo Noticias.
Con este último concepto caracterizó al actual gobierno que, según su mirada, en 2016 vio que era muy difícil avanzar rápido con las cuestiones fiscales hasta que no reestablecieran el crecimiento, más aún “sabiendo el costo social de remover los controles de capitales y dejar flotar la moneda”.
“Ahora que cambia el escenario internacional, cambiamos nuestras metas fiscales y nos adaptamos. No hay dogma que nos impida movernos: si las condiciones internacionales cambian, debemos cambiar para seguir obteniendo resultados”, sostuvo el titular de Hacienda.
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