Economía

18 mayo, 2018

«La crisis no está solucionada»

Agostina Costantino, economista del Espacio Feminista de la Sociedad de Economía Crítica, analizó el contexto de crisis cambiaria y el vínculo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en diálogo con “Insurgentes” por Radio Sur 88.3.

Agostina Costantino, economista del Espacio Feminista de la Sociedad de Economía Crítica, analizó el contexto de crisis cambiaria y el vínculo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en diálogo con “Insurgentes” por Radio Sur 88.3.

– Nos encontramos en un contexto de desembarco del FMI con ministros viajando para negociar un nuevo pedido de préstamos, ¿podrías explicarnos como se llegó a esta situación?

– A pesar de lo que dijo el presidente, esto no se terminó. La crisis no está solucionada y es necesario entender por qué el gobierno terminó en el FMI y qué implicancias puede tener para todos nosotros en el futuro.

Hace algunas semanas la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), que es como el Banco Central nuestro, aumentó sus tasas de interés para atraer fondos del resto del mundo hacia su país y así apuntalar su propia recuperación económica. El problema es que esto impacta en toda la economía mundial.

La suba de las tasas de interés de la FED, funciona como una aspiradora de recursos que vuelven a una de las opciones de inversión más seguras, los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Esto hace que suban las tasas de interés de referencia en todos los países, pero tiene especial impacto en las economías periféricas como la nuestra, que reciben un segundo golpe por la suba en la prima del riesgo financiero conocido como Riesgo País, una prima que se aplica a las tasas de interés de los países considerados riesgosos a nivel internacional.

Este impacto se dio en todos los países porque todos los inversores tendieron a abandonar las monedas más débiles para refugiarse en el dólar. Esto implicó una salida de dólares de todos los países que provocó devaluaciones, para morigerarla existen en política monetaria diversas herramientas que van desde las más coyunturales, suba de tasas de interés, venta de reservas internacionales o la intervención en el mercado futuro de divisas, a las más estructurales como los requisitos mínimos de estadía en el país de las inversiones, el pago de impuestos por salida o el uso de tipos de cambio múltiples.

– ¿Cómo afecta esto a Latinoamérica y en especial a Argentina?

– En los últimos años, la región tendió a desmontar estas últimas políticas. En Argentina se eliminó el requisito de estadía mínima de los capitales y, de esta forma, las economías se vieron más expuestas al flujo de capitales. Por ejemplo, Chile, Brasil y Colombia se encuentran dentro de las economías más afectadas por la desregulación de este tipo de políticas junto a esta movida en el flujo de capitales. Los efectos en la Argentina no le llegan ni a los tobillos a cómo afectó esta crisis a estos tres países.

En el país, desde el primer mes que asumió el gobierno de Cambiemos, se eliminaron trabas a las importaciones, se redujeron aranceles a las exportaciones, se reunificó el mercado cambiario, se eliminaron todos los controles a los capitales, se amplió el tiempo disponible para liquidar las ventas al exterior, por eso Elisa Carrió salió a decirles a los exportadores de soja que liquiden, porque no hay ningún tipo de exigencia de tiempo hacia los exportadores para entrar los dólares derivados de sus ventas. Además se intensificó la presencia argentina en los foros internacionales de negocios como Davos y el G20.

Los resultados de este ímpetu desregulador y toda esta «inserción en el mundo» son mayormente negativos, que es lo que vimos en estas últimas dos semanas. Porque aunque se acumularon reservas, estas se sustentaron en un fuerte proceso de endeudamiento público acompañado de endeudamiento privado e inversión de cartera, que es una inversión financiera de corto plazo. Estas tres vías entraron principalmente a financiar la fuga, entraban por un lado y salían por la bicicleta financiera. Este esquema no es novedoso, expresa el peso del capital trasnacional en una economía como la argentina.

– En relación a la volatilidad de la inversión financiera, ¿qué peso tuvo el rol de los ahorristas?

– Como mencionaron Francisco Cantamutto y Martín Schorr en una nota que publicaron en Nueva Sociedad, hay que poner en cuestión la idea difundida de que la fuga de capitales es alimentada por una estampida de ahorristas. Porque supone que a los argentinos en general nos sobra la plata, no confiamos en el peso argentino y ahorramos en dólares. Lo que los autores dicen es que quienes tienen capacidad de ahorro, y que lo atesoran en dólares, son muy pocos.

En el 2017, fueron 3,5 millones de personas, el 8% de la población total del país. Además es un porcentaje donde hay una fuerte concentración de una minoría de sectores altos y medio-altos que al pretender, a través de medios y determinados sectores políticos, que su comportamiento refleja el de la sociedad deja afuera a todas las capas de sectores populares que no saben nada de la fiebre argentina por el dólar. En este sentido, un instrumento fuerte que utilizó el Banco Central para contener la salida fue, de manera abrumadora y casi sin control, la venta de reservas y suba de tasas de interés. Encima no tuvieron efecto porque los capitales siguieron saliendo y por eso el Tesoro fue por más: tras 15 años del último acuerdo con el FMI, el Gobierno salió a buscar un acuerdo nuevamente con este organismo.

– ¿Qué puede suceder con esta estrategia utilizada por el Gobierno?

– Todavía el FMI no aceptó otorgar la plata, están negociando, manifestaron que recién iban a empezar a evaluar la situación con Argentina. En el mejor de los casos, esto va a permitir salir de la corrida actual de la cual no salimos. Se evitó una devaluación mayor, pero cuando se vuelvan a vencer las nuevas Letras del Banco Central (Lebacs) el mes que viene, vamos a volver a enfrentarnos a este mismo problema.

Pero este potencial acuerdo con el FMI va a tener por requisito una mayor profundización del ajuste estructural, que ya está en marcha desde 2015, con más reducción del gasto público y más reformas en cuanto a lo laboral y previsional. También se pueden llegar a pedir nuevas privatizaciones, por ejemplo, el Banco Nación, una parte del sistema de jubilaciones mediante un sistema público-privado. Sin dudas el futuro no es muy auspicioso, no queda otra que seguir luchando para evitar el despojo y la venta de estos pocos activos que quedan en manos del Estado.

– En el transcurso de una semana, todos los días hubo declaraciones oficiales, desde Mauricio Macri, Nicolás Dujovne, Luis Caputo y Federico Sturzenegger que dijo que no hubo corrida y que se contuvo el cimbronazo con éxito.

– No hubo corrida bancaria como en 2001, los ahorristas no fueron masivamente a sacar sus ahorros. Pero sí hubo corrida cambiaria, no es lo mismo. Pero decir que fue un éxito que el dólar suba por encima de los 25 pesos, sería decir que fue un éxito que Brasil evitó que Alemania le metiera más de siete goles. Se evitó una devaluación mayor pero nos vamos a volver a enfrentar al mismo problema en el próximo vencimiento de Lebacss el mes que viene.

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